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La Audiencia de Granada confirma la pena de cinco años de prisión contra Juana Rivas

Juana Rivas, condenada a cinco años de prisión

Álvaro López

La Audiencia Provincial de Granada ha confirmado la pena de cinco años de prisión que dictó en julio el Juzgado de lo Penal 1 contra Juana Rivas por la sustracción durante un año y cuatro meses de los dos hijos menores que tiene con su expareja, Francesco Arcuri. La resolución, a la que ha tenido acceso este medio, confirma por lo tanto la pena de cárcel contra Juana Rivas por dos delitos de sustracción de menores por los que ha sido condenada a dos años y medio por cada uno de ellos.

El recurso, presentado por la madre de Maracena (Granada), tan solo ha servido para rebajar la indemnización por daños morales a su ex de 30.000 a 12.000 euros. El resto de la polémica condena que dictó el juez Manuel Piñar sigue intacta. Es decir, Juana Rivas no solo ha de enfrentarse a cinco años de prisión sino que se verá privada de la patria potestad de sus hijos durante seis años.

Ante esta resolución judicial también cabe recurso de casación al Tribunal Supremo aunque fuentes jurídicas del caso sostiene que no cambiaría el sentido de la condena ya que solo se admitiría si en el fallo se apreciase una mala aplicación del Código Penal. Algo, que en apariencia judicial, no sucede en este asunto.

Un calvario que comenzó en 2016

La ratificación de la sentencia que condena a Juana Rivas a cinco años de prisión y seis de inhabilitación para ejercer la patria potestad es el penúltimo párrafo de una historia que arranca en la primavera de 2016. El 18 de mayo de aquel año, Rivas decide marcharse del domicilio que compartía en Italia con su entonces pareja, Francesco Arcuri. Ambos residían junto a sus dos hijos en Carloforte cuando la mujer se va del país junto con los dos menores. En ese momento Juana dice marcharse unos días de vacaciones a España con el conocimiento de Arcuri pero ya una vez en Maracena (Granada) toma la decisión de no regresar.

Juana Rivas acude al Centro de la Mujer del municipio granadino en el que reside para denunciar que estaba huyendo del maltrato que según ella sufría a manos del que había sido su pareja. Rivas, asesorada por este organismo, decide poner una denuncia por malos tratos en julio de 2016 contra Arcuri una vez que ya ha decidido que no piensa regresar a Italia ni devolver a sus hijos a su padre. Durante ese verano, la madre de Maracena remite varios correos electrónicos a su ya expareja explicándole que no va a regresar y que puede ver y ponerse en contacto con sus hijos pero solo en Granada.

Ante tal situación, Arcuri decide solicitar la guarda y custodia de sus hijos logrando dos hechos relevantes. Primero, que en diciembre de 2016 la Justicia española obligue a Rivas a devolver a los niños a su padre y segundo, que en junio de 2017 le quede confirmada la custodia provisional de los menores. Un mes más tarde, en julio, tras fracasar los intentos de Juana Rivas y de su gabinete jurídico de evitar la devolución de los menores a su padre, la mujer se da a la fuga con sus dos hijos.

Un mes en paradero desconocido

Rivas, que debía devolver a los niños a su padre el 26 de julio de 2017 en el Punto de Encuentro Familiar ubicado en Granada capital, no los devuelve y comienza una huida hacia adelante. Lo hace en un intento por defender sus derechos como la mujer maltratada que siempre ha sostenido ser. No en vano, Francesco Arcuri fue condenado en 2009 por un delito de malos tratos contra ella.

Apoyada por la sociedad e incluso por altos estamentos políticos de España, Juana Rivas permanece más de un mes en paradero desconocido junto a sus hijos para evitar que estos acaben marchándose con su padre. Sin embargo, tras una nueva resolución judicial, Rivas decide reaparecer el 28 de agosto para, ahora sí, devolver a los menores a su padre.

Desde entonces, Juana Rivas ha podido viajar a Italia para visitar en algunas ocasiones a sus hijos mientras que la residencia de los menores permanece fijada en Carloforte. En todo este tiempo, la madre de Maracena no ha dejado de denunciar en ningún momento episodios de maltrato tanto contra ella como contra sus hijos.

De hecho, en una visita en octubre, Juana denunció ante la justicia italiana que su hijo más pequeño había sufrido malos tratos recientes de parte de su padre tras encontrarle unos moratones en la espalda. La mujer se negó en un principio a devolver a los niños aprovechando el periodo en que estaba con ellos alegando que corrían “peligro de muerte”.

La custodia aún pendiente

La resolución de la Audiencia de Granada no es la única que preocupa a Juana Rivas. No obstante, tiene pendiente otra decisión judicial en suelo italiano sobre la custodia definitiva de los niños que tiene con Arcuri. En un principio, en agosto de 2017, el Tribunal de Cagliari en Italia otorgó la custodia al padre de manera provisional, pero la permanente y definitiva aún no se ha decidido. En cualquier caso, esa decisión se adoptará próximamente.

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