Los nuevos Cercanías de Renfe, más eficientes y con al menos un 30% más de capacidad, empezarán a circular en 2025
La planta que la multinacional Stadler tiene en la localidad valenciana de Albuixec está desarrollando todo el proceso, desde el diseño hasta la construcción y el ensamblaje de los convoyes, de 79 trenes de gran capacidad encargados por Renfe para el servicio de Cercanías. Se trata de unas unidades con una capacidad (ampliable) de 950 viajeros que se pondrán en circulación en las zonas con mayor demanda, como Madrid, Barcelona o Valencia -en Valencia hay actualmente en funcionamiento más de 50 unidades de Cercanías, 40 de ellas eléctricas-. El presidente de la compañía, Raül Blanco, ha visitado este miércoles la fábrica de Albuixec, una visita en la que ha estado acompañado por la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, y la consellera de Política Territorial en funciones, Rebeca Torró.
Los nuevos trenes (T100 y T200) contarán con la posibilidad de escalabilidad, algunas de estas unidades son de dos alturas. Es decir, se podrán adaptar a los cambios de ocupación: “Por ejemplo, las pasadas Fallas tuvimos que doblar convoyes para alcanzar los 900 viajeros, una circunstancia que con estos nuevos trenes podría alcanzar una capacidad próxima a los 2.000 pasajeros”, señalaban desde Renfe, que explica que se trata de trenes flexibles que puedan crecer en sus longitudes, en caso necesario, lo que permitirá adaptarlos a la realidad cambiante de la demanda. Los trenes T100 permiten su evolución a tipo T120 y T160, de 5 y 6 coches, y los trenes T200 a tipo T240, de 8 y 10 coches.
Los futuros trenes, que contarán con wifi en su interior, “permitirán una gestión mucho más eficiente de su mantenimiento, ofrecerán un servicio de alta calidad y alta tecnología”. Además, serán totalmente accesibles para personas con discapacidad funcional y contarán con espacios para sillas de personas con movilidad funcional, así como espacios para bicicletas, maletas, cochecitos de bebé, etc.
La entrada en funcionamiento de estas unidades permitirá la “transformación del servicio público” y la retirada de algunas unidades que tienen entre 20 y 40 años de antigüedad, tal y como reconocía Blanco.
Equipos de última generación
Técnicamente, los nuevos vehículos estarán dotados de equipos de última generación que supondrán una mejora de la fiabilidad de la red y la puntualidad del servicio. Además, la tecnología implementada permitirá recoger miles de datos por segundo de toda la flota. Esta información en tiempo real asegura la toma de decisiones operativas de forma más eficiente, lo cual redundará en un mejor servicio a los usuarios de Cercanías.
Actualmente se están fabricando las dos primeras unidades, cuyo proceso de validación y certificación comenzará en 2024 y está previsto que entren en servicio a partir de 2025. Una vez superado este período, se iniciará la producción en serie de las 77 unidades restantes, entregando a Renfe dos trenes cada mes.
El importe de la fabricación de los 79 trenes de gran capacidad para los servicios de Cercanías asciende a 1.305 millones de euros, incluyendo el mantenimiento de parte de los vehículos durante 15 años.
Esta carga de trabajo comportó para Stadler Valencia la ampliación de su plantilla de Albuixec en 500 nuevos profesionales y esta compra “histórica” de trenes a Stadler Valencia se completa con los que Renfe ha encargado también a Alstom y CAF, y permitirán a la compañía ferroviaria renovar buena parte de su material móvil y ampliar la flota de trenes de servicio público con una inversión histórica de cerca de 4.000 millones de euros.
Locomotoras de mercancías
Por otro lado, el presidente de Renfe, Raül Blanco y el presidente de Stadler Valencia, Íñigo Parra, han firmado este miércoles, en la planta de Stadler, el contrato de compra y mantenimiento integral de 12 locomotoras de mercancías por un importe de 112.988.234 euros, 69.540.000 euros correspondientes al suministro de las locomotoras con ERTMS y 43.448.234 euros correspondientes al mantenimiento integral de las locomotoras.
Esta compra está financiada parcialmente por la Unión Europea, que ha aprobado una subvención para este proyecto de 15 millones de euros para la adquisición y 1.890.000 para la instalación de ERTMS, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia Next Generation.
El plazo de entrega de las locomotoras concluye el 31 de diciembre de 2025. El mantenimiento del material, por su parte, abarca un periodo de 15 años.
Renfe prevé destinar las locomotoras contratadas al Corredor Mediterráneo en el que el Administrador de las Infraestructuras Ferroviarias, ADIF, está instalando el Ancho Estándar UIC en la Red Ferroviaria de Interés General (RFIG), lo que va a suponer el aumento de la longitud máxima de los trenes de mercancías hasta 750 metros.
Las locomotoras de gran potencia permitirán a Renfe Mercancías nuevas oportunidades de crecimiento por la posibilidad de incrementar tráficos nacionales e internacionales, lo que implicará un impacto positivo en la actividad de la compañía.
También está prevista la adquisición de otras doce locomotoras de ancho ibérico por un importe de 72 millones de euros.
Mayor eficiencia energética
Se trata de una apuesta decidida de Renfe Mercancías para la optimización de las nuevas infraestructuras desde el momento de su puesta en servicio, y significará al mismo tiempo una mayor eficiencia de los planes de transporte a través de un consumo energético más ajustado, del uso de energía no contaminante, menor agresividad frente a la vía, bajo nivel de ruidos interiores y exteriores, ausencia de vibraciones, mayor capacidad de carga y mejores niveles de fiabilidad.
El incremento de la actividad de Renfe Mercancías conllevará en definitiva significativos ahorros de costes por externalidades en tanto que, tal como reconoce la Comisión Europea, el ferrocarril es el modo de transporte de mercancías que menos emisiones contaminantes genera.
Renfe Mercancías ahorró en 2021 a la sociedad 291 millones de euros en costes externos, al evitar la circulación de 2,4 millones de camiones. Renfe Mercancías ha dado un salto en términos de emisiones por el aumento del empleo de la electricidad de origen renovable certificado y emisión de carbono nula al 100% del total de energía eléctrica consumida.
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