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València CF y Levante UD lucen en sus camisetas publicidad de apuestas mientras la Generalitat legisla contra ellas por los menores

Campaña del Levante UD para presentar su anunciante.

Gerard Sánchez

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Casas de apuestas, juegos de azar en Internet, máquinas de apuestas deportivas en los bares, quinielas... cada vez hay más formas de jugarse el dinero con el deporte y cada vez las edades en las que se empieza son más tempranas y también lo son los afectados por problemas de ludopatía. Las administraciones públicas, como la Generalitat Valenciana, parece que, poco a poco, van tomando conciencia del problema que esto supone, sobre todo para los menores de edad, con la tramitación del Anteproyecto de la nueva Ley del Juego, pero los principales clubes deportivos están tomando el camino contrario.

En la próxima temporada, tanto el València CF como el Levante UD contarán como principales patrocinadores con dos casas de apuestas deportivas. Su nombre figurará en las camisetas de sus respectivos equipos y tendrá presencia destacada en sus estadios de fútbol y ciudades deportivas.

La próxima Ley del Juego de la Comunitat Valenciana pretende restringir la apertura de casas de apuestas a menos de 150 metros de algún centro educativo no universitario. Una limitación que solo aplican en España cuatro comunidades autónomas: Canarias, la más restrictiva, con 300 metros, Asturias y Cataluña, con 100 metros, y Galicia con 150 metros. La incidencia de esta aplicación sería tal que la Patronal ya alertó en febrero de lo que esto supondría para ellos.

Así, el director general de la patronal CEjuego Alejandro Landaluce, vaticinaba que si esto se aplica “la mitad de las casas de apuestas y salones de juego de València ciudad tendrían que cerrar”. Pues la ley también prevé que este tipo de locales no se podrán instalar a una distancia menor de 700 metros unas de otras, para evitar aglomeraciones de las mismas en ciertas zonas. Eso sí, la medida no sería retroactiva, pues estos negocios suelen abrirse con una licencia de nueve años.

Sobre esta problemática, la federación Vecinal de València, conjuntamente con la Federación de Asociaciones Vecinales de España, está elaborando una línea de actuación para exigir medidas a las respectivas administraciones públicas. La presidenta en València, María José Broseta lamenta que sean, precisamente, los principales equipos de la ciudad los que fomentan este tipo de apuestas porque “son grandes referentes tanto para los niños y niñas, pero también para muchas personas mayores que tienen problemas de este tipo”.

Broseta dice que desde la Federación están “muy preocupados” por esta situación que no para de incrementarse. Y lo relaciona con problemas tanto de salud mental como económicos: “Se empieza a invertir pequeñas cantidades, pero al final las apuestas no dejan de crecer y generan todo tipo de problemas en las familias”.

Una forma de pensar que estaría en la línea de la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) que considera a la ludopatía como una enfermedad clasificada en el CIE-10 dentro de los Trastornos de los hábitos y del control de los impulsos. Mientras tanto, la Asociación Americana de Psiquiatría, la gran referente en este sector, fue pionera al considerar, ya en los años 80, la adicción al juego como un “trastorno psicológico por falta de control de impulsos”. Mientras que en 2013 lo elevó a “trastorno adictivo”.

En España, el Instituto de valenciano de Ludopatía y Adiciones No Tóxicas, fue pionero ya en los años 80 y pronto se convirtió en todo un referente. Su actual directora, la psicóloga Consuelo Tomás, alerta de que, hoy por hoy, las apuestas deportivas “son el tipo de juego más adictivo que existe” y lo explica por varios factores. Argumenta que aquellos juegos donde el intervalo entre que juegas y conoces si has ganado o no es más corto, “el potencial adictivo es mayor”. Algo que ocurre en este tipo de apuestas, pues hay opciones de elegir incluso variables antes de que acaben los partidos, como cuántos córners habrá al final de la primera parte o qué equipo marcará el primer gol. Otro factor de adicción de este tipo de apuestas es que son muy proclives al autoengaño y a las autoexcusas. Y también que “la gente suele creer que sus conocimientos deportivos, de estadísticas y cosas similares harán que sean más afortunados. Y se olvidan de que hay siempre un gran componente de azar”.

Otra cuestión que agrava la adicción a este tipo de juegos, según Consuelo Tomás, es que “los equipos que anuncian este tipo de empresas de apuestas son seguidos por miles de personas, esto hace que se normalicen y que la gente piense que no está tan mal jugar si mi club o mi jugador favorito está anunciándolo”. Y también está el lado emocional, “están los que juegan desde el corazón y lo hacen en favor de sus equipos favoritos”.

Consuelo Tomás es contundente y asevera que “lo peor que te puede pasar cuando juegas es que ganes. Porque eso hará que continuemos para ganar más”. Y habla de otra peculiaridad psicológica, que guarda similitud incluso con lo que ocurre cuando apruebas o suspendes un examen: “Cuando apruebas dices que has aprobado y cuando suspendes, que te han suspendido. Aquí pasa lo mismo, cuando uno gana lo atribuye a sus conocimientos sobre el deporte, pero cuando pierde culpa al árbitro, al azar o a lo que sea. Es un autoengaño muy peligroso”, alerta.

Cabe matizar que la concesión de licencias sobre este tipo de negocios es autonómica. En este sentido, la propia vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, incidía durante la rueda de prensa en que se anunció la nueva Ley que esta se centrará en el hecho de proteger a los menores “frente a la ludopatía y el juego descontrolado”. También se prevé que permitir el acceso a estos locales de juego tanto a menores como a personas inscritas en el Registro de Personas Excluidas de Acceso al Juego pasa de considerarse una falta grave a falta muy grave. Por tanto, las multas impuestas serán superiores a 6.001 euros, frente al límite mínimo actual que era de 3.001 euros.

El 62% de los menores de 18 años juega

La Universitat de València también ha alertado ya de esta problemática, pues según un estudio elaborado por su facultad de Psicología, en el que se encuestó a 807 estudiantes de bachiller y ciclos formativos de centros privados e institutos públicos de Valencia y provincia, el 62% de los jóvenes menores de 18 reconoció haber jugado apostando dinero en los últimos meses. Además, el 37,7% de ellos afirmó tener problemas con el juego.

Estos datos reflejan que a pesar de que la legislación vigente prohíbe a los menores de 18 años apostar por Internet o acceder a los locales dedicados a ello, los jóvenes encuentran la forma de saltarse estas restricciones y se convierten en jugadores habituales. De hecho, donde más apuestan es a través de Internet y también en las máquinas ubicadas en los bares, donde sí pueden acceder y donde nadie suele pedirles el DNI a la hora de ponerse a jugar. Este problema de los juegos en los bares es “especialmente preocupante” para Consuelo Tomás. Ella alerta de que el anteproyecto de Ley no prevé nada sobre ellos, por lo que el problema “no se solucionará”.

Y va más allá, pues pide que no se apruebe el artículo 47 de este anteproyecto porque “autorizará que los recintos deportivos hayan zonas habilitadas para las apuestas deportivas. Es gravísimo este tema”, asevera. Ella argumenta que esto hará que “se vea normal ir a ver deporte y hacer apuestas deportivas. Los menores de edad no podrán entrar, pero verán como sus padres, tíos... entran a apostar cuando van a ver algún deporte de forma totalmente normal”.

Volviendo a los menores, Tomás asegura que “cada vez hay más con problemas de ludopatía por las apuestas deportivas. Cada vez nos llegan, con edades más tempranas, con problemas de adicción al juego, sobre todo al online. Ellos han nacido con las nuevas tecnologías y siempre encuentran la forma de jugar”. Es más, explica que incluso hablan de ello con total normalidad, incluso presumiendo cuando han logrado ganar. Ante esta realidad, pide a las personas y a las familias donde se detecte un problema de este tipo que acudan a un profesional porque “la ludopatía es uno de los principales problemas de nuestra sociedad. Es una adicción, mucha gente piensa que para hablar de adicción tiene que haber una sustancia, pero no es así”. Ella argumenta que en la ludopatía se da tanto el fenómeno de tolerancia como el síndrome de abstinencia “presentes en todas las adicciones”.

En España el juego por Internet se legalizó en 2012 y desde entonces este no ha parado de aumentar en todas las edades. Tanto es así que, según el último anuario Codere, una de las empresas líderes en el sector y que empezó su actividad en España, junto con Sportium, precisamente en 2012, las apuestas deportivas generan ya 742 millones de beneficios en España, con incrementos anuales del canal en línea en torno al 30%. De este modo, en 2017, los españoles gastaron en torno a 560 millones en juego en línea, un 31 % más que en 2016, y el principal gasto se dio, precisamente, en las apuestas deportivas, con un total de 310,8 millones de euros.

Desde la patronal de este tipo de empresas se suele incidir en que hay muchas medidas para evitar el juego entre los menores y también que el porcentaje de adictos es muy bajo en España. No obstante, la cifra de inscritos en el Registro de Interdicciones de Acceso al Juego, es decir los que se denuncian ellos mismos para no poder acceder a este tipo de locales, es ya de 17.735 personas y se ha incrementado un 305% en los últimos cinco años.

Respecto a la adicción por parte de los menores de edad, Consuelo Tomás incide en que estos se habitúan a jugar, sobre todo, de forma online. “Es muy fácil para ellos, les da anonimato y privacidad y lo pueden estar haciendo incluso delante de sus padres sin que se enteren”. Un anonimato que, precisamente, es uno de los factores que propician que “el potencial adictivo se incremente”. Por otra parte, “los jóvenes son una de las poblaciones más vulnerables ante las adicciones. Suelen buscar altos niveles de activación, la adolescencia se caracteriza por la búsqueda de emociones y sensaciones nuevas. Además, el juego se suele hacer entre amigos, es una forma de socializar y está bien visto entre ellos”, indica.

Alerta de que los problemas vienen después: “hay jóvenes que roban dinero, tarjetas o joyas a sus padres para apostar, otros venden objetos como el móvil o la videoconsola y luego dicen que se los han robado. Tiene los mismos efectos que las drogas, produce efectos familiares, económicos y psicológicos muy importantes”. Y también hay cada vez más personas ya adultas que incluso “piden préstamos a espaldas de sus parejas o familiares para seguir apostando o para tratar de compensar con ellos lo que han perdido en el juego”.

Patrocinios deportivos

Este incremento del juego relacionado con el deporte, sobre todo el online, se fomenta por diversos canales. Uno de los principales son los propios clubes deportivos que, lejos de tratar de concienciar sobre esta situación, más aún teniendo en cuenta de que suelen contar con importantes canteras de jugadores y también que entre sus principales seguidores se encuentran muchos menores de edad, fomentan estas practicas firmando acuerdos de patrocinios con casas de apuestas online. De este modo, el Levante UD firmó en julio de 2018 un acuerdo por dos años con Betway. Y el València CF acaba de firmar otro, en su caso con Bwin, por tres temporadas.

Además, en ambos casos tanto los representantes de estas empresas, como los propios directivos de los clubes celebraban estas firmas hablando de valores compartidos y de crecimiento común. En la firma de Bwin con el València CF el presidente del club, Anil Murthy, destacaba que Bwin es “líder en su sector, en el que es una referencia por su innovación tecnológica, transparencia y dinamismo. El Valencia CF comparte esas virtudes y estoy convencido de que reforzar esta alianza va a ser algo tremendamente beneficioso para las dos partes, esperamos hacer historia juntos”. Mientras tanto, en la firma llevada a cabo en 2018 entre el Levante UD y Betway, Anthony Werkman, CEO de Betway, aseguraba que “el Levante UD tiene muchas similitudes con Betway. Los dos estamos en una fase de crecimiento, entrando en las ligas más importantes”.

Cabe matizar que estos acuerdos no se limitan a las camisetas que llevan los jugadores, pues estas mismas se ponen a la venta y luego las llevan todo tipo de aficionados, incluidos niños y niñas. Por otra parte, se trata de acuerdos globales. El València CF, por ejemplo, nombra a Bwin como su “Main Global Partner” y como tal anuncia que verá su imagen “en el frontal de las camisetas oficiales de juego y de entrenamiento”. Un acuerdo que engloba al primer equipo y al Valencia Mestalla. Y con el cual Bwin contará “con una presencia destacada en todos los soportes del Camp de Mestalla y en la Ciudad Deportiva de Paterna”. Algo similar ocurre con el Levante UD pues en su caso el logotipo de Betway estará presente “en las equipaciones de juego, entrenamiento y en la ropa de paseo, así como en diversos soportes del Estadio Ciutat de València”, tal y como anunciaba el club tras la firma llevada a cabo en 2018.

Afortunadamente, no todos los clubes siguen estas mismas políticas. En la misma Liga Santander, hay uno de ellos, la Real Sociedad, que vetó la publicidad de apuestas deportivas a finales de 2018 y lo hizo tras una votación entre sus socios cuyo resultado, atención, fue del 86% de los votos en contra de las apuestas deportivas, por lo que siguió siendo el único club de Primera División en no anunciar de ningún modo a este tipo de empresas. En Valencia, esta política la ejemplifica el Valencia Basket Club, reciente ganador de la Eurocup. Ellos alegan a eldiario.es que “por decisión del club no queremos tener sponsors de casas de apuestas”.

Apuestas en el último partido de Liga

Lo que también parece incrementarse son los problemas, incluso judiciales, que las apuestas deportivas generan a los propios clubes. Cabe recordar el caso del último partido de la pasada Liga Santander, entre el Real Valladolid y el València CF. En el que se conoce como el Caso Oikos, varios jugadores del equipo local están investigados por, supuestamente, dejarse perder por cero goles a dos, resultado que habrían pronosticado en sus apuestas. Una victoria que, además, supuso la clasificación del Valencia CF para la Liga de Campeones. Y también el descenso del Girona, el club que denunció el caso y que incluso ha pedido a la Liga que la próxima temporada haya en ella 21 equipos, hasta que “finalice el proceso judicial y se diluciden las responsabilidades”.

El propio Valencia CF no tardó en salir al paso y su director general, Mateu Alemany, aseguró en un comunicado que el club es “ajeno a todo esto” y recurrirá a la justicia “ante cualquier medio o persona que insinúe o ensucie el nombre del club”. Es más, Alemany llegó a decir que el tema de las apuestas “es grave desde hace mucho tiempo” y que el Valencia “apoya totalmente a la LFP en la lucha contra las apuestas”. Eso sí, tan solo dos meses después una casa de apuestas deportivas se convertía en el principal sponsor del club de Mestalla.

Para Consuelo Tomás, estas declaraciones y esta forma de actuar indican que el club “no pretende luchar contra las apuestas en sí mismas, sino contra el fraude en ellas. Un aspecto es que se luche por un juego donde no haya fraude y otra cosa es que no quiero que haya amaños, pero si me puedo beneficiar de las apuestas, no me parecen mal”.

Prohibiciones de publicidad

En Europa ya hay países como Italia que han prohibido la publicidad de casas de apuestas. Pero España se encuentra con un embrollo legislativo desde hace años y, de momento, no parece haber solución. De hecho, la legislación vigente data de 2001, cuando las apuestas deportivas, prácticamente, no existían. No obstante, en los Presupuestos Generales que presentó Pedro Sánchez a principios de año, y que fueron tumbados, causando las elecciones generales, sí estaba prevista una regulación más estricta, a iniciativa de Unidas Podemos, la cual, de hecho, era una de sus exigencias para aprobar dichos presupuestos. Tanto es así que el compromiso era que la publicidad de juegos y apuestas debería desaparecer, como ya lo hizo en su día la del tabaco. Así que, si los acuerdos de cara a la próxima legislatura siguen en la misma línea, la publicidad de este tipo de apuestas y, en consecuencia, el patrocinio de los mismos por parte de los clubes deportivos, podría tener los días contados.

No hay que olvidar que los propios jugadores, como Neymar, y otros, reciben importantes cantidades económicas por anunciar este tipo de apuestas deportivas. Ellos, como los clubes, son los referentes de sus aficionados, muchos de ellos menores de edad, por lo que lo que ellos digan, hagan o anuncien tiene mucha influencia en nuestra sociedad. Preguntada por si la sociedad es consciente del problema, Consuelo Tomás responde: “Empezamos a ser más conscientes, pero falta mayor sensibilidad social. Si bajo de casa tuviéramos un mercado de la droga no nos gustaría, pero un salón del juego nos da un poco igual. No molesta a nadie. Pero sin embargo daña a todas las áreas de vida de la persona”. Y da un mensaje claro a los que ya sean adictos al juego: “Que no se avergüencen y busquen ayuda lo antes posible”.

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