Un mercado histórico reconvertido en McDonald's: el de Puertochico en Santander exhibirá la imagen de la franquicia en planta y plaza superior
El Mercado de Puertochico, reinaugurado después de años en obras, verá copada su imagen exterior por la de McDonald's, franquicia que actualmente tiene en trámite la ocupación de la mayor parte del espacio inferior y cerca de 300 metros cuadrados de la plaza superior. Los planes para instalar un McDonald's en Puertochico han sido recurridos por la Asociación de Vecinos de Pombo, Cañadío y el Ensanche, que considera que se ha vulnerado la Ordenanza de Mercados con el proyecto de instalación de la franquicia.
La imagen exterior de la planta baja y la plaza (con terraza acristalada) al norte lucirá en grandes dimensiones la marca de la empresa de restauración y sus logos y diseños identitarios.
Los planes para la implantación de McDonald's en Puertochico no son nuevos desde que las empresas franquiciadas asumieran las obras y la concesión de espacios en 2017. Desde entonces, el mercado entró en un proceso de reforma, ya terminada, y su reapertura guarda en su interior puestos de mercado y espacios reservados para el futuro con un diseño funcional remozado y más acorde con los tiempos.
El Mercado de Puertochico reabrió sus puertas a mediados de octubre de 2024 convertido en espacio de ocio y comercial referencia en Santander, según difundió en su momento el Ayuntamiento. La alcaldesa, Gema Igual, fue la encargada de inaugurar la primera fase de las obras del mercado, y puso en valor la reconversión de las instalaciones y la imagen arquitectónica del edificio. Aseguró en aquel entonces que el proyecto aunará el aspecto más tradicional -al mantener los habituales establecimientos de carne, pescado, fruta o pan- con un nuevo concepto que supone un “atractivo añadido para el entorno y a nivel turístico, una oferta hostelera de gastrobares que van a atraer a un nuevo público”.
El referente futuro del mercado son los de San Miguel y San Antón en Madrid. El de Puertochico, siguiendo ese patrón, tendrá dos zonas de usos diferentes, “coordinadas y proactivas, generadoras de sinergias”. La zona de mercado seguirá dependiendo del Ayuntamiento y acogerá a comerciantes que continúan (Carnicería Charcutería Castillo, Frutas Angelines, Frutas Isabel, Bar Popi y Pescados Tesoros del Mar). A ellos se han sumado otros nuevos y la oficina municipal El Mercaderío.
Sin embargo, el futuro de este espacio emblemático va más vinculado a la instalación de gastrobares y un MacDonald's. No es nuevo en Santander. El precedente lo sentó hace años la reforma del Mercado del Este, la cual permitió reconstruir este espacio siguiendo el diseño histórico pero cambiando totalmente su utilidad. Los comerciantes de toda la vida fueron 'realojados' en un espacio cercano, en los bajos de un inmueble residencial y el Museo de Prehistoria acabó siendo instalado en la planta inferior del nuevo espacio. En superficie, bajo cubierta, se abrieron tiendas y oficinas de turismo, pero con el correr de los años la decadencia de estos espacios ha contrastado con los espacios de hostelería cuyas barras, mesas y sillas ocupan los espacios de privilegio de esta instalación. Sin embargo, en el Mercado del Este no se instaló ninguna gran franquicia.
El precedente más próximo de lo que ocurrirá en el Mercado de Puertochico ocurrió hace un año en los bajos de un edificio emblemático como es el Gran Casino del Sardinero. En aquel entonces, otra franquicia de comida rápida como Burger King se instaló en 300 metros cuadrados obtenidos de la rehabilitación del entorno del inmueble. Se eliminaron los añadidos al edificio, ocupados durante décadas por cafeterías y otros negocios y se rehabilitó el bajo del mismo. Uno de los espacios más emblemáticos fue para Burger King, que una semana antes acababa de abrir un nuevo local en Peñacastillo.
El Mercado de México también vivirá cambios en 2026. Este mercado alojará en su interior a Mercadona y lo hará a lo grande, modificando también su imagen exterior. El supermercado ocupará la plata baja y la mitad de la primera. En la otra mitad se ubicarán los 12 puestos que existen en la actualidad, que podrán continuar con su misma actividad o modificarla.
Solo el Mercado de la Esperanza, el gran referente santanderino de estos edificios históricos, mantiene sus esencias. En diciembre de 2024 concluyó una reforma municipal de su planta baja en la que se hicieron arreglos y se “optimizó” la oferta con una nueva cocina para actividades en grupo y un nuevo almacén general para los comerciantes. Nada más. Por el momento se salva de las franquicias.
Mercado de Puertochico
El Mercado de Puertochico dedicará prácticamente la mitad de su espacio a MacDonald's, un proyecto que al Ayuntamiento no incomoda en absoluto, pero sí a los vecinos del Ensanche, que lo cuestionan por seis motivos, reducidos básicamente a incumplimientos en la Ordenanza de Mercados y pérdida de la imagen identitaria del mercado.
La marca de comida rápida se instalará en la parte norte, junto debajo de la plaza, dejando para el Mercado el discreto acceso habilitado en la calle Casimiro Sainz y los puestos existentes, aunque el proyecto presentado y aprobado por el Ayuntamiento hace años contemplaba la reconversión de los mismos en gastrobares, concretamente ocho, con una superficie media de 20 metros cuadrados cada uno.
La Asociación de Vecinos de Pombo, Cañadío y el Ensanche es la más crítica con la instalación al considerar que se realiza sobre la base de “graves incumplimientos” de la normativa y que “desnaturalizaría el mercado y pondrían en riesgo la seguridad y el descanso del barrio”.
Tilda el proyecto de “ilegal”, tal y como está ahora, al ser “contrario a la normativa municipal y estatal”, motivo por el cual ha presentado alegaciones al proyecto de instalación de la compañía.
El expediente de la cadena ha estado expuesto en periodo de información pública durante veinte días y las alegaciones presentadas por el colectivo hacen referencia a seis puntos que “deben ser corregidos” por parte de los promotores.
Así, la asociación ha alegado que la superficie del local proyectado es “casi cinco veces superior al máximo permitido” y que se da una “desprotección” del comercio tradicional. Según la asociación, la Ordenanza de Mercados establece un máximo de ocupación de 84 metros cuadrados, mientras que McDonald's tiene previsto ocupar una superficie de 475 metros cuadrados con capacidad para atender a 30 comensales.
Otras “deficiencias importantísimas” serían las relativas a protección contra incendios y evacuación. Tampoco “hay un estudio acústico” que acredite el cumplimiento de la ley en la materia y la chimenea de humos “está mal dimensionada”, prosigue la asociación, que afirma que la evacuación de humos no guarda la distancia mínima con instalaciones cercanas como el Centro Cultural Dr. Madrazo. Por último “se incumple la identidad visual” del mercado, según los vecinos del Ensanche.
Las de Pombo, Cañadió y Ensanche no es la única organización crítica. Políticamente, PSOE e IU han cuestionado la implantación de MacDonald's en el mercado. El portavoz del Grupo Municipal Socialista en el Ayuntamiento de Santander, Daniel Fernández, ya denunció públicamente que el equipo de Gobierno (PP) “está permitiendo la privatización de la plaza exterior del Mercado de Puertochico para uso exclusivo” de la franquicia McDonald's, “que instalará una terraza cubierta y elevada, restringiendo el acceso y el uso de un espacio que hasta ahora pertenecía a todos los vecinos”.
Ha recordado Fernández que el mercado fue renovado con fondos públicos y que su destino debería ser impulsar el comercio de cercanía y la gastronomía local. “Lo que está ocurriendo es justo lo contrario: de plaza pública a plaza privada, y de mercado de barrio a escaparate de una franquicia internacional”, ha dicho.
Otra voz crítica es la de Keruin Martínez, concejal de IU en Santander. Izquierda Unida registró alegaciones, lamentando que la incorporación prevista supone “una ruptura frontal con la esencia, los objetivos y el modelo de los mercados municipales, y deja al comercio local y sostenible a merced de las grandes multinacionales”
Entre las alegaciones, ha reclamado la revisión del contrato de explotación para verificar si se están vulnerando los fines de “identidad, cercanía y servicio público”, así como la inclusión de cláusulas de protección del comercio y la restauración local que “impidan la entrada de modelos incompatibles con la esencia del mercado”.
De igual modo, Martínez ha pedido la suspensión cautelar de nuevas aperturas de franquicias en mercados municipales, hasta que “exista una normativa clara que garantice su uso coherente con el interés público”.
Por su parte, como respuesta, la alcaldesa del PP declaró que no tiene “nada en contra” de que la cadena de restaurantes de comida rápida se instale en el Mercado de Puertochico si cumple con los pliegos para la licencia.
Proyecto
El proyecto está patrocinado por las empresas Abastos Gestión y Baika Gestión, radicadas en Álava, las cuales han creado la sociedad Baika Puertochico, S. L. El contrato de obra y explotación fue presentado en octubre de 2016 y firmado por el Ayuntamiento en 2017. Contemplaba una inversión en obras de remodelación de todo el mercado por importe de 1,4 millones de euros (excluido IVA) y la concesión por 40 años de espacios con un canon anual de 6.800 euros. La licencia de actividad fue concedida a Restaurantes MacDonald's.
Entre las obligaciones contractuales del concesionario se encuentra la rehabilitación interior y exterior del mercado, la adaptación de la plaza superior para uso hostelero y la instalación de paredes acristaladas, sobre una superficie de 225 metros cuadrados y 3,5 metros de altura. Asimismo, se contempla la disposición en el interior de ocho gastrobares y una vinoteca, aún pendientemente y presumiblemente en un espacio compartido con MacDonald's en el área norte del edificio ahora cerrado.
La cada vez mayor penetración de las franquicias en el centro de la ciudad es un fenómeno que copa los locales más atractivos desde la Plaza de Juan Carlos I hasta la plazuela de Puertochico. No solo ocurre en el sector de la restauración, sino en el comercio mismo en general, en donde la calle Juan de Herrera es un ejemplo palmario de desaparición del comercio tradicional de la ciudad.
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