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Un Primero de Mayo de homenaje y reivindicación de los servicios esenciales: “Las trabajadoras de residencias cobran 950 euros”

Una cuidadora atiende a uno de los ancianos alojados en una residencia de Madrid.

Laura Olías

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Un Primero de Mayo en casa, pero de reivindicación. Este Día Internacional del Trabajo, fecha clave del movimiento obrero y de lucha de los derechos de los trabajadores, se desarrolla de manera excepcional por la pandemia del coronavirus, que obliga a la ciudadanía a permanecer en sus hogares. Los sindicatos mayoritarios, CCOO y UGT, han organizado varios actos “virtuales” que homenajean en especial en esta ocasión la labor de los trabajadores de servicios esenciales, muchos de ellos con condiciones laborales precarias, como han destacado esta mañana sus secretarios generales, Unai Sordo y Pepe Álvarez. 

Las centrales sindicales han querido poner el foco hoy en estos trabajadores, que se han mantenido en la calle sin descanso en los peores momentos de la pandemia. Desde los agricultores que recolectan lo que comemos cada día, pasando por los transportistas que lo acercan a nuestras ciudades y pueblos, las cajeras y reponedores de los supermercados y “un largo etcétera”, ha afirmado Sordo.

En especial, los líderes sindicales han agradecido la labor del personal de servicios sanitarios, de las residencias de mayores y de las trabajadoras de la dependencia (la mayoría mujeres), que han cuidado a los afectados directamente por el virus y se han visto más expuestos a la COVID-19, con un gran número de contagios que han mermado sus plantillas.  

Gran parte de estos trabajadores esenciales, entre los que se encuentran muchos migrantes, mantienen condiciones precarias y bajos salarios. “Esas mujeres empleadas en las residencias, hay que decirlo, están trabajando por 950 euros. Eso tiene que formar parte de esa deuda de los ciudadanos y ciudadanas de nuestro país”, ha sostenido Pepe Álvarez.

Las trabajadoras de la dependencia, por ejemplo, estaban movilizándose antes de la pandemia para mejorar sus condiciones laborales, reclamando entre otras cosas un salario mínimo por convenio de mil euros para este 2020, como se había acordado de manera general por los sindicatos y la patronal para el conjunto de sectores. 

El ámbito sanitario tampoco escapa de la precariedad, ha afirmado Unai Sordo, que ha recordado la alta tasa de “temporalidad e interinidad” en la sanidad, por lo que ha reclamado que de esta crisis se salga con ofertas públicas de empleo que estabilicen estos puestos de trabajo. 

Auditorías y protección de los servicios públicos

El secretario general de CCOO ha destacado también la reivindicación de ambos sindicatos de que se lleve a cabo una auditoría sobre lo sucedido en esta pandemia en los servicios sanitarios y residencias, tanto públicas, como privadas y concertadas, para evaluar si la respuesta a la emergencia ha sido la adecuada. Si los servicios privatizados no han estado a la altura, los sindicatos mayoritarios abogan por la “publificación” de estos servicios. “No nos puede temblar el pulso”, ha añadido Sordo.

Los aplausos de las ocho de la tarde son una muestra de la conciencia de la ciudadanía sobre la importancia del trabajo de todos estos profesionales, ha apuntado Pepe Álvarez, que considera que las muestras de agradecimiento tienen que trasladarse cuando se supere esta crisis en una mejora de sus condiciones laborales y un reforzamiento de los servicios públicos. En este Primero de Mayo, UGT y CCOO han organizado un concierto a las 16.30h que emitirán en sus página web y que concluirá con el ya tradicional aplauso. 

Ambos responsables sindicales han destacado el papel de lo público, de la protección social del Estado, en esta crisis. “¿Dónde están ahora los que decían que el dinero donde mejor está es en el bolsillo de los españoles? Ahora piden que el Estado pague”, ha afirmado Álvarez. Los líderes de CCOO y UGT han reivindicado la utilidad de los impuestos y la necesidad de una política fiscal justa y redistributiva por la que “paguen más los que más tienen”. En este sentido, han recordado que España mantiene una brecha de siete puntos de presión fiscal respecto a la media de la UE, lo que merma de recursos a la Administración para este tipo de emergencias. 

Álvarez y Sordo también han agradecido y subrayado el desempeño de los delegados y representantes sindicales en estos días, en los que están negociando las medidas económicas con los gobiernos, las empresas y en los centros de trabajo. Desde los protocolos de protección en las oficinas y fábricas, las medidas de prevención y seguridad para los trabajadores, la negociación de los ERTE y las consultas de los trabajadores afectados por la emergencia, han destacado. “Ahí hemos estado las y los sindicalistas, dando el callo con la gente, al lado de la gente, donde hemos estado toda la vida”, ha afirmado Sordo. 

Llamada a un “gran Pacto de Estado”

Las dos organizaciones sindicales han llamado a las fuerzas políticas del país a alcanzar un “gran Pacto de Estado” para acordar la salida de esta crisis por la COVID-19. “Necesitamos un acuerdo de Estado, que todo el mundo arrime el hombro. En España y en Europa”, ha reclamado Álvarez, que considera que la Confederación Europea de Sindicatos (CES) tiene un importante papel que jugar para reclamar esa unidad entre los países europeos. “Queremos escuchar a nuestros compañeros sindicalistas holandeses, alemanes y franceses, que sabemos que piensan como nosotros”, ha añadido. 

Unai Sordo ha llamado al consenso de los partidos políticos, necesario en su opinión para defender una postura fuerte en Europa y ante los mercados internacionales. “Lo que no puede ser que se dé una sensación de que se están aplicando una política bolivariana. En España se está haciendo más o menos lo que en todos los países europeos porque no se puede hacer otra cosa”, ha defendido.

Los líderes sindicales han explicado que en la actualidad están negociando con el Gobierno y la patronal cómo adaptar los ERTE a la desescalada y salida de esta crisis, para que no decaigan cuando terminen el estado de alarma.

A medio y largo plazo, Sordo y Álvarez han insistido en la necesidad de una gran cantidad de fondos públicos para apoyar a las empresas y a los trabajadores, así como para impulsar la economía. En este escenario, es clave una aportación importante de recursos y de apoyo desde las instituciones europeas, han destacado. 

Además, reclaman un cambio del modelo productivo, con más peso de la industria en la economía española, que permita abastecer de productos básicos y esenciales en países en casos como este. “¿Alguien se había preguntado si era posible que pudiéramos sobrevivir a una pandemia como la que tenemos sin una fábrica de alcohol en España? Y ocurre lo mismo con las prendas de protección”, ha apuntado Álvarez. Sordo ha añadido que, en este debate, es necesario abordar la nacionalización de empresas estratégicas. “Los están hablando otros países, como Alemania, ¿por qué España no?”. 

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