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Espadas ultima cambios en la cúpula del PSOE de Andalucía tras su designación como portavoz en el Senado

Juan Espadas, junto a su número dos en el PSOE-A y portavoz en el Parlamento, Ángeles Férriz, el presidente del partido, Manuel Pezzi, y el número tres, Noel López.

Daniel Cela

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El secretario general del PSOE andaluz, Juan Espadas, ha anunciado una “reorganización” en la cúpula de su ejecutiva regional y en la dirección del grupo parlamentario socialista, tras su designación como portavoz en el Senado. Espadas venía barruntando estos cambios de personas y estrategia desde septiembre, tras las elecciones generales y el reinicio del ciclo político, pero su ascenso en la Cámara Alta ha precipitado el escenario.

El líder de los socialistas andaluces quiere conformar nuevos equipos para reforzar la oposición al Gobierno de Juan Manuel Moreno, y empezará por deshacer las duplicidades de responsabilidades que se producen entre miembros de su ejecutiva y de la dirección del grupo parlamentario. Los ejemplos más destacados son sus números dos y tres en el partido: Ángeles Férriz, vicesecretaria general y portavoz del PSOE en el Parlamento andaluz, y Noel López, secretario de Organización y miembro de la Mesa de la Cámara.

Espadas no ha querido concretar la reasignación de puestos, pero sí ha avanzado que algunos se anunciarán antes de que finalice el año y otros a principios de 2024, “teniendo en cuenta las elecciones europeas” que se celebrarán en junio.

El plan es evitar duplicidades, crear “equipos más específicos” para el trabajo orgánico, “replicar la acción del Gobierno central”, la coordinación con los ocho secretarios provinciales y con los alcaldes socialistas en el territorio, y crear “otros equipos más centrados en exclusiva en el grupo parlamentario”. “Necesitamos desdoblar nuestros recursos”, ha explicado.

Del 14 Congreso del PSOE-A que se celebró en Torremolinos (Málaga) en noviembre de 2021 salió una ejecutiva mastodóntica de 60 miembros -la más abultada de su historia- y con un marcado perfil municipalista. Espadas metió a muchos alcaldes, concejales y ex alcaldes en su equipo de dirección, escuchando muchas propuestas de los secretarios provinciales, pero su núcleo de confianza siempre se ha reducido a cuatro o cinco dirigentes que le acompañaron en su etapa como alcalde de Sevilla, como los hoy diputados Gaspar Llanes y Rafael Márquez.

Esa duplicidad de funciones entre miembros de la ejecutiva regional y del grupo parlamentario se da, por tanto, en un buen número de diputados, aunque el rostro más visible es el de la portavoz, Ángeles Férriz. Férriz y la diputada por Huelva María Márquez -miembro también de la dirección federal- fueron el tándem crítico a la ex presidenta de la Junta y ex secretaria general, Susana Díaz, y Espadas contó con ellas en puestos de confianza cuando asumió el cargo.

Candidato en 2026

Toda esta estrategia de renovación en el PSOE andaluz, aunque estaba ya perfilada hace dos meses, cobra otra relevancia tras el reciente nombramiento del barón socialista como portavoz en el Senado.

Espadas ha querido cortar en seco el debate sobre su posible relevo al frente de la federación más numerosa del PSOE, apresurándose a anunciar que su “voluntad” es repetir como candidato en las elecciones andaluzas dentro de tres años y ser “el próximo presidente de la Junta”. “Hago este doble esfuerzo porque mi apuesta personal es ser el candidato de mi partido en 2026. Espero tener la confianza de mis compañeros, esa es mi voluntad. A mí me toca ser el futuro presidente de la Junta”, ha sentenciado, tras subrayar que este “foco permite que me conozcan más andaluces, porque tendré más visibilidad en los medios de comunicación”.

Las dudas sobre la compatibilidad de dos responsabilidades de tanto peso han aflorado de inmediato dentro y fuera de las filas socialistas: por un lado, la dirección política del PSOE federal en la Cámara Alta, donde el PP ostenta la mayoría absoluta, y que exigirá una presencia más continua de Espadas en Madrid (incluida su participación en las reuniones semanales de la ejecutiva federal); y por otro, la labor de jefe de la oposición en Andalucía, donde es presidente de su grupo parlamantario y debe debatir con Moreno en las sesiones de control al Gobierno autonómico cada 15 días.

Tanto compañeros de partido como rivales en el PP sitúan a Espadas en la puerta de salida de la política andaluza, bien como candidato a las europeas de 2024, bien como portavoz en el Senado en exclusiva, dejando paso a la ministra de Hacienda, la sevillana María Jesús Montero, para coger las riendas de la federación andaluza. “Andalucía se merece un Gobierno a tiempo completo y una oposición a tiempo completo. Esto es difícil compatibilizarlo, creo que se está alejando de Andalucía”, ha dicho este martes el presidente Moreno.

El aludido ha respondido que ambos puestos son “perfectamente compatibles” con “mucho más trabajo” -citando los casos de María Chivite, ex presidenta socialista de La Rioja, y Óscar López, candidato en Castilla y León-, y ha revelado que ha aceptado “el destino que era compatible con Andalucía”.

Antes de este nuevo escenario, Moreno y Espadas ya se reprochaban mutuamente su mayor protagonismo en la política nacional. Moreno como barón de barones del PP, punta de lanza de los líderes territoriales para afianzar la estrategia de confrontación de Alberto Núñez Feijóo contra el presidente Pedro Sánchez y su negociación con los líderes independentistas catalanes. Espadas como uno de los barones autonómicos más fieles y alineados con Ferraz, sobre todo cuando arreciaron las críticas internas y de históricos socialistas contra la ley de amnistía a los responsables del procés.

Espadas ha querido trasladar que su ascenso en el Senado no sólo es una oportunidad de promoción interna en el PSOE y para darse a conocer ante los andaluces -uno de los hándicap de su candidatura en las autonómicas de 2022 fue su escaso nivel de conocimiento entre los votantes-, también le permitirá liderar debates en la Cámara Alta que tocan de lleno a Andalucía. Por ejemplo, la reforma del sistema de financiación autonómica, caduco desde 2013, y que el líder socialista andaluz ha tratado de llevar más de una vez al Senado para comprometer el debate interno entre los barones del PP.

Este mismo martes, Espadas viaja a Madrid para intervenir en la comisión permanente de comunidades autónomas, un foro del Senado que los barones populares usaron hace un par de semanas para criticar duramente la ley de amnistía y cargar contra el Gobierno de Sánchez. El líder del PSOE-A es portavoz en esa comisión y fue quien rebatió las críticas de todos los dirigentes del PP, incluido Moreno. Días después, su grupo llevó una iniciativa al Parlamento andaluz para instar a la Junta a llevar el debate de la financiación autonómica al Senado -como potestad de un gobierno autonómico- pero los de Moreno tumbaron la propuesta con su mayoría absoluta.

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