Carlos Fabra almuerza con los jefes de la Policía Local de Castellón
Carlos Fabra, expresidente de la Diputación de Castellón y del PP provincial, almorzó recientemente con dos jefes de la Policía Local de Castellón, según informó el jueves el diario Levante. En concreto, Fabra fue visto con el jefe de la Policía Local de Castelló, Francisco Javier Genovés.
Mientras presidió la Diputación, Fabra fue concejal del Ayuntamiento de Castellón. En 2013, el expolítico fue condenado a cuatro años de prisión por varios delitos de fraude fiscal. En abril de este año, el juzgado de Vigilancia Penitenciaria número 1 de Madrid le concedió la libertad condicional, al haber cumplido ya las tres cuartas partes de la condena.
Carlos Fabra gobernó la Diputación desde 1995 hasta 2011. En esos años, adquirió fama estatal por episodios como la construcción de un aeropuerto que inauguró semanas antes de las elecciones municipales de 2011, pero que no albergó ningún vuelo hasta años después.
También fue conocida su inclinación por el clientelismo cuando fue grabado en 2009 en una reunión con miembros de su partido. “El que gana las elecciones coloca a un sinfín de gente. Y toda esa gente es un voto cautivo. (...) Yo no sé la cantidad de gente que habré colocado en doce años, no lo sé”, afirmó.
Carlos Fabra es heredero de una tradición familiar de gobierno de la provincia. El poder político de su clan comenzó con Victoriano Fabra, el “tío Pantorrilles”, un antepasado de la familia que ya dirigió la Diputación de Castellón a finales del siglo XIX. También presidió la institución su padre, Carlos Fabra Andrés, entre otros hombres de la familia.
Después de la gloria, la purga
Los retratos de todos ellos cuelgan de los pasillos y las estancias de la institución, junto a los de otros muchos exgobernantes. La última exponente de este poder fue su hija, Andrea Fabra, famosa por gritar “que se jodan” en un debate en el Congreso de los Diputados sobre los desempleados. En 2016 también ella abandonó la política.
Durante su carrera, Carlos Fabra ejerció un poder incontestado en el PP provincial y fue agasajado por los líderes autonómicos y nacionales del partido, hasta el punto de que Mariano Rajoy dijo en 2008 que era un “ciudadano ejemplar”. En 2011 dejó el poder por propia voluntad.
En la actualidad, sus partidarios no tienen un poder relevante en el partido y los dirigentes del PP de Castellón se muestran incómodos cuando escuchan alguna pregunta relacionada con su antiguo jefe. Su sucesor, Javier Moliner, se aplicó a una purga de sus files, que incluyó al que fue su vicepresidente en la institución provincial y mano derecha, Francisco Martínez. Ahora Martínez también está condenado por corrupción, y en su pueblo, Vall d'Alba, se empiezan a retirar las decenas de placas en las que se les homenajeaba a ambos.
