El Banco de España no cree las cifras de Montoro y prevé un déficit del 4,4% para 2016
El Banco de España ha remodelado sus previsiones para la economía española en los próximos ejercicios, y su pronóstico difiere mucho del que diseña el actual Gobierno en funciones. Así, para este ejercicio, el organismo proyecta un agujero en las cuentas públicas del 4,4% del PIB, frente al objetivo pactado con Bruselas del 2,8%, una cifra que según aseguró ayer mismo el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, sigue siendo válida.
El nuevo director del servicio de estudios del BdE, Pablo Hernández de Cos, se ha estrenado en cierta forma en su cargo incluyendo la cifra de déficit que reveló ayer Montoro, y que sitúan el roto en las cuentas públicas en el 5,16%, casi un punto por encima de lo previsto. Ante este agujero mayor de lo previsto, el organismo cree que si las cosas se quedan como están, esto es, sino se toman nuevas medidas, las cuentas públicas tendrán un agujero del 4,4%, lo que sería compatible con un crecimiento del PIB del 2,7%.
Estas previsiones de la institución están muy por encima de las previsiones oficiales, incluso las de la Comisión Europea. Así, Bruselas -que ya no se creía antes de conocer ayer el dato del déficit las cifras ofrecidas por el Gobierno- preveía que en este ejercicio el déficit se quedara en un 3,6%. En cuanto al crecimiento de la economía, la previsión de la Comisión si está en línea con la del Banco de España (un 2,8%), pero Economía es más optimista ya que cifra en algo más del 3% el crecimiento.
Hernández de Cos reconoce que la inesperada cifra anunciada por Montoro introduce “sesgos a la baja” en el escenario central de crecimiento de la economía. También recuerda que si se tomaran “nuevas decisiones” por parte del Gobierno entrante para recortar el déficit, en el corto plazo tendrían un impacto negativo en el crecimiento, aunque a largo plazo pudiera ser beneficioso.
Sin impacto por el momento
En cuanto a la influencia que está teniendo precisamente la falta de un Gobierno definitivo en la economía, Hernández de Cos ha reconocido que por el momento, con la información disponible de los meses de enero y de febrero, no “estamos observando ningún elemento” propio (“idiosincrático”) de la economía española por lo que se pudiera atribuir la desaceleración a la situación política. El economista aprecia cierta relajación en la actividad, en línea con lo que sucede en el resto de los países del euro aunque deja la puerta abierta a que se comience a notar en los próximos meses.
Con todo, el organismo sí ha incluido la “incertidumbre política” dentro del catálogo de riesgos a la baja para la economía española. En concreto, temen que los agentes económicos puedan inhibirse de tomar decisiones de inversión, algo que por el momento no observan que haya ocurrido. Además, también creen que genera cierta incertidumbre no anticipar el tipo de medidas que el Ejecutivo entrante pueda adoptar ni su impacto en la economía. “No se trata del signo del nuevo Gobierno que vaya a entrar, si no de las medidas que tome”, ha zanjado.