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Tres pactos de gobierno local con el PSOE en Andalucía dejan en evidencia a Podemos

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Olga Granado

“Los municipios donde gobernamos o tenemos grupo municipal...”, comenzaba hace unas semanas una frase de Jesús Rodríguez, secretario Político de Podemos en Andalucía, donde hablaba de una proposición de ley para protección de los animales. Teniendo en cuenta que Podemos no se presentó a las últimas elecciones municipales podría considerarse un desliz, pero no es tal, sino que la formación liderada por Pablo Iglesias convive desde hace dos años entre la complicidad y la ruptura con los ediles que se consiguieron mediante candidaturas de unidad popular por toda la comunidad autónoma. 

De hecho, en su mayoría esos concejales, que rondan los 200 en toda Andalucía con diferentes marcas (del tipo “Se Puede”, “Ganemos”, “Participa” como las más habituales), son cargos orgánicos en Podemos, sobre todo en sus respectivos municipios. Claro que también es cierto que Podemos se mueve en una difícil relación con ellos: mientras saca pecho de “municipios del cambio” como Cádiz, ciudad gobernada por José María González (Por Cádiz Sí Se Puede, PCSSP), se ha desvinculado a conveniencia de otras candidaturas a las que inicialmente puso caras para el 24 de mayo de 2015. 

En este contexto, y pese a que las candidaturas “hermanas” de Podemos en los municipios de El Puerto de Santa María y Albolote terminaron fuera de los equipos de gobierno que conformaban con el PSOE hace tiempo, en otros casos ese cogobierno con los socialistas se mantiene, lo que deja en una situación muy complicada a una formación que está exigiendo a IU -son medio centenar en toda Andalucía- que rompa los suyos para confluir de cara a los próximos comicios.

No se trata de pactos de investidura, que hay muchos más y Podemos insiste en mantenerlos porque no se ha opuesto -ni se opondrá- a facilitar el gobierno a socialistas si son los más votados y si la otra opción es que gobierne la derecha. Son pactos de gobierno en los que los “ediles de Podemos” tienen delegaciones. Sin embargo, Podemos no se ha desvinculado de estos proyectos como lo ha hecho con otros casos, especialmente tras las mociones de censura -frustradas o no- que los suyos firmaron con el PP (Aljaraque, Órgiva y Priego de Córdoba), ni ha expulsado a estos ediles, como hizo en Armilla con Domingo Sola cuando decidió formar parte también del equipo de gobierno. 

El ejemplo más importante de esta incongruencia es Benalmádena, por ser una ciudad de casi 70.000 habitantes. La marca con la que Podemos se presentó a las elecciones municipales fue la misma que usada en otros municipios de la Costa del Sol, Costa del Sol Sí Puede (CSSP), y que le dio una docena de ediles (también en Torremolinos, Mijas, Fuengirola, Marbella y Estepona). La decisión de sus dos ediles, Juan Ramón Hernández y Enrique García, hace poco más de un año, de entrar en el equipo de gobierno de Víctor Navas (PSOE) propició el rechazo de la dirección regional de Podemos, que se lo prohibió expresamente por carta.

El partido anunció que se desvincularía de ellos, pero de momento continúan funcionando como “Podemos Benalmádena”. Precisamente en su perfil en Twitter criticaban recientemente que con ellos se tuviera esa exigencia y no con el pacto de gobierno firmado en el caso de Castilla la Mancha también entre el PSOE y Podemos. 

La realidad es que en este municipio, el consejo ciudadano está desmembrado mientras en el consistorio se da el equipo de gobierno más plural posible porque junto a CSSP, el PSOE ha metido a Alternativa por Benalmádena, a IU e incluso a tres que eran ediles de C's y han pasado a ser no adscritos porque su formación lo expulsó cuando suscribieron dicho pacto de gobierno.

Mientras, en Nerja, con más de 20.000 habitantes, el pacto de gobierno que deja en evidencia a Podemos se suscribió meses después de las elecciones municipales de 2015. En concreto, desde noviembre de 2015, la coalición Espacio Verde (EVA) y Podemos Nerja, con la que concurrieron a los comicios, con su única edil, Cristina Hernández, forma parte del equipo de gobierno de Rosa María Arrabal (PSOE) con las delegaciones de Playas; Servicios Sociales; Deportes; Participación Ciudadana; Aparcamientos Municipales y Transporte. Un equipo de gobierno donde por cierto también está IU.

También en el caso de Nerja, una consulta a los perfiles de Podemos en el municipio, dado que no tiene web, muestra que la relación con el grupo municipal continúa siendo de plena colaboración, independientemente de la alianza con los socialistas, como puede observase consultando su página en Facebook.

El tercer ejemplo es Bormujos, de iguales dimensiones que Nerja y donde Podemos y Participa mantienen una “asamblea unificada”. Pero los tres ediles de Participa (Raquel Gómez, Juan José Moreno y Eduardo Manuel Díaz) tienen competencias en el gobierno local de Francisco Miguel Molina (PSOE) prácticamente desde que empezó el mandato 2015-2019.

El propio coordinador general de IU en Sevilla, Manuel Lay, recordaba a Podemos este pacto de gobierno tras conocer el documento con los planteamientos para la confluencia que presentó Jesús Rodríguez, que le pareció “respetable”, pero también pidió a sus potenciales socios que hay que mantener la “independencia” de las dos formaciones a la hora de decidir sus políticas.

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