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Un cofrade denuncia el “veto” del párroco de Brihuega por “homofobia”

Cofrades con la imagen de la Virgen de la Peña

Carmen Bachiller

Un vecino de Brihuega (Guadalajara), miembro de la cofradía de la Virgen de la Peña ha denunciado el “veto” impuesto por el párroco de la localidad, Mariano Marco, a su candidatura para formar parte de la Junta Directiva de esta institución por su orientación sexual ya que “no vive acorde con la moral cristiana”.

Guillermo Domínguez Llorente asegura que el párroco cuenta con la autorización del Obispado de Sigüenza-Guadalajara, a pesar de haber sido aprobada su candidatura el pasado agosto por el resto de la directiva, “tras un primer intento” de veto del párroco a título individual. El joven tiene 25 años y asegura que pertenece a la Cofradía desde pequeño. “Me apuntó mi abuela, he sido catequista y ahora, con todo esto, estoy hecho polvo”, asegura. También su familia. Asegura que la situación les está pasando factura.

No quiere explicar mucho más y se remite a una carta hecha pública este domingo. Según la versión del cofrade, el párroco tras hablar con el Obispado por teléfono se ha denegado finalmente su solicitud. “Solo pido la misma seriedad con la que yo he planteado mi candidatura” y que se responda por escrito, reclama, para hablar de “injusticia”.

“Se exige vivir de forma coherente con la fe”

Fuentes del Obispado consultadas por eldiarioclm.es aseguran conocer el caso a través de los medios de comunicación. Alfonso Olmos, responsable de prensa asegura sobre este caso que “no es que esté detrás el Obispado sino el Código de Derecho Canónico por la condición homosexual. Uno puede serlo y estar en la Junta Directiva. Supongo que será por la práctica pública de esta condición”. “No conozco el caso, supongo que el párroco se habrá amparado en el Código, igual que para ser padrino de bautismo se exige vivir de forma coherente con la fe”, asegura.

“Es una aberración”, dice la Asociación WADO

Mientras, desde la Asociación WADO LGTBI+ de Castilla La Mancha critican la decisión. “No toleraremos este tipo de desprecio e intolerancia en nuestra región”, explica el presidente, Ignacio de la Iglesia. En su opinión, “es una aberración que este tipo de actos queden impunes” y explica que, aunque vetar a alguien por su orientación sexual es ya “un caso grave” de discriminación por LGTBIFobia, “no entendemos que además desde la Iglesia se puedan hacer estos vetos en organizaciones seglares” porque, recuerda, las cofradías son organizaciones no dirigidas por la Iglesia.

“Nos apena que en nuestra región se sumen párrocos y el obispado de Sigüenza, a este tipo de discriminaciones”, comenta De la Iglesia que exige a ambos que “se retracten y pidan perdón a Guillermo Domínguez”.

Recuerda, también, que si es cierto que el obispado de Sigüenza autoriza este veto, desde el Ayuntamiento de Guadalajara y del de Azuqueca de Henares se tendrá que sancionar sin subvención pública, colaboraciones económicas o partidas publicitarias al Obispado de Sigüenza tal y como se aprobó en las respectivas mociones que se aprobaron en dichos ayuntamientos - mociones en materia LGTBI y de diversidad de género- este mismo año en las que “se sancionaría a las personas jurídicas que no respeten la diversidad afectivo sexual”.

El colectivo recuerda que hasta que se elabore una ley LGTBI o contra la LGTBIfobia en Castilla-La Mancha, de la que existe el compromiso por parte del Instituto de la Mujer próximamente, además de una ley a nivel nacional, “utilizaremos los medios disponibles para que actos como este no queden impunes”.

El Obispado niega el veto

El vicario general de la diócesis Sigüenza-Guadalajara, Agustín Bugeda, ha explicado a Europa Press que el rechazo a la petición de Domínguez no se debe “en absoluto” a su condición sexual, sino porque no vive de acuerdo a las normas de la Iglesia Cristiana, y precisa que pasaría igual si fuese una pareja heterosexual separada. El vicario general ha querido dejar claro que lo mismo sucedería en el caso de que se tratase de una mujer u hombre separado o divorciado que estuviese viviendo con su pareja sin estar casados, “sea homosexual o heterosexual”, precisa.

Para Bugeda se trata de “sentido común” que “una persona que no vive de acuerdo a las normas canónicas de la Iglesia no puede pertenecer a este órgano, aunque si puede ser miembro de la Hermandad”, afirma.

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