Del cierre de los Altos Hornos a polo de la movilidad eléctrica: Sagunto arranca la reindustrialización valenciana

A principios de los años ochenta Sagunto vivió uno de los procesos industriales más crudos del país. Las consecuencias de una crisis económica iniciada una década atrás, ligada a una crisis energética influenciada por un conflicto bélico. El cierre de los Altos Hornos, que pasó por encima de todas las protestas, dejó a más de 3.000 trabajadores en la calle. Muchos eran migrantes de otros puntos del país, se habían cruzado la península con sus familias para trabajar. Para ellos, las palabras reconversión industrial estaban ligadas a desdicha.

Cuarenta años después, la capital del Camp de Morvedre vuelve a recordar estas palabras. Lo hace, de nuevo, en un contexto de crisis energética, una escalada de precios marcada por un conflicto bélico. Pero esta vez lo hace con una mirada más optimista, con una oportunidad de futuro. El grupo Volskwagen, el mismo que absorbió Seat en ese proceso paralelo de reconversión industrial, ha colocado este viernes la primera piedra de la gigafactoría de baterías para coches eléctricos en Sagunto. Lo hace bajo la marca PowerCo, una alianza de 60 empresas e instituciones que pretende electrificar el transporte de personas y mercancías desde la localidad valenciana.

En el acto inaugural de las obras, al que han asistido los directivos de ambas firmas, junto al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el rey Felipe VI, el presidente recordaba las coincidencias en Sagunto. Sánchez hacía referencia a “la durísima reconversión industrial que dejo una profunda huella” en uno de esos episodios en los que la historia rima. El jefe del Ejecutivo remarcaba que la primera piedra de la gigafactoría, que permitirá la creación de 3.000 puestos de trabajo directos y alrededor de 12.000 indirectos, “es más que un acto simbólico”, implica “orientar nuestro país hacia un nuevo modelo productivo” y caminar hacia la autonomía estratégica de España y la Unión Europea. En la misma línea se manifestaba el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, que recalcaba: “No habrá una Europa fuerte sin una industria fuerte”.

El proyecto supone una inversión de más de 3.000 millones de euros por la mercantil alemana, además de una potente red de empresas, en el marco de la promesa de Seat de electrificar su flota. Pero la alianza quiere ir más allá de construir una fábrica para vehículos eléctricos que sea sostenible y autosuficiente en materia energética. Junto a las 200 hectáreas que ocupará la factoría se proyecta una planta de reciclaje para sus componentes y un centro de formación, una apuesta para el sector de la movilidad sostenible y también para el futuro de los jóvenes. La factoría suministrará a los integrantes del grupo Volskwagen en toda Europa, pero también beneficiará a empresas como Ford, ubicada a varios kilómetros de Sagunto, y ejercerá de polo tractor para otras empresas locales.

“Esta gigafactoría ayudará a garantizar el futuro de la industria de la automoción española, que representa el 8% de nuestro PIB y da empleo a casi dos millones de trabajadores y trabajadoras”, ha asegurado el presidente del Gobierno, que ha insistido: “Convertimos la transición ecológica en algo positivo, vinculado a la reindustrialización. Tiene un impacto decisivo en un momento clave”.