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“La caída política de Íñigo de la Serna representa un fin de ciclo en Santander”

Miguel Saro durante la entrevista con eldiario.es. | R.A.

Rubén Vivar

Miguel Saro (Santander, 1975) afronta los últimos meses de una de las legislaturas más intensas que se recuerdan en Santander. Desde que en 2015 recogiera su acta de concejal y devolviera a IU la representación en el Ayuntamiento, puede decirse que no ha tenido tiempo para aburrirse. Los escándalos y polémicas se han ido sucediendo y ve a un PP cada vez más débil y con menos apoyo popular. “Después de varias legislaturas, los vecinos ya han empezado a ver el cartón de toda esta tramoya”, asegura.

En este sentido, se muestra convencido de que los populares perderán votos de nuevo -“creo que van a quedar por debajo de los diez concejales”- y que un gobierno alternativo será posible, aunque dependerá de “si la segunda fuerza más votada presente un programa que genere confianza en el resto de partidos”.

Esta ha sido su primera legislatura como concejal, ¿qué es lo que más le ha sorprendido de los entresijos del Ayuntamiento?

Sorpresas realmente pocas. Profesionalmente conocía el funcionamiento de la Administración, aunque la parte política sí me ha sorprendido la crispación de los debates. Se puede decir lo mismo sin necesidad de llegar a faltar al respeto, que es una cosa que ha ocurrido bastante.

¿A qué lo achaca?

Ese tono de histeria fue auspiciado en su día por el equipo de Gobierno porque han perdido muchos votos y han tenido que aguantar el poder en una operación bastante turbia con el apoyo de dos concejales tránsfugas, antes de Ciudadanos. Eso ha dejado un retrato bastante feo de su gestión y les ha puesto un poco nerviosos. Esta situación era nueva para el PP y debido a la personalidad de Íñigo de la Serna, que es bastante arrogante y vanidoso, ha derivado en un debate muy áspero, además muy a lo personal.

¿Qué balance hace de la gestión del PP en estos casi cuatro años y cómo ve la situación de la ciudad?

Creo que estamos ante un fin de ciclo que viene representado por la caída política del exministro. Físicamente hace dos años que se marchó pero, realmente, en cuanto a su actividad política se fue mucho antes. Él ideó un proyecto de autopromoción personal basado en proyectos con un alto contenido simbólico, muchos de los cuales no han llegado a desarrollarse y se han quedado en bonitas infografías, y la parte del mantenimiento de los servicios públicos esenciales, que es lo que realmente valora el ciudadano, ha sido un tanto desatendida. Eso se ha agotado porque después de varias legislaturas, los vecinos ya han empezado a ver el cartón de toda esta tramoya.

Han visto que la ciudad pierde población, que huyen los jóvenes, que no tiene dinamismo económico para favorecer la creación de empleo y que, además, está lastrada con problemas de vivienda graves. Todo esto hace que la gente recapacite y vea el montaje y el truco que tenía montado aquí el PP, lo que provoca que cada vez tenga menos apoyo popular, y eso es algo que sin duda se va a ver en estas siguientes elecciones municipales.

¿Qué cambios ha notado entre la etapa de Íñigo de la Serna como alcalde y la de Gema Igual?

Se ha visto mucho cambio porque Íñigo de la Serna tenía una capacidad indudable para esconder todas las contradicciones de su gestión detrás de su persona. Es algo que cada vez hacía con más dificultad, pero que aún así conseguía con un notable grado de efectividad. La actual alcaldesa no es capaz de hacer eso. Primero le han reventado en la cara parte de esas contradicciones de las que es corresponsable y luego, no es capaz de esconderlo con maniobras de trilero como hacía el señor De la Serna.

Además de eso, es verdad que el tono de crispación se ha rebajado, más que nada porque la actual alcaldesa no lidera nada, ni ningún programa ni nada, ni ha hecho nada, y por tanto su perfil es muy bajo. Se limita a defender la gestión de Íñigo de la Serna y a intentar esquivar los golpes que le van viniendo.

En el último pleno se debatió una moción para pedir su reprobación por el fracaso del MetroTus. ¿Le sorprendió que no interviniera?no interviniera?

No me ha sorprendido porque es un poco a lo que me refería antes. Está superada por los acontecimientos y quizá no tenga mucha confianza en salir airosa de un debate público. Por eso se pone de perfil, menos al comienzo que intentó adoptar una posición de liderazgo muy débil y que fue un fracaso.

La oposición ha pedido la dimisión y reprobación de la alcaldesa y los ceses del concejal de Movilidad, del concejal de Obras, de la concejala de Cultura, la edil de Economía... ¿Esto entra dentro del juego político o realmente cree que ha habido motivos suficientes para reclamar hasta cinco dimisiones?

El insistir tanto puede hacer perder algo el valor de las peticiones. Somos muchas fuerzas en la oposición, lo que hace que haya muchas iniciativas, pero creo que todas están fundadas debido a que han estallado enormes escándalos en Santander.

Ahora mismo en el Ayuntamiento tienen representación: PSOE, PRC, IU, Ganemos, dos concejales tránsfugas de Ciudadanos y Antonio Mantecón de Santander Sí Puede, además del equipo de Gobierno del PP. ¿Cómo está viviendo tan amalgama de representantes? ¿Está enriqueciendo a la ciudad o es más engorroso?

Creo que hay distintas acciones políticas que se pueden distinguir. Por una parte, tanto IU como Antonio Mantecón tenemos una postura común en muchos puntos que ha movilizado bastante la fiscalización y oposición que deberían haber hecho el PSOE y el PRC en legislaturas anteriores y ahora al menos se han puesto las pilas. Veremos si eso da para que haya una voluntad para generar un bloque político alternativo al gobierno de Santander. Y luego la concejala de Ganemos tiene una actitud un tanto caótica en sus iniciativas y bastante repetitiva; los dos exconcejales de Ciudadanos vienen a ser el sostén del gobierno del PP, sobre todo David González. La otra concejala, Cora Vielva, tiene una de cal y una de arena.

Le pregunto directamente: ¿Cree que el equipo de Gobierno ha comprado el apoyo de David González para asegurarse la mayoría en los plenos?

(Piensa la respuesta). Si hablamos de comprar como entrega de dinero, eso no podría asegurarlo; que ha conseguido algo de valor suficiente como para entregarse por completo olvidando cuáles eran las propuestas que defendió para entrar al Ayuntamiento, la fidelidad a su partido y que le reconozcan por la calle y le reprochen su entreguismo al PP, sí. Algo le han entregado a cambio de su vasallaje. No sé si decir si es una compra en el sentido mercantil o la entrega de cierta seguridad en un ámbito de su vida, eso lo ignoro, pero desde luego estoy seguro que ha habido algún tipo de contraprestación.

Con todas las polémicas que han salpicado a lo largo de esta legislatura al PP (el MetroTUS, la falsificación del currículum, el derrumbe de la calle El Sol, el incendio del MAS, la anulación del Plan General…), ¿si no hubiera un cambio de Gobierno tras las próximas elecciones, sería un fracaso?

Sí, sin ninguna duda. Si no hay un cambio político y hay oportunidad porque lo dan los votos, sería fracaso y habría que reprochárselo a las fuerzas políticas que teniendo representación suficiente, no tienen la voluntad de llegar a acuerdos. Creo que sería fácil sentar unas bases para el cambio: en primer lugar, conseguir más dinamismo económico en la ciudad para crear empleo y generar oportunidades y que no se base exclusivamente en el sector servicios y de temporada; que se mejoran los servicios públicos, cuya externalización supone la salida directa de 60 millones de euros a empresas externas; y que se actúe de forma inmediata en temas básicos como la vivienda, que está totalmente fuera de la realidad.

Desde Izquierda Unida ya han manifestado su disposición a explorar una confluencia con otras formaciones y organizaciones de izquierdas. ¿Ha habido ya contactos formales con otras formaciones?

Sí, tanto en Santander como en el ámbito autonómico. Todos los que estamos en el espectro de la izquierda deberíamos hacer un esfuerzo para hacer de la necesidad virtud.

¿En qué punto están esas conversaciones?

Hemos tenido varias reuniones y ahora, en un mes o dos, tenemos que dejar claro cuál va a ser el proceso de selección de candidatos y el marco programático. Eso exige no solamente hablar con fuerzas políticas, sino también con movimientos vecinales que han tenido mucho peso estos últimos años y que han llevado últimamente el peso de la oposición ante las políticas anticiudadanas del PP.

¿Habrá una candidatura única?

Espero que sí.

Otras veces se ha intentado y ha fracasado.

Creo que en este momento el contexto más difícil va a facilitar que aquellos que quizá tenían el pecho hinchado sean más realistas y podamos encontrar un marco común donde no haya ni mesías ni césares que nos dirijan a todos, ni grandes estructuras partidistas que copen los procesos participativos. Entonces, quizá sobre unas bases menos ambiciosas podamos más fácilmente llegar a un acuerdo común que sea práctico para conseguir los objetivos.

¿Le gustaría encabezar esa candidatura?

(Suspira). Me lo tengo que pensar y tengo que hablar mucho con mi familia. Ya les he machacado bastante en los últimos ocho años.

En el último pleno, Cora Vielva les afeó a los partidos de la oposición que se la excluyera de la moción de consenso que plantearon para pedir la reprobación de la alcaldesa por el fracaso del Metro-TUS. ¿Usted diferencia entre la situación de Antonio Mantecón y la de Vielva cuando ambos formalmente están fuera del partido con el que obtuvieron su acta de concejal?

Jurídicamente están en la misma posición, pero políticamente no, en absoluto. Cora Vielva y David González abandonaron su partido debido a una disputa interna en la que su facción perdió; Antonio Mantecón nunca jamás perteneció al partido Ganemos y únicamente utilizó esa marca debido a que nos les dio tiempo a registrar su candidatura municipalista derivada de Podemos. Tanto por su trabajo como por su origen y coherencia política no se puede decirse que políticamente tengan la misma calificación.

Hace poco más de un año Izquierda Unida renovó su dirección con una nueva coordinadora, Leticia Martínez, y usted mismo como portavoz. ¿Cómo está viendo el papel de su partido con el hándicap de no tener representación en el Parlamento?

Mi valoración es positiva, ya que pese a ese hándicap, que es muy difícil de superar, hemos conseguido muchos éxitos. Por ejemplo, fuimos el primer partido que denunció las irregularidades en la Consejería de Sanidad y hemos sido muy estrictos en el control del Gobierno en áreas muy sensibles como vivienda, protección del medio ambiente, ordenación del territorio, en educación y sanidad. Creo que nos hemos puesto las pilas y hemos estado muy encima de la acción del Gobierno, aunque es cierto que nuestra capacidad de iniciativa está rota por la incapacidad de generar debate en el Parlamento.

Un pronóstico para las próximas elecciones en Santander.

Creo que el PP va a perder bastante representación y que va a quedar por debajo de los diez concejales, y que va a haber aritmética suficiente para una alternativa de gobierno. La cuestión va a estar si la fuerza más votada de esa oposición tiene voluntad política para hacer un programa de cambio que genere confianza en el resto de fuerzas y, sobre todo, que pueda atraer a un partido como el PRC que se mueve entre el PP y el PSOE bastante cómodamente, tanto en Santander como en Cantabria. También habrá que ver el papel que va a tener Ciudadanos. Y espero que las fuerzas de izquierda puedan agruparse en una solo candidatura y consigan disputar la hegemonía dentro de la oposición.

¿Cree entonces que el PRC va a ser la llave para decantar la balanza?

Sí, seguro. Tiene que posicionarse claramente. Tendrían que ser parte leal de un gobierno alternativo y espero que de aquí a unos meses definan su postura. Es fácil hacer oposición pero hacer propuestas sobre un programa concreto de cambio en Santander es más difícil. Cuando hay una posibilidad real de ser alternativa de gobierno al PP, tienes que ser muy prudente y honesto con los santanderinos y no hacer una campaña al uso. Me gustaría comenzar a escuchar propuestas de cara a 2019 y con quién estarían dispuestos a pactar.

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