València quiere frenar el incivismo con una nueva ordenanza contra el botellón, las pintadas o las cacas de perro
La concejala de Protección Ciudadana ha presentado este jueves el borrador de la nueva ordenanza de civismo en el espacio público, que se ha elaborado desde la premisa de intentar resolver los conflictos de convivencia mediante la mediación, la educación y el voluntariado.
El texto se someterá a un proceso participativo con las entidades vecinales, sociales, de ocio y de consumidores.
La ordenanza regula cuatro situaciones que afectan a la convivencia en los espacios públicos: el botellón, la mendicidad coactiva (gorrillas o limpiadores de cristales de coche), los excrementos de mascotas y el deterioro del espacio público/privado.
Se ha elaborado en coordinación con la Cátedra Protecpol de la Universitat de València, cuya directora, Paz Lloria, ha participado en la presentación del borrador.
El nuevo texto incluye aportaciones tan novedosas como los cursos educativos para padres y madres de los menores que beban alcohol en las calles, o la obligatoriedad de los dueños de mascotas de salir a la calle siempre provistos de material para recoger sus excrementos, entre otras.
Tal como ha explicado la concejala Menguzzato, la normativa, que en principio se llamó Ordenanza de Convivencia, se denominará finalmente Ordenanza de Civismo en el Espacio Público y delimitará de manera detallada las competencias y actuación de la Policía Local.
“El civismo es el concepto que hace referencia al cumplimiento de las leyes a los deberes de la ciudadanía, que contribuyen al funcionamiento correcto de la sociedad”, ha señalado la concejala.
El borrador recoge las aportaciones y sugerencias de las entidades ciudadanas, fruto de las reuniones periódicas con la Policía Local.
Del concepto de civismo se deriva la principal novedad que aporta el texto: la posibilidad de que las personas sancionadas por comportamientos inadecuados o molestos puedan reducir o incluso eliminar dichas sanciones asistiendo a cursos educativos o cumpliendo tareas de voluntariado social.
“La nueva ordenanza tiene voluntad transformadora, después de años en que las meras sanciones no han dado resultado”, ha explicado la concejala. Menguzzato ha apelado a la importancia de que las personas que tengan comportamientos incívicos asuman y comprendan el efecto que estos tienen sobre toda la sociedad para que los cambien y reviertan.
En el caso del fenómeno del botellón, el foco de la ordenanza no se ha puesto en la ilegalidad del consumo del alcohol en la vía pública en sí, sino sobre las molestias que de ello se derivan: ruidos, suciedad, desprotección de los menores... Por eso, se abre la posibilidad de redimir o anular las sanciones previstas de hasta 400 euros, y se añade que, para poder reducir o eliminar estas sanciones, también los padres o
madres tendrán que asistir con sus hijos e hijas a los cursos de reeducación o a las
tareas de voluntariado y trabajo comunitario.
Las sanciones se girarán a los padres de los sancionados en el caso de que los sancionados sean menores de edad.
“Las soluciones únicamente punitivas no funcionan –ha afirmado la concejala– y por eso hay que trabajar en la educación y en la toma de conciencia”.
Obligatorio llevar bolsas para las mascotas
En el caso de las deposiciones de mascotas en los espacios públicos, ya la Ordenanza de Limpieza establece cómo han de recogerse y retirarse para evitar molestias a la ciudadanía.
Pero para dar cumplimiento efectivo a estas directrices, la nueva ordenanza fija como obligatorio que las personas dueñas de mascotas deberán llevar siempre consigo, cuando salgan a pasear con sus animales, suficientes bolsas de recogida de excrementos.
De hecho, a partir de ahora los agentes de la Policía podrán establecer sanción, no solo por no recoger los restos, como hasta ahora, sino por no llevar los materiales de limpieza, incluso aunque la mascota no haya realizado ninguna deposición.
Respecto a la mendicidad coactiva, es decir, en aquellos casos en que las peticiones de ayuda en las calles (venta de pañuelos, gorrillas, limpiadores de coches...) van acompañadas de amenazas o intimidación, la novedad es que desde la Policía Local se dará traslado de la información a los servicios sociales municipales (CAST, Centro de Atención a las Personas Sin Techo).
Se mantienen las sanciones económicas, aunque desde la constatación de que, por sí solas, dichas sanciones se han revelado ineficaces, ya que la mayoría de las personas en estas situaciones carecen de recursos. “No se pretende castigar las situaciones petitorias que por sí solas no generen inseguridad a la ciudadanía”, ha matizado la concejala.
Finalmente, la Ordenanza de Civismo en el Espacio Público regula las situaciones de deterioro del espacio público y privado, es decir, casi exclusivamente las pintadas sobre edificios o mobiliario urbano.
Dado que las agresiones al patrimonio histórico están recogidas en el Código Penal, la normativa municipal se refiere al resto de bienes, con sanciones que oscilan entre los 750 y los 3.000 euros.
“Pero a las sanciones en sí sumamos la propuesta de mediación, es decir, que estas se podrán reducir o eliminar mediante la restauración del daño causado: limpiar o pintar de nuevo lo dañado; o mediante voluntariado cívico”, ha subrayado Anaïs Menguzzato.
Tras la redacción del borrador de la ordenanza, ahora se abre un periodo de participación y aportación de propuestas por parte de la ciudadanía, que llevará a la tramitación administrativa de la nueva normativa, “una norma que se basa en la idea de la cultura de la paz, de la mediación como fórmula de solución de los conflictos de convivencia, siempre que sea posible”, ha concluido la delegada.