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Un perito, ante la jueza de la DANA: “La Aemet, cuatro días antes, ya le da mucha seriedad a la magnitud del evento”

Francisco Vallés atiende ayer a los medios de comunicación a su salida de la Ciudad de la Justicia, tras su declaración del pasado 9 de mayo.

Lucas Marco

València —
20 de mayo de 2025 22:45 h

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Francisco Vallés, ingeniero hidráulico, profesor de la Universitat Politècnica de València (UPV) e investigador del Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente (IIAMA), compareció como perito ante la jueza de la DANA el pasado 9 de mayo. La sesión aclaró dudas clave de la catástrofe del pasado 29 de octubre, tal como ha destacado la jueza instructora en relación con los bulos sobre el —inexistente— papel de la presa de Forata en el desbordamiento del barranco del Poyo, que causó la mayoría de los fallecimientos. El perito, autor de un esclarecedor modelo de la inundación, también defendió las predicciones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), abiertamente cuestionadas por el Gobierno de Carlos Mazón y por sus socios de Vox. “Hace un gran papel, el primer boletín es el día 20, diciendo que va a venir un episodio muy importante y, cuatro o cinco días antes, ya le dan mucha seriedad a la magnitud del evento y, el día de antes, esa previsión es muy fiable”, afirmó el perito, según reza el acta de su declaración, a la que ha tenido acceso este diario. “Son muy serios en su trabajo”, apostilló en referencia a la agencia meteorológica.

El perito se enteró el día anterior a la DANA de la suspensión preventiva de las clases por parte de la Universitat de València. Vallés explicó la definición del aviso más alto de la Aemet: “Un nivel de riesgo rojo significa exactamente que el peligro es extraordinario, los bienes y la población vulnerable en zonas expuestas podrían sufrir daños muy graves o catastróficos”. El investigador también aseguró que las medidas de protección civil, en el contexto de cuencas de tipo mediterráneo de carácter torrencial, “deben activarse con la lluvia” y que la Aemet “emite muy pocos avisos de riesgo rojo”. La del 29 de octubre, activada a primera hora de la mañana, era la primera de 2024.

El investigador del IIAMA distinguió entre las previsiones meteorológicas y las de caudales de ríos y barrancos. Estas últimas dejan poco tiempo de anticipación, en contraste con la previsión meteorológica. Se trata de “inundaciones relámpago”, destacó.

La Aemet “trabaja con umbrales” y, a las 7.36 del 29 de octubre, comunicó que se iba a rebasar el nivel de riesgo rojo. “La comunidad científica y los que trabajan con él sabían que lo que venía era gordo, dado que, con esas previsiones y acercándose el día 29, la incertidumbre se acota y disminuye”, indica el acta de su declaración. A pesar de ello, “no recibieron ninguna comunicación, llamada o solicitud de la Agencia Valenciana de Emergencias o alguna administración pública de competencia autonómica”, lamentó.

“Hay que gestionar el riesgo”

El perito mantuvo durante su comparecencia un tono técnico, aunque también se refirió, de pasada, a la gestión ante la catástrofe por parte del Consell. “No sabe lo que hubiera hecho, pero desde luego sí hubiera convocado al órgano gestor de la emergencia [el Cecopi] con días de antelación”, reza el acta de la declaración ante la jueza instructora.

“Luego”, agregó, “la lluvia es una variable meteorológica que hay que procesarla para llegar a la variable caudal, que es una variable hidrológica”. “Con la experiencia previa, cuando llueve tantísimo, el fenómeno es extraordinario seguro”, declaró Vallés. Y con las previsiones, “se podía entender que eran previsibles los desbordamientos suficientes para tomar medidas y ponerse totalmente en guardia, pero no se podía saber cuánto caudal”.

Francisco Vallés apostó por combinar medidas estructurales (obras) y no estructurales. Es decir, combinar actuaciones en cabecera y en cuencas altas y bajas y herramientas de gestión y prevención. Las obras mitigarían las inundaciones, pero no las evitarían: “Hay que gestionar el riesgo porque siempre vamos a convivir con él”.

“En este caso hubiera sido mejor con las actuaciones, eso es evidente, pero se hubiera conseguido más con una buena gestión de la emergencia incluso que con las actuaciones, porque [con] la capacidad para la que estaban pensadas [las obras] se hubiera desbordado, más tarde, pero se hubiera desbordado”, dijo el perito.

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