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La Ley de Memoria Histórica permitirá a la Junta respaldar a las familias en las exhumaciones

Blas Infante y su mujer/ foto: Archivo Centro de Estudios Andaluces

Juan Miguel Baquero

La futura Ley de Memoria Histórica, (“un compromiso del gobierno”, en palabras del vicepresidente Valderas) se encuentra en su fase final de elaboración y supone una “ruptura histórica”, según Luis Naranjo, director deneral de Memoria Democrática. Quiere convertirse, apunta Naranjo, en un “instrumento propio y un avance en el autogobierno” para que la Junta de Andalucía pueda responder “a los derechos de las víctimas” del franquismo.

La culminación del proceso legislativo será efectiva “en unos meses” tras el “trámite parlamentario” y supondrá, indica el director de Memoria Democrática, la presencia de la Administración Autonómica “de oficio en todos los procesos de exhumación y de difusión”. Y esta decisión implica que la Junta de Andalucía estará presente en todas las exhumaciones que se lleven a cabo para dar fe mediante un acta de lo realizado y para personarse como denunciante ante el juzgado correspondiente. La idea es actuar junto a las familias y asociaciones que, hasta ahora, apenas tenían respaldo institucional en sus acciones. La intención es, explica Naranjo, “situar a la Junta como garante último de las víctimas” para “contar la verdad de lo que ocurrió”.

Villa Alegría, lugar de la memoria

Este adelanto de lo que supondrá la Ley de Memoria Histórica en Andalucía ha tenido lugar en el entorno de la casa de Blas Infante, el llamado padre de la patria andaluza, justo el día en el que su “Villa Alegría” se convierte en lugar de la memoria.

“Es la casa de todos”. Así define María de los Ángeles Infante García a Dar al-Farah o Villa Alegría, la vivienda que su padre, Blas Infante, construyó en un altozano de Coria del Río (Sevilla) para acoger sus ilusiones familiares y mezclarlas con el ideario político y social que soñó y legó para Andalucía. A partir de ahora, aquella casa queda señalizada como Lugar de la Memoria Histórica, en un acto que ha presidido el vicepresidente de la Junta y consejero de Administración Local y Relaciones Institucionales, Diego Valderas, junto al director general de Memoria Democrática, Luis Naranjo y la directora de la Fundación Centro de Estudios Andaluces, Mercedes de Pablos.

Durante el homenaje, Valderas ha reclamado la anulación “de los juicios sumarísimos que hizo el fascismo contra las personas que amparaban los derechos democráticos” y la legalidad republicana, entre ellos el propio Infante, detenido por falangistas en Villa Alegría el 2 de agosto de 1936 y asesinado ocho días después a la altura del kilómetro 4 de la carretera de Carmona. “No vamos a cejar hasta que sea anulada la sentencia que sufrió Blas Infante a manos de los tribunales franquistas”, apunta.

Precisamente esa búsqueda de “verdad, justicia y reparación” incluye, no sólo la señalización como lugar memorialista de la Casa de Blas nfante, sino que incluye la señalización de otros espacios significativos. En las “próximas semanas” se definirán alrededor de una veintena de lugares de memoria entre fosas comunes (cementerios de Granada, Córdoba, Sevilla y –se negocia– Cádiz), fosas en cunetas, edificios de carácter civil, cárceles y campos de concentración repartidos por Andalucía, además de seguir articulando el proyecto de Senderos de Memoria (itinerarios que unen varias zonas de interés). Se busca con ello marcar, según Naranjo, “no solo la represión sino también la resistencia”.

Así, este acto sirve para destacar a Blas Infante como representación de “todas las víctimas de la barbarie fascista”. “Un acto de justicia y reconocimiento” a quien “nos legó, en palabras de Carlos Cano, una Andalucía de hombres y mujeres libres”, recuerda la directora del Centro de Estudios Andaluces, Mercedes de Pablos. Unión, en suma, reflejada en la frase que trae a la actualidad María de los Ángeles Infante y que dejó escrita su padre en 1921: “La crisis que llevamos ahora y se está combatiendo no es crisis política ni económica, es crisis de humanidad”.

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