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La alianza de Arenas y Santamaría refuerza a un PP andaluz que reclama más peso en la futura ejecutiva nacional

Soraya Sáenz de Santamaría, junto a Juanma Moreno.

Daniel Cela

El resultado de la primera fase de las primarias del PP es tan ajustado que proyecta un futuro incierto para el partido que representa al centro derecha en España. En Andalucía, en cambio, el resultado se está celebrando como una victoria propia de la dirección regional de Juanma Moreno, que se erige como mediador entre los dos candidatos vencedores de la primera ronda -Soraya Sáenz de Santamaría y Pablo Casado-, y presenta ya sus credenciales para la próxima ejecutiva nacional del PP. “Las primarias han dejado claro que Andalucía es clave en el PP nacional. El PP nacional no puede funcionar sin Andalucía”, ha defendido este viernes una exultante Dolores López, secretaria general del PP andaluz.

En esta comunidad, la primera en número de compromisarios para el congreso y, por tanto, clave para decidir quién presidirá el partido, no ha habido una victoria ajustada, no ha habido un tú a tú entre los principales candidatos y sus corrientes. En Andalucía, Santamaría ha ganado con mayoría absoluta, con el 54,4% de los votos, 15 puntos por delante de Dolores de Cospedal, la comunidad con más distancia entre la primera y la segunda aspirante. La ex vicepresidenta del Gobierno ha sido la más votada en cinco de las ocho provincias: Sevilla, Málaga, Cádiz, Granada y Huelva; en todas ellas, excepto en Granada, ha logrado más apoyos que Cospedal y Casado juntos. “Si Andalucía fuese España, no habría segunda vuelta, porque Soraya ha ganado con mayoría absoluta”, subraya López, que se ha atrevido a vaticinar que la vicepresidenta “cuenta con más compromisarios en Andalucía y en toda España” (Andalucía manda 543 delegados al congreso nacional).

El PP andaluz está sacando músculo tras las primarias y señalando a los candidatos el camino de la integración en una lista conjunta para evitar que compitan entre sí en segunda ronda. Los populares andaluces extrapolan el número de votos con el número de compromisarios, y dan por hecho que Santamaría volvería a ganar a Casado en el congreso (la vicepresidente ha sido la más votada en 30 provincias de España). El líder regional, Juanma Moreno, apela a Casado para que se sume al proyecto de la vicepresidenta, pero a la vez empezará a telefonear a los líderes provinciales y a los compromisarios elegidos -dentro y fuera de Andalucía- para que respalden a Santamaría. “La militancia quiere ir unida, como ha ido siempre este partido”, dice la número dos del partido.

Los caídos de Cospedal

La primera fase de las primarias no es una victoria definitiva para Santamaría, porque los apoyos de Cospedal podrían sumarse a la candidatura de Pablo Casado en la segunda vuelta, torciendo así el resultado de la votación de los afiliados. Pero en clave interna, en un escenario de fractura y enfrentamiento dentro del PP andaluz, estas primarias sí representan una victoria temporal para Juanma Moreno, uno de los primeros barones regionales que dio su respaldo tácito a la ex vicepresidenta y que fió su futuro político a la candidata que se ha ganado el apoyo de las bases del partido.

En Andalucía, la dirección regional del PP entendía que las primarias eran un campo de minas con muchos riesgos. El pulso entre Santamaría y Cospedal por el control del partido reactivó la crisis interna en la agrupación andaluza, nunca cicatrizada del todo. En el PP andaluz se discute el liderazgo de Moreno desde que accedió a la presidencia hace tres años, elegido a dedo por el presidente Mariano Rajoy, gracias a la intermediación de Javier Arenas. En aquel proceso también perdió Cospedal, y con ella perdieron Juan Ignacio Zoido; el ex alcalde de Córdoba, José Antonio Nieto; el alcalde de Tomares, José Luis Sanz; el ex líder del PP de Sevilla, Juan Bueno;  y el ex secretario de Estado de Hacienda y antiguo regidor de Jaén, José Enrique Fernández de Moya. Los mismos que han sido derrotados en estas primarias. Toda la dirección andaluza en manos de Zoido ha sucumbido en este proceso gracias, en parte, a la alianza táctica entre Arenas y Santamaría, de la que sale beneficiado el equipo de Juanma Moreno.

En el PP andaluz entienden que la mayoría absoluta de Sáenz de Santamaría en Andalucía refuerza a Moreno frente a los críticos; una victoria holgada, pero no definitiva, porque el congreso aún puede darle la vuelta al resultado. Por ahora, la dirección regional ha constatado que los tentáculos de Cospedal y Zoido en Andalucía han perdido longitud. La debilidad orgánica de Moreno se constata en las provincias donde la ex ministra de Defensa ha logrado más votos: Córdoba, Jaén y Almería. En las dos primeras, Cospedal ha ganado por poco a Santamaría (70 votos más en Córdoba y 63 más en Jaén), pero en Almería le dobla en el número de votos (804 frente a 407). En esta provincia, donde porcentualmente más votan al PP de toda Andalucía, el número de compromisarios puede inclinarse a favor de Casado, si el presidente provincial, Gabriel Amat, convence a los suyos que votaron a Cospedal para que ahora refuercen al rival de Santamaría. 

Almería, punto y aparte

Almería es la nota discordante del mapa andaluz de las primarias,. También es el territorio más crítico con la dirección de Juanma Moreno, y donde se van a concentrar muchas llamadas de teléfono en los próximos días. Aquí jugará un papel esencial, nuevamente, el ex presidente del PP andaluz, Javier Arenas, figura indispensable para entender la unidad de voto a favor de Santamaría en Andalucía. La otra provincia crítica con Moreno es Granada, donde las bases han votado en contra del criterio de la dirección provincial de Sebastián Pérez, que apoyó a Cospedal. La radiografía de resultados ha permitido a Juanma Moreno y su equipo sacar pecho y justificar, por enésima vez, que el liderazgo del presidente del PP andaluz no se discute. “Las bases han votado con el presidente del PP andaluz y el presidente del PP andaluz con las bases”, avisa López, en un claro aviso para navegantes a sus críticos.

Ésta es la foto fija ahora, pero en la dirección regional de Moreno son conscientes de que no está todo dicho. Las primarias del PP también han reafirmado la tendencia de los procesos internos en otras formaciones políticas: cuando se pregunta a los afiliados quién debe liderar el partido, éstos se alejan del aparato y piden renovación señalando al candidato menos marcado orgánicamente. En el PP ninguno de los tres aspirantes podía presentarse como outsider, como recién llegado o ajeno a la ejecutiva de Mariano Rajoy. Aun así lo han intentado Santamaría -que ha resaltado su perfil institucional sobre lo orgánico- y Casado, el gran vencedor de estas primarias, aunque haya quedado segundo. El vicesecretario de comunicación del PP ha desbancado contra pronóstico a la secretaria general del partido. Casado es heredero y continuador del PP de José María Aznar, un perfil que sus rivales han tratado de afearle para minar sus opciones, pero que ha terminado encumbrándole a la segunda posición.

Para muchos, Casado es el PP rocoso, el que vuelve a los orígenes, es decir, el que se necesita ahora para taponar la sangría de votos hacia Ciudadanos. El joven diputado ha dejado claro -antes y después de la votación- que no se integraría en otra candidatura. Su intención es volver a competir contra Santamaría en segunda vuelta con la esperanza de que el voto de los compromisarios dé la vuelta al voto de los militantes. Es una casuística que contempla el reglamento de primarias, regulada en los estatutos, y que el PP andaluz conoce muy bien gracias al conflicto interno que se vivió en Jaén.

En Jaén, se postularon dos candidatos: uno ganó por la mínima al otro con los votos de los afiliados, pero el perdedor logró más compromisarios para la segunda vuelta, y logró darle la vuelta al resultado. La dirección regional del PP medió para que ambos candidatos consensuaran una lista de integración sin éxito. El caso derivó en una denuncia en los tribunales del PP de Jaén contra el PP de Jaén, una petición de suspensión cautelar del congreso, denuncias de impugnación y, finalmente, el abandono masivo de cargos públicos y dirigentes del partido que habían ganado con el voto de los afiliados, pero perdido con el voto de los compromisarios.

Hacia el adelanto electoral

Los asesores de Juanma Moreno son optimistas, creen que ganará Santamaría y recuerdan que en política uno más uno no siempre suman dos, en referencia a una hipotética alianza entre Casado y los seguidores de Cospedal. En Andalucía, el cómputo total de apoyos de ambos sigue estando mil votos por debajo de los de la vicepresidenta. Pero en cualquiera de los escenarios posibles, dicen, “Juanma gana”. “Cospedal está muerta políticamente y ella era la única rival. El PP andaluz sale reforzado hacia fuera -en el contexto del partido a nivel nacional- y hacia adentro, frente a los críticos que estaban alineados con Cospedal. Con Santamaría ganamos y con Casado también”, explican fuentes próximas al presidente regional.

Todo el músculo que saque el PP andaluz y su presidente del próximo congreso nacional tendrá que amortizarlo para las próximas elecciones andaluzas, que el partido prevé que se adelanten al próximo otoño. Será la primera prueba en las urnas para la nueva dirección nacional, a la que Moreno reclamará una presencia activa y permanente en la campaña para reforzar sus aspiraciones. Su futuro político está en juego. En este momento, el PP andaluz está en su mínimo histórico: 33 diputados (llegó a tener 50 escaños cuando desbancó al PSOE como primera fuerza en 2012), y todas las encuestas en intención de voto -las propias y las ajenas- vaticinan un desplome mayor. Moreno juega su mayor baza a la posibilidad de sumar fuerzas con Ciudadanos, el partido que le está robando votantes, y que ha sido socio natural del Gobierno de Susana Díaz en estos tres años de legislatura. 

Tras las primarias, el líder del PP andaluz se siente legitimado y fuerte para el siguiente pulso con sus críticos internos: la elaboración de las listas electorales para las andaluzas, los candidatos que aspiran a entrar en el Parlamento andaluz en la próxima legislatura. El pulso será con los presidentes provinciales, que pelearán por posicionar a los suyos en puestos de salida, en previsión de un cambio brusco en la dirección del PP andaluz si al final se cumplen los malos augurios que proyectan las encuestas. Si ese desplome se produce, habrá otro capítulo más en la pelea por la supervivencia de Juanma Moreno. Pero para eso, quedan aún meses. De momento, en el PP andaluz, saborean la victoria. 

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