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Las lagunas de Ruidera, desde lo más profundo

Daniel Padrón

Francisca Bravo Miranda

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Quince son las lagunas que conforman el parque natural de las Lagunas de Ruidera, un espacio definido como de los “más bellos” de la Península Ibérica. Se trata de un espacio prácticamente único en Europa, junto al parque de Plividje en Croacia, creado a través de la acumulación de carbonato cálcico, toba, y a las aguas infiltradas en el acuífero 24 de la zona. Así se crea el nacimieno del río Guadiana y también del río Pinilla, con aguas ricas en carbonato, tras miles de años de precipitación. Este proceso da lugar al paisaje único en Castilla-La Mancha, que además se puede explorar bajo el agua.

Este espacio natural protegido se localiza entre las provincias de Albacete y Ciudad Real y está constituido por las siguientes lagunas: Laguna Blanca, Laguna Conceja, Laguna Tomilla, Laguna Tinaja, Laguna de San Pedro,Laguna Redondilla, Laguna Lengua, Laguna Salvadora, Laguna Santos Morcillo, Laguna Batana, Laguna Colgada, Laguna del Rey, Laguna Cueva Morenilla, Laguna Coladilla y Laguna Cenagosa.

La empresa Ruidera Activa comenzó a bucear en las aguas de las lagunas hace ya veinte años. José Luis López explica que observaron una serie de “cualidades” en el entorno que las convertían en un destino de buceo. “Las lagunas están tapizadas por algas evolucionadas”, explica López, llamadas carofitas. Se trata de “mitad plantas, mitad algas”, porque hacen fotosíntesis y, por tanto, liberan oxígeno al agua. Gracias a este elemento, la visibilidad en las lagunas mejora a pesar de la gran cantidad de minerales en las aguas.

“La presencia de la cal puede entorpecer la visibilidad, pero por regla general hay bastante visibilidad. Además, las carófitas aportan mucha comida para los peces y los depredadores que viven de estos peces así como a otras especies que viven de ellos”, explica López.

La principal atracción es que este tipo de ecosistema es “completamente” diferente para el buceador marino. A ello, López añade los valores naturales que se muestran en las lagunas, como las formaciones de barreras que se pueden observar en la Laguna Colgada. En este caso en particular, recalca que se puede bucear en toda la zona del río donde se puede ver la termoclina y las barreras tobáceas que separan las lagunas de las otras y que se crean a través del agua de precipitaciones.

Entre las especies que se puede observar, se encuentran los barbos y las colmillejas que “siempre han vivido ahí”, al igual que las galápagos. Además, se pueden observar especies introducidas para la pesca deportiva como los lucios o las carpas.

Técnicamente, el buceo no difiere del que se realiza en mar. La diferencia es que, al ser agua dulce, se suele bucear a pocos metros llegando a un máximo de 25 metros. “La mayoría de las inmersiones están entre los 8 y los 15 metros. La única diferencia es la flotabilidad, y si no se tiene mucha habilidad, hay que tener cuidado en no arrastrar los depósitos de cal para no interrumpir la visibilidad. El consejo es ir con gente que sabe hacia donde va”, recalca.

El equipo realiza además limpiezas “todos los años”, gracias a un permiso anual y en los sitios donde hay más afluencia de personas.

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