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Sexo, armas y municiones en la mayor feria armamentística del mundo

EE.UU. dedicará 3,4 millones dólares a combatir el tráfico de armas en el Caribe

The Guardian

Rupert Neate, Mae Ryan (Las Vegas) —

“Somos una especie de expertos en armas de fuego”, dice Whitney Condit mientras explora emocionada las últimas pistolas y rifles de asalto semiautomáticos que van a despuntar en el mercado en Shot Show, la mayor feria de armas del mundo. Mientras habla, otros entusiastas ocupan los casi 200.000 metros cuadrados del centro de convenciones Sands Expo en el casino Venetian de Las Vegas. “Nos gusta salir al campo de tiro y disparar. Es una pasión para nosotros”.

Condit y su prometido, Colin Gallagher, antigua estrella del reality show de tiro Top Shot, ya tienen “unas 200” armas, pero están buscando las próximas con las que ampliarán su colección. “Tenemos rifles, escopetas, pistolas. Cualquiera que se te ocurra seguramente la tendremos”, asegura Condit, que tiene en Pinterest la página Firearms = LOVE.

La pareja de Witchita (Kansas) está entre las más de 60.000 personas que han viajado este fin de semana a la Ciudad del Pecado para ir a Shot Show, que se ha convertido en la quinta mayor convención organizada en Las Vegas según la Fundación Nacional de Deportes de Tiro (NSSF).

El presidente de esta organización, Steve Sanetti, parafraseó a Winston Churchill cuando inauguró la feria en una cena de gala que se completaba con el monólogo de un actor cómico: “Durante días bastante oscuros, podemos sufrir algunos contratiempos cuando un público asustado y confundido actúa sin pensar. Podemos encontrarnos con que nuestro camino está temporalmente bloqueado. Podemos incluso tener que pasar por algún periodo de oscuridad antes de que los hechos y la verdad sobre la propiedad legítima y responsable de armas de fuego vuelva a conquistar a las poderosas fuerzas que se han puesto contra nosotros. El camino a seguir será arduo y costoso, pero a las personas nunca se les engaña por mucho tiempo. Tanto ellos como nosotros venceremos”.

En el centro de convenciones se mezclan generales uniformados con líderes de los boy scouts que dan una vuelta por los más de 19 kilómetros de exposición. En ella hay de todo, desde los últimos rifles de asalto tácticos hasta mirillas con láser y el Lethal Lace, una liga para medias que sirve de cartuchera.

Como todos los comerciantes saben, el sexo vende y las armas no son diferentes. Los fabricantes han contratado a un montón de modelos profesionales para posar con sus últimas armas. El blog de armas Guns.com ha recopilado fotos de sus mujeres favoritas de la feria, “que hacen lo mejor que pueden para resaltar y promocionar nuevos productos, equipaciones y, por supuesto, armas”. A los asistentes que quieren ver más se les invita al “espectáculo de municiones más sexy”, en el club de striptease Sapphire, al que pueden entrar gratis con la entrada del Shot Show.

Las armas son un gran negocio y la industria está consiguiendo récords de ventas y beneficios. La gente corre a armarse tras una serie de tiroteos masivos y por el miedo a que aumente la regulación de control de armas. El boom de las armas ha llevado al analista de Wall Street Brian Ruttenbur a llamar a Barack Obama “el mejor vendedor de armas de fuego”. El presidente anunció a principios de este mes una batería de decretos para endurecer la regulación de la venta de armas.

Las comprobaciones de antecedentes que lleva a cabo el FBI, que sirven como indicador de las ventas de armas, alcanzaron el récord de 23,1 millones en 2015, más del doble que hace diez años. Solo en diciembre –el mes del tiroteo masivo de San Bernardino (California), que dejó 14 personas muertas y 22 heridos graves–, el Sistema Nacional de Comprobación Instantánea de Antecedentes Penales (NICS) del FBI procesó más de 3,3 millones de solicitudes.

La demanda ha crecido tanto que Stephen Morris, director asistente del FBI, advirtió de una “tormenta perfecta” y canceló las vacaciones de 400 funcionarios del NICS para el Black Friday, cuando el sistema se colapsó con un récord de 185.345 solicitudes en un solo día.

Las acciones de la industria duplican su valor

Mientras a los agentes les cuesta mantenerse al ritmo de la demanda, los fabricantes de armas celebran los récords de ventas. La mayor empresa armamentística de Estados Unidos, Smith & Wesson, que tiene un valor de mercado de 1.100 millones de dólares (aproximadamente 1.000 millones de euros), ha elevado sus ventas y sus objetivos de beneficios y ha dicho a los inversores que a varios distribuidores se les están agotando algunas de sus armas más populares.

Smith & Wesson, que obtiene el 90% de su dinero vendiendo armas a los consumidores, espera unos ingresos anuales de 650-660 millones de dólares (unos 600 millones de euros) para finales de abril, por encima de los 627 millones que consiguió el año anterior y un 57% más que en 2012.

Las acciones de la compañía subieron más del doble el año pasado, con repuntes significativos después de cada tiroteo masivo. El director gerente de la empresa, Jan Mladek, no quiso hablar con the Guardian sobre el control de armas mientras presumía de las ventajas del rifle de asalto M&P15, de su empresa, que se usó con consecuencias mortales en San Bernardino. Después pidió a los organizadores de la feria que sacaran a los periodistas de the Guardian fuera del recinto.

Otra de las grandes empresa armamentísticas de Estados Unidos, Sturm, Ruger & Company, ha visto una subida del 44% en sus acciones respecto al año pasado. En el mismo periodo, el índice Dow Jones, con los mayores valores del mercado estadounidense, ha caído un 10%.

El otro gigante armamentístico estadounidense es Remington Outdoor (antiguo Freedom Group), propiedad del grupo de capital privado Cerberus Capital Management, del multimillonario Stephen Feinberg. Remington fabrica el rifle semiautomático Bushmaster XM15-E2S, utilizado en la masacre del colegio Sandy Hook. La empresa consiguió 939 millones de dólares (unos 870 millones de euros) en ventas de armas y municiones en 2014, el último año del que se conocen datos. Cerberus prometió vender Freedom tras la tragedia del Sandy Hook, pero todavía no lo ha hecho. Mientras tanto, sigue siendo el propietario del Bushmaster y el DPMS/Panther, los reyes de los rifles de asalto de estilo militar.

Jurgen Brauer, profesor de Economía especializado en la industria armamentística, señala que “en cuanto hay cualquier debate sobre la regulación de las armas de fuego, se produce casi de inmediato un incremento inconfundible de las ventas”. Sostiene que “incluso el debate sobre esa regulación se traduce en un disparo de las ventas”.

“La gente está comprando armas como parte del sueño americano de libertad”, considera Brauer, que trabaja en la Facultad de Economía de la Universidad de Augusta. “También está la esperanza y el sueño de poder utilizar armas en defensa propia”, agrega. La gente pocas veces consigue vivir ese sueño. Los datos del FBI muestran que los propietarios de armas tienen 78 veces más probabilidades de matarse a sí mismos que de llevar a cabo un “homicidio justificable”, que la ley describe como “el asesinato de un delincuente, durante la comisión de un delito, por un ciudadano particular”.

Al igual que los fabricantes de armas, los minoristas están también en la cresta de la ola. El número de vendedores de armas ha crecido casi cinco veces más rápido que la población de Estados Unidos en los últimos cinco años, según un análisis de los datos de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF).

El propietario de la empresa de accesorios de armas Hogue Incorporated, Neil Hogue, apunta que la industria espera que las ventas se disparen entre un 25 y un 40% este año. “Ahora mismo, el miedo está de verdad traduciéndose en ventas”, asegura mientras muestra a the Guardian su stand en Shot Show. “El miedo a no poder hacerse con esas armas concretas en el futuro. Y el miedo a no poder proteger a tu familia y tu casa”, aclara.

El mayor vendedor de armas de fuego del país, Walmart, que vende armas en la mitad de sus 4.500 tiendas, se niega a proporcionar datos de ventas de armas, pero Freedom Group informó a los inversores de que el 9% de todas sus ventas van “a un único cliente, Walmart”. Ruttenbur estima que Walmart, Dick's Sporting Goods y Cabela's suman el 20% del mercado.

Los vendedores más pequeños están encantados de hablar con mayor libertad de sus éxitos. Thomas Thompson, de la tienda Yuma Coin and Gun de Arizona, cercana a la frontera con México, cuenta que sus ventas de armas han crecido más de un 50% en los últimos seis meses. “Con todas las normativas que (los políticos) pretenden aprobar, estamos vendiendo armas más rápido que cualquier otra cosa”, explica. “Algunos tienen miedo de que no se vaya a poder comprar determinadas armas nunca más y otros piensan 'tengo que tener esto' porque todo el mundo habla de ello”.

Traducción de: Jaime Sevilla

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