Doñana mantiene amplias zonas de marisma inundadas pese a la ola de calor y vive su mejor verano desde 2018
Una imagen obtenida del satélite Sentinel-2 L2A del programa Copernicus el pasado 3 de agosto muestra que amplias zonas de marisma del Parque Nacional de Doñana aún se mantienen con agua. De hecho, “desde 2018 no se observaban zonas de marisma inundadas en estas fechas avanzadas del verano”.
Según ha indicado el Espacio Natural de Doñana en sus perfiles de redes sociales, consultados por Europa Press, el aspecto que presenta el parque es “distinta a la de hace un año”, y, para ello, realiza una comparativa de la imagen tomada este año con una instantánea de la misma fecha pero de 2024.
De este modo, según destaca la entidad, en la imagen de 2024 se observa que “las únicas láminas de agua visible se localizaban en el lucio de la FAO, alimentado artificialmente, y un estrecho cauce en el Caño Guadiamar”. Por el contrario, en la foto de 2025 se ven los grandes lucios de Vetalengua y el Membrillo cubiertos de agua, así como el sur de la Marisma de Hinojos, el Lucio de Los Ánsares y el Caño Guadiamar desde Veta Hornito hasta Juncabalejos, donde conecta con el Caño de la Rocina que también mantiene agua.
Asimismo, en la instantánea de 2025 también se observan las últimas lagunas permanentes de Doñana, Dulce y Santa Olalla, con una buena lámina de agua.
Buenas perspectivas en el arranque del verano
Además, destaca en la imagen el incremento de superficie cultivada en las márgenes del Guadalquivir, atendiendo a las posibilidades de suministro que el río sí ha podido aportar esta temporada. De hecho, el Espacio Natural de Doñana señala que desde 2018 no se observaban zonas de marisma inundadas en estas fechas avanzadas del verano.
El enclave arrancó el verano con casi la mitad de la marisma inundada, un hecho insólito en los últimos años, lo que ha propiciado una gran temporada de reproducción aunque también lleva aparejado el riesgo de contaminación de los humedales por la combinación con las altas temperaturas. A principios de julio todavía estaban inundadas unas 16.000 hectáreas.
En este sentido, las precipitaciones acumuladas durante este año hidrológico han superado los 700 litros por metro cuadrado en algunos puntos del espacio natural, con un marzo que se convirtió en uno de los más lluviosos desde que se tienen registros, según indicó la Junta. En ese mes se recogieron más de 250 litros por metro cuadrado, una cifra “extraordinaria” que provocó una reactivación muy notable del sistema hídrico de la marisma.
Así, durante la primavera más de 28.000 de las 30.000 hectáreas del Parque Nacional se encontraban inundadas, al igual que unas 11.000 hectáreas del Parque Natural.
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