Tres secuestros con pedigrí valenciano
“Anells de pur silenci us posaren lleugers
agitant de molt prop
en medusa letal milers de braços,
i pels ponts perillosos del ponent
passà el vostre rosari de dies en pluja.
A una ombria sola,
a on un cant d’ocells fugitius us cridava.
Ningú no sabrà si ara sou la imatge, l’ombra,
o la llum que fereix des del somni perdut,
o el gran defalliment d’aquest vent blau sense ones“.
Maria Beneyto, València. ‘Els impacients de la fi’, 1952
Tres acontecimientos– Asalto policial y encarcelamiento ‘dels 10 d’Alaquàs’ en 1975, secuestro de Luís Suñer en 1981 y secuestro de José María Pascual en 1987– acerca de la privación de libertad coinciden en el tiempo o en la oportunidad que los vincula: ocurrieron en el País Valenciano, son heterogéneos; merecen atención y estudio por parte de articulistas, estudiosos, periodista e historiadores; supusieron hitos en la sociedad valenciana por su significación; constituyen borrones en la historia de los valencianos y tuvieron final feliz. La felicidad no consiste en que tuvieran coste cero, sino que no acabaron en tragedias irreparables teñidas de sangre. Los valencianos arreglan las cosas de otra manera o lo procuran. Está en su ADN.
Con el foco puesto
Un libro, varios artículos, programas de televisión (A Punt), actos políticos de justicia, han señalado con un aldabonazo las conciencias dormidas de otra época. Exigen denuncia, descripción ecuánime del relato, examen de conciencia y un deseo irrefrenable de que pongan encima de la mesa la necesidad de rectificar la penosa realidad de la política valenciana, para que no vuelvan a suceder ni en sus versiones del siglo XXI. Hoy y ahora el País Valenciano sufre el emparedamiento entre la crisis rotunda de la vida pública española que no nos concierne, aunque deprime y la etapa más negra de la política valenciana. Con la Generalitat presidida y gobernada por la incompetencia indigna de su Consell, comandado por Carlos Mazón, que sólo sabe gesticular y despejar responsabilidades desde el 29 de octubre de 2024, cuando no supo estar a la altura de las circunstancias. Con un inoperante “gobierno llamado progresista” en Madrid encerrado en las barricadas de La Moncloa con la primordial misión de lidiar y ahuyentar los nefastos augurios que proceden de Ferraz,68, sede del PSOE.
Vamos de ejercicios
Estamos en plena celebración del 50 aniversario de la detención policial, que fue el secuestro ‘Dels deu d’Alaquàs’– Laura Pastor, Partit Carlí del País Valencià; JJ Pérez Benlloch, del PSPV de Vicent Ventura; Ernest Lluch y Vicent Soler, de Socialistes Valencians Independents; Xavier Navarro, Unificació Comunista d’Espanya; Josep Corell, sindicalista de USO; Carles Dolz, Moviment Comunista del País Valencià; Josep Guia y Francesc Candel (PSAN) y C. Manuel Martínez Llaneza, de la Oposició d’Esquerres al País Valencià– La crónica de los recuerdos de Vicent Soler i Marco comienza con un sugerente; “A poqueta nit…” para describir aquel tremendo asalto en La Purísima, la recogida Casa de Ejercicios Espirituales regido por humildes monjas, para desbaratar la creación del Consell Democràtic del País Valencià, en el anochecer del día de San Juan en Alaquàs,
junio de 1975. Cinco meses antes de la desaparición del general Franco y del último estertor de la Dictadura. ¿Hubo candidez de Laura Pastor al dejarse perseguir o sucedió un soplo al uso, que delató aquella reunión en la clandestinidad? “Hostes vingueren que de casa en tragueren”. María Consuelo Reyna lo tiene muy claro. Riesgo en el que incurrían los que se juntaban, más de tres, aunque fuese para rezar. En ese concilio se encontraban varios profesores, un sindicalista próximo a Comisiones Obreras, y un catedrático catalán, Ernest Lluch i Martín. Luego exministro y asesinado por ETA veinticinco años después, en el garaje de su despacho y la militante del Partido Carlista de Carlos Hugo, que luego pagó los platos rotos. No parecían muy peligrosos para irrumpir pistola en mano y sacarlos a empellones. Esposados hasta las dependencias policiales, donde permanecieron aislados varios días para ser interrogados por el juez.
Los ausentes
Además de los que integraban el equipo de trabajo que se reunió en Alaquàs habría que reseñar los que faltaron. A unos se les esperaba y a otros no. Entre los que fueron convocados y no asistieron estuvo la formación demócrata- cristiana que encabezaba en València por Ernest Sena. Tampoco compareció el Partido Socialista Obrero Español, que después se adhirió al Consell Democràtic del País Valencià. Ente que concitó las iras de las fuerzas represoras del Régimen franquista, en una farsa sectaria que carecía de sentido en el marco de un convento de monjas donde varias generaciones habían practicado los Ejercicios Espirituales que implantó el fundador de la Compañía de Jesús, Íñigo de Loyola. Al borde de la transgresión del Concordato Iglesia-Estado por irrumpir en un recinto regentado por la Iglesia Católica, el juez zanjó, varios días después, el osado lance, con la libertad de los encausados bajo fianza de 10.000 pesetas. El importe fue recaudado bajo la batuta de Vicent Ventura Beltrán, con el aval de Joaquín Maldonado Almenar ante el Banc Industrial de Catalunya. Vicent Ventura fue el más señalado de los que no participaron en la reunión de Alaquàs, cuando se le considera inspirador y organizador del encuentro al que mandó en su representación al periodista J.J Pérez Benlloch miembro del Partit Socialista Valencià y después del PSPV, partido que nada tiene que ver con el PSOE en el País Valenciano actual.
Operación Apolo
Tras la Navidad, el 13 de enero de 1981, vísperas del golpe de Estado que gestaron los generales Armada y Milans del Bosch e inició el teniente coronel Tejero de la Guardia Civil en el Congreso de los Diputados el 23 de febrero de ese mismo año, fue secuestrado en su domicilio el empresario Luís Suñer Sanchis en su pueblo, Alzira. Los secuestradores pertenecían a la banda terrorista ETA y su relato ha dado pie a un excelente libro sobre los entresijos y vicisitudes del rapto por motivos económicos: “Operación Apolo. De cómo ETA secuestró al rey de los helados” escrito por el periodista Sergi Moyano y publicado por la editorial Libros del K.O. radicada en Madrid. Otro síntoma de anormalidad. El autor ha simplificado la categoría poliédrica del empresario Luís Suñer que transitó de Alzira a figurar en el primer puesto entre los españoles que más pagaban a Hacienda. Reclamo que guio al comando secuestrador. mitad valenciano y mitad madrileño, bajo la tutela del terrorismo vasco que empezó por aquella época a atentar en el País Valenciano y más concretamente en la población costera de Xàbia. Comenzaba el boom turístico que aseguraba la repercusión internacional de los atentados. Al mismo tiempo se advertía a los vascuences amenazados que se refugiaron en Xàbia de que afincados en La Marina tampoco estaban seguros. El secuestro de Luís Suñer se conoció en el argot de la banda como “Operación Apolo” y se resolvió, previo pago de 350 millones de pesetas, (pedían 1500) mediante la utilización de tinglados y profesionales con experiencia internacional. Por consejo de la familia de otro empresario catalán, Jesús Serra Santamans, secuestrado con anterioridad, se contrató –por 100.000 pesetas al día– a la compañía británica ‘Control Risk’ que desplazó a Alzira a un comandante del Ejército de U.K, de solvencia probada en negociaciones con terroristas en Irlanda, conocido con el sobrenombre de ‘Peter’. En la conexión con el terrorismo vasco el mediador fue el teniente de alcalde en Donostia, de Euskadiko Ezquerra, Pedro Ruíz Balerdi. La autoridad personal y empresarial de Luís Suñer es mal conocida en la actualidad, dentro y fuera del colectivo del mundo de los negocios. A nivel humano se desconoce que marcó su vida y su trayectoria empresarial la grave y prolongada enfermedad de su hijo Luís Suñer Picó, hasta su fallecimiento el 13 de enero de 1964 a los veinte años. Para el tratamiento médico de su epilepsia y facilitar su formación, la familia Suñer tuvo domicilio en València. En 1966, Luís Suñer junto con un grupo selecto de empresarios valencianos – Vicente Iborra Martínez, Joaquín Maldonado Almenar, Francisco Trullenque, Francisco Domingo, Ricardo Fuster– ante la falta de un periódico independiente en València financiaron a la empresa Sucro S.A., editora del semanario ‘València-fruits’, para publicar un diario con la cabecera: ‘Al día’, Diario de noticias e información económica. ‘Al día’ se vio la luz entre el 1 de mayo al 21 de diciembre. Su director fue Martín Domínguez Barberá (despedido de Las Provincias) y sus redactores Vicent Ventura Beltrán y J.J. Pérez Benlloch. Cerró por inviabilidad económica y los empresarios que lo habían financiado, entre ellos Luís Suñer–renunciaron a recuperar su inversión de la empresa Sucro S.A. para editar ‘Al día’. El 14 de abril de 1981 Luís Suñer fue liberado en la carretera de Soria a Logroño tras compartir un whisky con sus secuestradores.
Imperio naranjero
El 22 de septiembre de 1987 fue secuestrado José María Pascual, el creador de Pascual Hermanos, el mayor imperio hortofrutícola con empresas satélites propias con socios de cada país que dieron lugar al holding más imaginativo y eficaz de la historia naranjera. José María Pascual, nacido en Pego, era amante de la música y componía sus partituras. Participó en producciones cinematográficas. Le hice una entrevista en su despacho mientras su secretaria la transcribió por taquigrafía y la interrumpió para comer un plato de granada que trajo desde su casa en Pego. José María Pascual tenía su domicilio fiscal en el Principado de Mónaco, estaba amenazado de secuestro y transmitía simultáneamente que vivía en cualquiera de sus viviendas en Londres, París. Mónaco o València. En esta última lo raptaron. Él mismo reconoció que muy pocas personas sabían que la noche del 22 de septiembre iba a dormir en esta casa próxima a València. José María Pascual, tuvo contratado un seguro internacional de secuestro que resultó ser efectivo, con dos o tres días de privación de libertad. Se ignora si mediante pago de rescate u otros métodos más expeditivos. En sus biografías se omite el secuestro. En diciembre de 1986 comí en el despacho del director y socio de su empresa en Pascual Holland, en Rotterdam, que me enseñó el magnífico piano de cola que le iba a regalar a José María Pascual en Navidad. Un estilo empresarial respetado, peculiar e irrepetible.
Dinero y algo más
Estas tres pinceladas impresionistas que perfila el trío de episodios de privación de libertad, uno colectivo y los otros dos de figuras señaladas del mundo empresarial valenciano, coinciden en su ubicación territorial y en el swing de su forma de evolucionar con final venturoso. “Els deu d’Alaquàs” con su épica policial y composición plural, marcaron el pistoletazo de salida para el proceso integrador de la conciencia valenciana.’Som i serem’. Con el recorrido que conocemos y que no está en su momento más esplendoroso. Luís Suñer y José María Pascual, cada uno a su manera, trazaron un “savoir faire”, desde la talla de dos grandes hombres de empresa con visión social y proyección internacional. Inteligentes, creativos, hábiles en la concepción de equipos eficientes y leales, queridos y respetados. Hoy resulta casi imposible encontrar modelos de entendimiento y eficacia, equiparables en el conjunto y en la singularidad. Nuestros políticos y nuestros empresarios, de ahora mismo, carecen de estilo y no entienden que por mucho dinero que ganen, se deben al territorio, al colectivo de su actividad y a la sociedad, con perfil humano, que los vio nacer.
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