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PP y Cs ante el espejo en Alicante, deberán excluir a Vox para pactar los presupuestos con el PSOE

El alcalde de Alicante, el popular Luis Barcala, durante el brindis de Navidad con los portavoces del resto de grupos municipales.

Emilio J. Salazar

Alicante —

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Partido Popular y Ciudadanos están echando de menos estos días no haber logrado un único concejal más en las pasadas elecciones del 26 de mayo. La insuficiente suma de los 9 regidores populares y los 5 del partido naranja les lleva a tener que negociar con la oposición su voto favorable, o en su defecto, su abstención en la aprobación del presupuesto municipal de 2020 y claro, el resto de fuerzas no están por la labor de ponérselo difícil al ejecutivo de Luís Barcala.

El último en no dar su brazo a torcer ha sido el PSPV-PSOE. El portavoz del grupo socialista, Paco Sanguino, ha dicho esta semana que no piensan sentarse con PP y Cs para negociar las cuentas si no se deja fuera de las conversaciones a la “ultraderecha más reaccionaria”. La socialista era -y sigue siendo- la opción menos mala para el bipartito, que no quiere depender de la extrema derecha. De hecho, Barcala fue investido alcalde con los únicos votos de sus aliados naranjas ya que el líder alicantino de Vox, Mario Órtola se votó a si mismo tras serles negada la entrada en el gobierno por el propio PP, que un día después de las elecciones fue contundente en rechazar sumar fuerzas con la formación de Abascal.

Pero la carta socialista no está, de momento, en la mesa, y el bipartito (14 regidores) teme que Vox, PSPV-PSOE, Compromís y Unides Podem (15 regidores) tumben sus cuentas. Vox ya avisó en diciembre tras reunirse con el primer edil que sus dos ediles solo darían su apoyo a Barcala si elimina el área LGTBI, en manos de Ciudadanos, y suprime la partida de Cooperación, que en el presupuesto actual asciende a 430.000 euros. Asimismo, exigen que el área de Familia tenga mayor protagonismo y que aumente la plantilla policial, entre otras exigencias.

Un órdago que deja contra las cuerdas al bipartito de derechas. “Las propuestas de Vox demuestran que están fuera de la Constitución y su única aspiración es que volvamos a la España negra que benefició en una dictadura a unos cuantos privilegiados, sumiendo en el analfabetismo, el retraso y el aislamiento a este país”, ha dicho fuentes socialistas.

“Son los mismos negacionistas de la Constitución del 78, de la ley del divorcio, del matrimonio homosexual y, ahora, de los derechos de la diversidad social”, ha manifestado el portavoz socialista.

Para Sanguino, “las administraciones están para corregir conductas discriminatorias, no para fomentarlas. Y con Vox no es posible”. El líder socialista ha pedido al alcalde que negocie “con los partidos constitucionalistas” y que no opte por el “rodillo de Vox”. “Negociar unos presupuestos no es enviar a la oposición un proyecto de presupuestos para que se hagan enmiendas a unas partidas ya delimitadas en las que la capacidad de enmiendas queda reducida a la mínima expresión”.

Compromís, por su parte, también ha alentado al gobierno local que negocie con ellos. “Estamos a principios de año y el bipartito no ha sido capaz de presentarnos una propuesta de presupuestos municipales”, ha denunciado su portavoz Natxo Bellido, quien ha reclamado que en esa mesa de negociación que presumiblemente se dará la semana que viene se estudie el acondicionamiento de la segunda y tercera planta del Ayuntamiento, en desuso desde su rehabilitación en 2017 y que la coalición pide que vaya destinada a los grupos políticos. “Nosotros vamos a presentar iniciativas como ésta y esperemos que nos hagan caso para poder negociarlos”, ha añadido.

De momento, la única línea roja para los presupuestos la ha marcado el PSPV-PSOE ya que Unides Podem se ha limitado a exigir, en la segunda ronda de negociaciones con PP y Cs, que no se olviden del barrio de San Blas “históricamente abandonado” por el Ayuntamiento, en las siguientes cuentas municipales.

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