Numerosos comercios, algunas terrazas y un hotel reabren el primer día de la fase 1 en la Marina Baixa y la Vega Baja
Un millón de alicantinos, el 56% de la provincia, ha entrado este lunes en la fase 1 de la desescalada, y lo ha hecho sin incidencias, pero con timidez. Desde primera hora de la mañana, las plazas céntricas de ciudades como Benidorm u Orihuela han amanecido con una imagen inédita en 50 días de confinamiento, con terrazas de cafeterías abiertas y con más comercios con la persiana levantada.
Sin embargo, en la ciudad de la Marina Baixa sólo el 10% de los bares ha reanudado su actividad en el primer día de la nueva fase, según datos de la patronal de hostelería Abreca. Una cifra testimonial para una ciudad centrada en el turismo, inexistente desde la declaración del estado de alarma.
A este respecto, solo el 10% del comercio turístico, que representa el 60% del total, ha optado por reabrir, explican desde la Asociación Independiente de Comerciantes de Benidorm AICO. Del restante 40%, formado por los locales tradicionales, lo que incluye peluquerías, ha abierto sus puertas el 80%, cumpliendo la mayoría las directrices sanitarias en cuanto a higiene y aforos, aseguran fuentes del consistorio.
El Ayuntamiento de Benidorm ha venido ofreciendo días atrás, y de manera gratuita, la desinfección de los accesos y terrazas de más de 500 establecimientos de la ciudad, entre bares, restaurantes, cafeterías, comercios y lugares de culto que hoy también han reabierto sus puertas.
A unos 14 kilómetros de Benidorm en dirección al interior, Finestrat ha presentado un inicio de la fase 1 más decidido. Casi la mitad de su sector hostelero, en torno al 45%, ha reabierto sus terrazas.
No obstante, avisan desde el Ayuntamiento, “más del 55% del empresariado de este sector ha decidido mantener bajada la persiana porque les resulta muy difícil abrir con el número limitado de mesas en terraza”.
Este argumento se repite entre los pequeños empresarios que ven complicado aventurarse a reabrir sus negocios con el margen de beneficio que puede aportar el 30% del aforo de la terraza que permite la normativa.
Un hotel
El inicio a la vuelta a la “nueva normalidad” no solo ha dejado la estampa de bares a medio gas; también la de los hoteles que, a falta de turistas y de la movilidad entre personas y territorios, han optado por seguir cerrados.
De hecho, este lunes solo ha abierto un hotel en la Marina Baixa, cuentan desde la patronal del sector Hosbec, un pequeño establecimiento hotelero en Polop de la Marina. “Nos quedan ocho semanas para empezar a funcionar”, explica Nuria Montes, secretaria general de Hosbec, en alusión al horizonte del próximo 1 de julio como fecha de reapertura de los hoteles.
Los hoteles que opten por abrir, añade, y así se espera que lo haga uno en Benidorm la semana que viene, va a ser para hospedar a clientes que pernoctan por cuestiones profesionales, no de ocio. Pero esta alternativa se antoja insuficiente teniendo en cuenta que el desplazamiento dentro de la provincia de Alicante aún no es viable. “Va a ser muy complicado porque cuando Benidorm entre en la fase 2, Alicante estará en la 1, así que el posible cliente alicantino no podrá venir hasta aquí”, aduce.
La Vega Baja
La capital de la Vega Baja también ha vivido un lunes con relativa tranquilidad. La Asociación de Comerciantes de Orihuela estima que más del 70% de los comercios han abierto sus puertas, una cifra alta que contrasta con la del sector de la restauración, cuyos empresarios han optado mayoritariamente por seguir cerrados, afirma su presidente Adolfo Valero.
Esta impresión la corrobora el concejal de Emergencias, Víctor Valverde. “La afluencia no ha sido masiva, pero se notaba que la gente tenía ganas de tomarse un café o cerveza”, señala. La policía municipal solo ha tenido que actuar en dos establecimientos concretos donde sus responsables se han excedido ampliando las terrazas sin consentimiento municipal.
Por su parte, este lunes también han retomado su actividad los templos religiosos que predominan en Orihuela, donde hay una treintena de iglesias católicas, de las cuales una decena están en el casco urbano. “Se está notando en las misas que se celebran por la tarde ya desde este lunes”, recuerda el regidor. “Todas son conscientes de que no pueden superar un tercio del aforo y de que deben habilitarse medidas de higiene”.
Para acabar, Adolfo Valero, el máximo representante de los comerciantes oriolanos, explica que ha aprovechado este día para retomar su joyería, un negocio de tercera generación que en sus 60 años de historia se encuentra quizás en su momento más crítico. “En últimos ocho meses hemos estado cerrados cuatro, dos meses ahora y antes otros dos meses por la DANA”, afirma en alusión a la gota fría que golpeó con especial incidencia en la zona sur de la provincia de Alicante. “Llueve sobre mojado”, dice con ironía.
Con 41 años y dos empleados a los que ha tenido que aplicar el ERTE, se obliga a ser optimista. “Más que nada porque soy el representante de los comerciantes y me toca serlo”, señala. Este lunes se ha dedicado a limpiar y a entregar pedidos pendientes a los pocos clientes que se han dejado ver.
0