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El Andalusian 'Crash': la tasa de pobreza más crítica en la Andalucía mejor publicitada por la Junta en Nueva York

El presidente de la Junta, junto al consejero de Turismo, el pasado mes de noviembre en Londres presentando la campaña.

Consuelo Durán

Sevilla —

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En apenas dos días hemos visto el derroche de triunfalismo en el acto del 28F del 'Andalusian Crush' –la campaña del Gobierno andaluz para potenciar el turismo internacional– y, a la vez, los datos que revelaban un notable incremento del riesgo de pobreza y exclusión social en la comunidad autónoma. La Junta de Andalucía se apresuró a matizar que, siendo malos los datos de 2023, si se miraba desde la llegada de Juan Manuel Moreno a la presidencia, en 2019, había un descenso “significativo”. Hechos los cálculos, apenas hay una diferencia de -0,1% en este periodo.

En concreto, según la Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística (INE) en 2023, la tasa AROPE ('At Risk Of Poverty and/or Exclusion' en inglés) ha sido del 37,6% en Andalucía frente a 36% en 2022. El portavoz del Gobierno de Andalucía, Ramón Fernández-Pacheco, salió al paso del crítico análisis de la oposición y los agentes sociales y expresó que la tasa de pobreza y exclusión social, en términos nacionales, “ha crecido (...) mientras que la de Andalucía ha descendido, y además de manera significativa” desde que el PP gobierna. Cierto es que en el conjunto de España ha crecido, si se miran 2019 y 2023 (de 25,3% a 26,9%). Pero los datos andaluces apenas varían entre esos dos años: 37,7% (2019) y 37,6% (2023).

Otro punto importante: en 2019, el índice de pobreza en Andalucía se asimilaba al de Extremadura, y era ampliamente superada por Ceuta y Melilla. En 2023 solo Ceuta presenta peores indicadores que Andalucía. El empeoramiento de esta comunidad se produce sobre todo por el incremento en el nivel de carencia material severa (uno de los incluidos en el AROPE): dos puntos por encima de la media comparado con 2019, cuando ocupaba el quinto peor puesto, por detrás de Melilla, Castilla-La Mancha, Extremadura y Ceuta.

“Los datos, indican que, a pesar de que las variables macroeconómicas de España y Andalucía puede parecer positivas y mostrar una mejora, no se ha conseguido aún resolver los problemas experimentados por una parte importante de la población. Por lo tanto, la valoración general no es en absoluto positiva ni en España, ni por supuesto en Andalucía”, asevera María del Carmen López Martín, profesora titular del Departamento de Economía de la Universidad Loyola de Andalucía.

Más carencia material severa

Es una de las habituales de los informes del Observatorio de la Desigualdad de Andalucía y recuerda que la tasa AROPE se basa en una serie de parámetros. “En concreto, se incluye a la población que está al menos en alguna de estas tres situaciones: en riesgo de pobreza, en carencia material severa (carecen de al menos cuatro conceptos de una lista de nueve) y hogares sin empleo o con baja intensidad en el empleo”.

En el conjunto del país, se puede apreciar que el aumento de esta tasa en 2023 (tomando como referencia los ingresos de 2022) se debe al crecimiento de la población en carencia material severa, ya que tanto la que está en riesgo de pobreza (medida por su nivel de ingresos) como con baja intensidad en el empleo experimentan una ligera disminución. “Sin embargo, en Andalucía se aprecia que aumenta tanto la población en riesgo de pobreza como la que se encuentra en carencia material severa, mientras que el único dato positivo es el relativo al empleo que, si bien está por encima del dato nacional, disminuye respecto al valor de 2022”, recalca.

En su opinión, “es evidente que en nuestro país hay grandes diferencias entre comunidades autónomas que muestran, por distintas causas, algunas de carácter histórico, una situación muy dispar”. Por este motivo, “los esfuerzos llevados a cabo desde cada uno de los ámbitos territoriales no son suficientes ya que es hasta cierto punto 'normal' que desde cada territorio se busque mejorar las condiciones de vida de sus propios ciudadanos”. En esta línea, prosigue: “Si nos fijamos en este aspecto parece claro que, a esos esfuerzos individuales, debe unirse una política de ámbito suprarregional (o nacional) que trate de disminuir las desigualdades entre las distintas regiones, en un sentido similar, por ejemplo, al que tiene la Unión Europea cuando trata de apoyar a los territorios más desfavorecidos”.

Por su parte, desde Save The Children destacan especialmente cómo afecta esto a los menores de 18 años: un 29,2% en Andalucía, “casi uno de cada tres”, y 28,9% en la media nacional. “La tasa de pobreza severa infantil ha aumentado en Andalucía 1,17 puntos con respecto a 2022, afectando a más de 250.000 niños”. Irene Santos, portavoz de la organización en Andalucía, apunta que, tras el impacto de la pandemia y la inflación, los índices de pobreza infantil en la comunidad autónoma “siguen siendo inasumibles”.

Igual que hacía el portavoz de la Junta de Andalucía, el también popular Toni Martín defendía que se está “en la senda para disminuir el nivel de población en riesgo de pobreza en Andalucía”, que se ha “reducido” en casi seis puntos en los últimos cinco años. Sin embargo, según el INE, en 2019 era del 31,3% y en 2023, del 30,5%. El portavoz parlamentario de los populares hacía un símil con el baloncesto: “Cuando uno va perdiendo por 30 puntos, para vencer, primero tiene que reducir esa distancia a 20, después a 10, después empatar y después intentar ganar el partido”. Pero hay otro factor importante, como si hablamos de baloncesto o de una carrera: los demás no se detienen.

En busca de soluciones

María del Carmen López Martín entiende que para poder ofrecer soluciones, el primer paso es conocer las causas de los problemas. “Desde un punto de vista general, podemos pensar que el negativo dato de la tasa AROPE en el último año puede estar relacionado con la elevada inflación. Ha aumentado las dificultades de las familias, por lo que cabe esperar que si la situación económica y el mercado de trabajo siguen mejorando, y además se corrige la inflación, en parte estas dificultades pueden minorarse. Pero evidentemente, y sin ánimo de exhaustividad, podemos indicar que además deben llevarse a cabo medidas encaminadas a ayudar a los colectivos más vulnerables, fortaleciendo los sistemas de protección y haciéndolos más eficaces”.

Tampoco deben olvidarse, insiste, las propuestas encaminadas a mejorar la situación en el mercado de trabajo. “No sólo para disminuir la tasa de desempleo, sino también para mejorar las condiciones de las personas ocupadas, disminuyendo la precariedad y subiendo sus ingresos”, subraya.

Finalmente, remarca que debe tenerse en cuenta que “las desigualdades no sólo están presentes dentro de cada comunidad autónoma, sino también entre las diferentes regiones”. Por ello, “sería positivo que se acometieran también desde un ámbito suprarregional buscando que se reduzcan las diferencias entre territorios, considerando también la solidaridad como un valor que contribuye a la mayor igualdad”.

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