El pacto de investidura en Andalucía tuvo que esperar a la configuración del mapa autonómico
Más de 80 días, y unas elecciones municipales y autonómicas de por medio, le ha costado al PSOE y a Susana Díaz arrancar a Ciudadanos el 'Sí' que le permita su investidura como presidenta. Andalucía deja así atrás una situación insólita. Nunca a un presidente le costó tanto salir elegido por la Cámara autonómica, nunca ninguno tuvo que soportar tres votaciones contrarias en el Pleno. Nunca pensaron los socialistas que su lucha por una “abstención responsable” múltiple tuviera que derivar su estrategia hacia un pacto al 'Sí' de Ciudadanos. Díaz quería que su nombramiento se solucionara antes de la negociación nacional en torno a la formación de gobiernos autonómicos y ayuntamientos, pero no ha podido evitarlo. El mismo día que Ciudadanos firmaba en Andalucía con el PSOE se alcanzaba un acuerdo de esta formación con el PP en torno a la Asamblea de Madrid. Sï ha logrado sin embargo, separar en cierta medida la decisión de los pactos y acuerdos en los ayuntamientos andaluces.
Andalucía inicia ahora una legislatura complicada, con el Parlamento muy fragmentado, con las relaciones del PSOE muy deterioradas con PP y Podemos y un Gobierno que depende fundamentalmente de los nueve diputados de Ciudadanos. Estos, en la oposición, querrán marcar ahora distancia con el PSOE con las elecciones generales a la vuelta de la esquina. “Esto no es un cheque en blanco”, dijo ya este martes el parlamentario Juan Marín.
El próximo jueves por la tarde el Pleno del Parlamento andaluz se reunirá por cuarta vez para votar a la presidenta de la Junta de Andalucía. Esta vez será la definitiva. Una vez publicado el nombramiento en el BOE, Díaz tomará posesión de su cargo y reunirá a su nuevo Ejecutivo el martes en Consejo de Gobierno. Llegará entonces el momento de gobernar con una primera medida encima de la mesa, becar el examen para obtener el certificado de B1 en una lengua extranjera a los universitarios. Poco se sabe aún de cómo se conformará el nuevo Gobierno, lo único seguro ahora es que volverá a haber una Consejería de Cultura independiente de la de Educación.
Las relaciones con Ciudadanos
Ciudadanos siempre ha sido la opción predilecta para el acuerdo de Susana Díaz, lo dijo en campaña electoral y lo ratificó en el proceso de negociaciones. Sin embargo, la abstención de los nueve parlamentarios no le bastaba para salir elegida por mayoría simple (necesitaba también de Podemos) y la formación dirigida por Albert Rivera no estaba dispuesta a dar el 'Sí' hasta pasadas las elecciones municipales y autonómicas. Se puso en evidencia el pasado 5 de mayo, en Pleno debate de investidura, cuando se daba casi cerrado el acuerdo por la abstención de Ciudadanos en Andalucía. Rivera, en un discurso desde Barcelona, le puso freno exigiendo la salida inmediata de Manuel Chaves del Congreso de los Diputados. Un discurso duro que descolocó a los socialistas.
En plena campaña electoral por las municipales quedaron prácticamente congeladas las relaciones entre PSOE y Ciudadanos. Pasados los comicios del 24 de mayo todo pareció cambiar. Se retomó el diálogo entre el secretario de Organización del PSOE-A, Juan Cornejo, y, por parte de Ciudadanos, José Manuel Villegas, su vicesecretario general, y Manuel Buzón, el delegado territorial del partido en Andalucía. A finales de la semana pasada Susana Díaz entró ya en contacto directo con Juan Marín cuando el acuerdo se daba casi por cerrado. Convocó además a una nueva reunión al resto de partidos lanzando un ultimátum: o se cerraba un solución ya o Andalucía tendría nuevas elecciones autonómicas en septiembre.
“Desde el primer día ha habido una conversación muy fluida entre ambas formaciones que ha permitido el acuerdo”, señalaba este martes Juan Cornejo. Él mismo, días atrás, se quejaba de una situación de bloqueo de la que culpaba a los cuatro grupos parlamentarios. “El acuerdo ha sido fácil porque había una base entre las dos formaciones que eran el discurso de investidura de Susana Díaz”, añade ahora.
El gran escollo ha sido cómo organizar la salida de Manuel Chaves del Congreso de los Diputados. Este ya anunció que no repetiría como candidato a las próximas elecciones generales previstas para final de año. El gesto no le bastó a Albert Rivera, que exigía una salida inmediata del diputado. Ahora flexibilizan y deja que sea el auto del Tribunal Supremo sobre los aforados en el caso ERE el que decida el futuro del ex presidente. Si finalmente es imputado la presidenta Díaz se ha comprometido públicamente a solicitarle su acta de diputado. Nada queda reflejado por escrito como pretendía Ciudadanos pero Díaz sí ha empeñado su palabra.
“Entiendo que ha habido un cambio importante en el PSOE en cuanto a la actitud y el contenido de los documentos, en los que se respeta no el cien por cien pero sí el noventa de las propuestas que hemos hecho”, dijo este martes Juan Marín sobre el acuerdo. Sin embargo, la gran mayoría de las medidas firmadas ahora aparecían literalmente en el discurso que presentó la candidata socialista ante la Cámara andaluza hace un mes. La principal novedad ahora es la limitación del mandato para la Presidencia de la Junta y la eliminación de los aforamientos autonómicos. Esto exigirá modificar el Estatuto de autonomía.
Marín, que reconoció que este voto positivo puede tener un coste electoral para su formación, confió en que los andaluces le reconozcan el gesto de haber posibilitado un gobierno. “Ciudadanos no ha venido a ser un espectador ni a esconderse, sino a asumir riesgos desde la oposición”, dijo.
Puentes rotos
Estos 80 días de negociaciones han deteriorado profundamente las relaciones del PSOE con el PP. Los “puentes rotos”, como dijo el presidente del PP-A, Juan Manuel Moreno, se escenificarán el próximo sábado, cuando los populares pierdan el gobierno de buena parte de las capitales andaluzas, puede que también en Jerez y Marbella, a pesar de ser la lista más votada en 7 de ellas. El PSOE va amarrando, día a día, la formación de mayorías alternativas en muchas de ellas. Ya se vio las malas relaciones entre ambas formaciones cuando se formó la Mesa del Parlamento, cuand los populares se sintieron castigados por recibir un cargo menos del que entendían que les correspondía.
Las relaciones de Podemos y PSOE no son buenas tampoco. Teresa Rodríguez no ocultaba este martes su enfado por cómo había transcurrido su reunión de la mañana con Susana Díaz. “Estupefacta” decía que estaba la parlamentaria por el “portazo” que sentía que había recibido de Díaz. “Hoy he tenido que escuchar que nuestras posiciones son dogmáticas”, dijo molesta Rodríguez. Por su parte, el vicepresidente andaluz, Manuel Jiménez Barrios, calificó la actitud de Podemos en Andalucía como “intransigente e incoherente”.
Tampoco parece que vaya a ser fácil el acercamiento con IU que entiende el acuerdo sellado entre PSOE y Ciudadanos como “un giro a la derecha del Gobierno”, como dijo su coordinador andaluz, Antonio Maíllo. Este avanzó que a partir de ahora, en lo concreto, podría haber acuerdo con los socialistas. Tal vez por eso, el Gobierno autonómico quiso destacar el tono amable y constructivo que había tenido la reunión de Maíllo con Susana Díaz.
