La Generalitat salva al Hospital Provincial de Castellón de la quiebra técnica
La auditoría sobre las cuentas del Hospital Provincial de Castellón no sólo desvela las irregularidades cometidas bajo las presidencias del Partido Popular en el Ejecutivo valenciano desde 2012. También pone énfasis en la situación de quiebra técnica del centro sanitario. Con unos fondos propios negativos de 30.153 euros y un pasivo corriente que excede del activo en 17.154 euros, “existe una incertidumbre significativa sobre la capacidad de la entidad para mantener sus obligaciones y para garantizar la continuidad”, según figura en el apartado 6 del informe, referido a asuntos destacables. De hecho, líneas más abajo subraya que la viabilidad sólo está asegurada gracias “al apoyo presupuestario de la Generalitat para el ejercicio 2016”.
Esa inyección económica de la Conselleria de Sanidad para este año elevará todavía más la deuda del Consorcio Hospitalario Provincial con el Fondo de Liquidez Autonómico, que asciende a 37.841.603,52 euros a 31 de diciembre de 2015. El saldo corresponde a facturas de proveedores pendientes de pago.
La auditoría revela también cómo los anteriores gestores fraccionaban determinadas prestaciones de servicios para convertirlas en contratos menores y, con ello, evitar el concurso público. Al no superar los 18.000 euros, en caso de suministro, o los 50.000 euros (obras), el procedimiento era cerrado, sin publicidad ni concurrencia. Sin embargo, el análisis del modelo 347 de proveedores, “verifica que existen operaciones declaras con terceras personas cuyo importe acumulado es igual o superior” a los citados anteriormente. Así, pone como ejemplo los mantenimientos de la central de esterilización y prestige y proteus, adjudicados a A. Matachana SA y GE Health España, respectivamente, por cuantías superiores a los 20.000 euros (21.824 euros y 20.542,74 euros), aunque las cantidades se reducían a algo más 10.000 euros al dividirse en varios expedientes.
Pero el examen sobre la situación del Hospital Provincial de Castellón va más allá del estado contable. Profundiza en otros aspectos, con especial atención al funcionamiento interno. Así, alerta que las responsabilidades de cada empleado no están recogidas por escrito. En concreto, concluye lo siguiente: “El manual es aprobado en 2001, y debido a los cambios producidos en la entidad, dicho manual no está actualizado, por lo que actualmente las funciones de cada puesto son verbales y hay un borrador pendiente de aprobación”.
