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Canal 9, una televisión partidista de manual: “Dependía de Camps y González Pons, recibía órdenes políticas en contenidos y contratos”

Pedro García, exdirector general de RTVV en el banquillo del juicio de la visita del Papa.

Sergi Pitarch

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Un estudio de la Unió de Periodistes Valencians en 2016, sucesivos informes del Comité de Redacció en la primera década del 2000 hasta su muerte por inanición y hasta la comisión de investigación parlamentaria del accidente del metro de València concluyeron que Canal 9, bajo los gobiernos de Eduardo Zaplana y Francisco Camps, fue una televisión gubernamental al servicio del poder. Hasta esta semana, expertos y trabajadores habían denunciado estas práctica, pero nunca un directivo ejecutor de esas estrategias había reconocido públicamente esa manipulación.

Ha sido en un juicio en la Audiencia Nacional cuando uno de los exdirectores generales más conocidos ha admitido esas prácticas y señalado a los responsables. Él se considera un ejecutor. Así, el exdirector de RTVV entre 2004 y 2009, Pedro García, aseguró que Canal 9 “dependía del presidente Camps, pero en modo práctico dependía de González Pons”, presidente de la Generalitat y conseller de Presidencia, respectivamente. Tanto, que el propio Camps le llamó para pedirle como responsable del ente que “no se negara a hacer nada de lo que le propusieran en la cobertura de la visita del Papa a València en 2006”.

Pero fue más allá. “Sabía que estaba mal darle un contrato a una empresa a dedo, pero se recibían órdenes políticas en contenidos y en contratos, desde otorgar programas hasta contenidos políticos en los informativos; lo hacía yo y también mis predecesores”, dijo al ser preguntado sobre quién le propuso amañar el contrato de las pantallas que debían servir para que los miles de peregrinos vieran la misa del Papa Benedicto XVI en València. Pedro García confesaba así que los informativos estaban dirigidos desde el poder político y que se premiaba a productoras amigas.

En esa confesión, el exdirector general de Canal 9 señaló a González Pons como la persona que le ordenó que se adjudicara a la trama Gürtel el contrato de las pantallas. “González Pons me dijo: Álvaro está muy enfadado porque lo han dejado fuera y hay que darle algo, hay que darle las pantallas y la megafonía”, declaró.

Pedro García llegó a la dirección general de RTVV directamente desde Presidencia de la Generalitat. Antes, había sido jefe de prensa de Francisco Camps. Su llegada pervirtió el proceso de selección que antes se hacía a través del consejo de administración. García entró directamente de la mano del Gobierno sin el maquillaje del consejo, que tampoco garantizaba la imparcialidad puesto que Eduardo Zaplana ya había colocado años antes a su jefe de gabinete Jesús Sánchez Carrascosa en la dirección de la televisión.

Como García, hubo también otros directores de la televisión o jefes de informativos que hicieron el proceso de puerta giratoria. Lola Johnson pasó de ser la mujer fuerte del ente público a convertirse en miembro del Gobierno valenciano.

Canal 9, que llegó a superar el 20% de audiencia en los mejores tiempos de la televisión, se convirtió en un arma de propaganda política y en el Gobierno de Camps, de la crítica de la derecha contra el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Esta máxima también la reconoció el propio García, que desveló las presiones de la Iglesia para que la visita del Papa la retrasmitiera Canal 9 porque “no se fiaba” de Radio Televisión Española “por si manipulaba” la visita de Benedicto XVI.

En aquellos años, la religión y el travase del Ebro fueron dos de las grandes batallas ideológicas que se plantearon a La Moncloa en la Comunitat Valenciana.

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