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Àngela Ballester: “Hay que separar los debates de Podemos de nuestra actuación en un gobierno”

Àngela Ballester, exdiputada de Podemos en el Congreso, en una imagen de archivo.

Laura Martínez

Valencia —

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Licenciada en Historia y graduada en Relaciones Internacionales e Interculturales, Àngela Ballester militó en Podemos desde sus orígenes. Desarrolló actividades de investigación en la Fundación CEPS, embrión académico de la formación de Pablo Iglesias, a quién acompañó en sus dos primeras legislaturas en el Congreso de los Diputados.

Ballester fue partidaria de las tesis de Íñigo Errejón en el primer gran debate de la organización y fue poco a poco desplazada de la primera línea, aunque ha continuado participando en la vida de partido. Forma parte de la gestora que dirige la formación en Valencia tras la dimisión del secretario general, Antonio Estañ, y negoció la composición del segundo gobierno progresista en la Comunitat Valenciana en coalición con el PSPV-PSOE, Compromís y Esquerra Unida.

Hasta este jueves, ha sido directora general de Coordinación Institucional en la vicepresidencia segunda de la Generalitat Valenciana, único departamento que dirige Podemos, con competencias en vivienda y coordinación de políticas verdes. En el momento de realizar la entrevista, el vicepresidente segundo, Rubén Martínez Dalmau, no ha dado explicaciones públicas sobre la destitución, que se conoció días antes.

El cese saltó a los medios el pasado lunes. ¿Cuándo conoció usted la decisión de Dalmau?

Hace tiempo que la conozco ya. Me lo comentó hace un mes mes y medio.

¿Qué explicaciones ha dado el vicepresidente segundo para este cambio?

Él habla de falta de confianza. Yo no puedo hablar por él, él ha dado sus explicaciones. Pero como directora general hemos tenido una relación como cualquiera en un ámbito de gobierno. He cumplido mis responsabilidades. Era un espacio complicado que no existía antes, teníamos que poner en marcha los mecanismos para hacer real esa apuesta por la coordinación de las políticas verdes. Fue una buena iniciativa del Gobierno del Botánico que se ha replicado en el Gobierno de España. En ese sentido, no hemos tenido grandes discrepancias. Estoy satisfecha de haber formado parte de este gobierno.

Una de las explicaciones atribuye la decisión a una falta de confianza. ¿Se siente decepcionada?

A mí me sabe mal que se diga que no se confía en mí. Me hubiera gustado que las cosas fueran de otro modo. Desde mi punto de vista no hay motivos para esa falta de confianza, he puesto todos mis esfuerzos y lo puede corroborar la gente que ha trabajado conmigo dentro y fuera de la conselleria. Lo que me trasladan de otros partidos es que han trabajado bien conmigo. Me duele esa falta de confianza.

Algunas personas del partido califican esta decisión como casi despótica y señalan que se ha realizado sin consultar.

Es cierto que tenemos una situación particular en el partido. No hay un órgano electo de dirección, de poder, hay una gestora desde hace unos meses porque se paralizó la Asamblea con la COVID-19 y no tiene capacidad para tomar ciertas decisiones. Ha sorprendido en el partido que no se hubiera informado con tiempo y no se hubiera consultado, no porque tenga que tomarse desde la gestora, sino porque se considera que se tendría que haber consultado el nombramiento.

Otros lo enmarcan en el proceso interno asambleario, en el camino para escoger a la nueva dirección. ¿Se decantó por alguna candidatura?

No me decanté, no nos dio tiempo a la mayoría. Se anunciaron las asambleas, la estatal y la autonómica, pero la autonómica no llegó a iniciarse, no se lanzaron candidaturas oficiales. No me posicioné por nadie. Hubiera participado en los debates, como he hecho siempre, cuando hubiera llegado la Asamblea. Ni culpo ni exculpo a nadie, creo que tenemos una tendencia a valorar todo desde el punto de vista de las disputas internas. Siempre me ha parecido que no ayuda porque muchas veces impide el debate político. Si esa confusión se produce también relacionada con la gestión de los gobiernos creo que es un problema y tenemos que poner los esfuerzos para evitarlo. Hay que separar bien los debates de la organización de nuestra actuación en un gobierno que tiene como máxima prioridad atender a las personas. Si se han confundido los términos o los espacios creo que es algo que debemos revisar y atajar.

Parece que los procesos internos son una revolución en el partido y las instituciones. ¿Cree que se gestiona bien el conflicto político?

Creo que, como en todo, la experiencia da mucho. A los que llevamos al pie del cañón desde el principio nos parece que han pasado 20 años, pero somos una organización joven y tenemos mucho que aprender. Creo que sí, que provoca cambios, revoluciona la organización... Pero tenemos que trabajar en que no suponga empezar de cero cada vez. Tenemos un recorrido y un trabajo hecho que hay que mantener. Deberíamos poder diferenciar. Me parece importante, de cara a la Asamblea Ciudadana, que podamos debatir. Yo siempre he sido defensora de los debates, de que debatamos cuál es la mejor estrategia para conseguir los fines para los que estamos aquí: gobernar para la gente, garantizar el bienestar, que acaben los privilegios. Me parece importante que podamos tener debates. Y en la asamblea valenciana no ha habido un gran debate de ideas sobre qué hacer, creo que todos estábamos de acuerdo en que había que entrar en los gobiernos; ahora tenemos todos bastantes cosas en común, así como en el pasado ha habido diferencias. Creo que en los procesos internos deberíamos poder afinar y encontrar las mejores ideas. Separando siempre de la gestión de lo público, que tiene como fin último servir a la gente.

¿Cree que Podemos no hace esta distinción entre vida orgánica e institucional?

Creo que a veces se confunde y no solo en Podemos. Es bastante común en los partidos. Algunos se diferencian muy bien y no tienen las mismas cabezas, como el PNV, pero en todos los partidos se confunde. Creo que en momentos de crisis debemos ser muy cuidadosos, porque si no el mensaje que podemos lanzar a la ciudadanía, mientras todo el mundo está asustado, pasando duelos en soledad, sin trabajo... Si en estos momentos confundimos las cosas y damos a entender que llevamos a las instituciones las disputas de los partidos, me parece que es un mal mensaje.

¿Cómo afecta a su relación con el partido?

De ninguna forma. Me afecta a nivel personal. Voy a continuar como miembro de la gestora y ahora tendré más tiempo de ver fortalezas y debilidades en el partido para trabajar en mejorarlas. Voy a seguir porque creo que Podemos es una herramienta útil para la ciudadanía, está siendo útil en el Pacte del Botànic y está demostrando que empujamos en el Gobierno de España para aprobar medidas que cuiden a la gente.

Después de los procesos internos, de su paso por el Congreso y de la destitución, ¿En algún momento se ha sentido maltratada en el partido?

Creo que todos pasamos malos momentos en el partido. A veces por la pasión o porque hay quien confunde un debate con una guerra. No es fácil vivir estas situaciones con compañeros. Pero por el partido no me he sentido maltratada. Es cierto que tiene muchas cosas que mejorar. Una idea que compartimos muchas es que la forma en que nos organizamos en el partido tiene que cambiar mucho. Hay que feminizar la política y hacer los espacios compatibles con la vida, con ser madre... Ser mujer y estar en primera línea requiere de muchos esfuerzos. Muchas mujeres no pueden estar, creo que tenemos que seguir haciendo un gran esfuerzo. A veces sientes que es un territorio muy hostil para las mujeres. Por eso a veces me he sentido con el compromiso de dar pasos adelante porque no es fácil y tenemos que hacerlo.

¿La política es amable? ¿Los partidos son espacios amables?

Creo que depende, es algo general. Son espacios donde se genera tensión, como una discusión de familia a nivel más grande. Pero son espacios que ilusionan mucho. Ahora estamos al pie del cañón, estamos en contacto con la gente de los municipios que lo están dando todo. Es una ilusión que se comparte y merece la pena. Los partidos pueden ser difíciles, pueden ser territorios hostiles si somos personas sensibles. En ocasiones me genera incomodidad. Pero estar en un espacio en el que se comparte la ilusión por mejorar la vida de la gente me parece una experiencia positiva.

Aunque la Asamblea no llegó a arrancar, sí se postularon dos candidaturas capitaneadas por dos mujeres, la exsenadora y diputada Pilar Lima y la portavoz parlamentaria Naiara Davó. ¿Se decantaría por alguna?

No me decanté porque no llegamos al punto de que hubiera candidaturas formales. Pilar Lima sí dio el paso y en el partido todos entienden que Naiara Davó hará lo mismo. Queda para la asamblea mucho, ahora toca trabajar todos a una, responder a las necesidades de la gente. Después podremos tener los debates que correspondan. Creo que estamos de acuerdo en la mayoría de cosas, que nos podemos entender perfectamente. Celebro que haya mujeres dispuestas a encabezar esta organización y cuando llegue la Asamblea tendremos estos debates.

¿Tiene contacto con Pablo Iglesias?

La gestora es un contacto con la dirección estatal. Tengo buena relación con Pablo Iglesias. El trabajo que hacemos en la dirección general es transversal. Esta coordinación sólo tiene una experiencia previa, que es la Agenda 2030. Cuando se nombró el nuevo Gobierno hablé con Ione Belarra, responsable de Agenda 2030, para trasladarle lo que habíamos puesto en marcha para compartirlo porque es complicado. Hay gente del Gobierno con la que tengo buena relación y trabajo.

¿Cómo ve el futuro de Podem?

Creo que estamos en una muy buena posición y me alegro de que estemos donde estamos. Lo que nosotros hemos defendido se tiene que poner en marcha: que el Estado tiene tiene que proteger a los mas débiles, que no podemos salir de esta crisis como salimos de la de 2008. Para eso estamos en el Gobierno del Botánico y en el Gobierno de España y tenemos que seguir trabajando en esta línea.

En el espacio político tenemos un gran papel, que el Gobierno se coordine para luchar contra el cambio climático y por la transición ecológica. Es una prioridad para salir de la crisis. Nosotros presentamos en campaña el 'green new deal', el gran acuerdo verde, y hay que unir la reconstrucción de la economía con la transición ecológica. Es lo que estábamos trabajando desde la Dirección General. Una de las cosas que más lastima me da es que es importantísimo este trabajo para pensar la reconstrucción en verde y confío en que se seguirá apostando por esa vía. Siempre hemos defendido esa transición y es el momento de aplicarlo. He aprendido mucho en esta etapa. Estoy orgullosa de haber formado parte de un Gobierno del Botánico. Propusimos el primero, he negociado el segundo y ha sido una oportunidad de aprender.

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