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El yerno de Zaplana recibió 2,2 millones desde Suiza en la cuenta con la que pagó el alquiler a su suegro

Rosa Barceló, mujer de Zaplana, y sus dos hijas, Rosa María y María, cuando acudieron a la Guardia Civil tras la detención del político.

Sergi Pitarch

Valencia —

La jueza del caso Erial ha imputado a María Zaplana, hija del expresidente de la Generalitat y exministro, Eduardo Zaplana, y a su marido, el empresario Luis Iglesias Rodríguez-Viña, por blanqueo de capitales por presuntamente haber ayudado a lavar dinero con el pago del alquiler del piso de Valencia en el que el expolítico residió mientras recibía el tratamiento de leucemia entre diciembre de 2015 y septiembre de 2018. Los agentes de la Guardia Civil registraron el domicilio de la pareja en Madrid e interrogaron a ambos, que aceptaron declarar sobre el tema con sus abogados.

La Guardia Civil ha revelado, según información de la Agencia Tributaria, que Luis Iglesias -imputado en otra causa en la Audiencia Nacional junto a su exsocio Oleguer Pujol- recibió una transferencia de 2,2 millones desde Suiza el 11 de diciembre de 2015 en una cuenta del Banco Sabadell que comparte con María Zaplana. 11 días después, desde esta misma cuenta el matrimonio empezó a pagar el alquiler del piso de la calle de Pascual y Genís donde Zaplana -intervenido quirúrjicamente durante esos días- iba a residir los próximos meses. 21.000 euros de fianza y 3.500 euros al mes.

El informe de la UCO presente en el sumaria revela que un día antes de la transferencia de Suiza, el testaferro de Zaplana Fernando Belhot recibió en otra cuenta del Sabadell 1,8 millones de euros procedente también de Suiza. “Resulta especialmente llamativa esta confluencia de fondos desde Suiza (4 millones), en la misma fecha (10 y 11 de diciembre) y que parecen guardar relación con Eduardo Zaplana. Por un lado, una de ellas podría haber ido a pagar el arrendamiento de la vivienda y la otra para inversiones en el puerto deportivo de Altea”. 

La jueza del caso autorizó una entrada y registro de la vivienda del matrimonio en Madrid y posteriormente la Guardia Civil prestó declaración a ambos en presencia de sus abogados. En el caso del empresario Iglesias Rodríguez-Viña, este explicó que los 2,2 millones son “ingresos profesionales” de las sociedades de su propiedad o en las que ha trabajado, Drago Capital, Marenostrum Capital y y Manzana K. Y que sus emolumentos anuales ronda los 350.000 euros. Es decir, que todo el dinero de esa cuenta era de su propiedad y no compartido con su pareja, que está como cotitular. 

Durante el interrogatorio, el empresario explicó que nunca había hecho negocios con su suegro y negó haber recibido fondos suyos o haberle pagado una comisión. A la pregunta de si Eduardo Zaplana le habría devuelto los más de 150.000 euros que costó el alquiler del piso, Iglesias Rodríguez-Viña contestó tajante que no.

Por su parte, María Zaplana declaró ante la Guardia Civil que nunca trataron con el empresario búlgaro de Oro Direct que lo hicieron a través de una inmobiliaria. Sobre su piso en Poeta Querol, explicó que pagó 600.000 euros y que era para “invertir” tras una donación de su padre.

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