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Acompañantes, personas ingresadas o listados de rescate: qué se hace por las noches con las vacunas sobrantes de la COVID-19 en Euskadi

Centro de vacunación en el hospital de Santiago de Vitoria

Iker Rioja Andueza

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¿Qué ocurre a las diez de la noche, la hora de cierre de los vacunódromos, con las dosis sobrantes? ¿Se pierden? ¿Se pueden almacenar de nuevo? ¿Se aprovechan de ellas las personas que pasan cerca de allí? “Por motivos inherentes al proceso de vacunación es habitual que a última hora del día nos enfrentemos a la realidad de disponer de unas pocas dosis de viales ya abiertos que, en el caso de no ser empleadas, deben ser descartadas. Esta última opción [...] es inaceptable”, establece como premisa básica la consejera de Salud, Gotzone Sagardui. La solución es tener “listados de pacientes de rescate” que puedan “acudir con urgencia” a partir de las 22.00 horas, inmunizar a los acompañantes de los últimos citados del día o, si las vacunas contra la COVID-19 se administran en un hospital, buscar opciones entre los ingresados o incluso entre sus visitas, explica la titular de Salud en información escrita enviada al Parlamento Vasco a instancias de la representante de EH Bildu Rebeka Ubera.

Cada día se habilita en el vacunódromo correspondiente una agenda con “un número de pacientes múltiplo perfecto del número de dosis que se pueden obtener de cada vial y marca de vacuna”. Aunque la consejera Sagardui incide en que la adjudicación de citas es lo más ajustada posible a las dosis disponibles -bien sea con llamada telefónica o cuando se habilitan turnos en la web de Osakidetza-, asume que hay “eventualidades” que generan restos. ¿Cuáles? “Suelen deberse a tres causas fundamentales: dosis sobrantes debido a inasistencias, dudas de alergias e incompatibilidades por procesos intercurrentes o enfermedades de base en el paciente”.

Si al principio de la campaña de vacunación fueron polémicos algunos usos de esos 'culillos' -el 3 de enero, de noche, el gerente del hospital de Basurto y exconcejal del PNV en Bilbao, Eduardo Maiz, se vacunó con una remesa destinada a residencias cuando apenas había existencias-, ahora Salud remarca que hay protocolos para que el proceso “no tenga ningún sesgo interesado” ni por el personal que pincha las vacunas ni por los responsables de los centros. Pero ello no impide que haya algunas anomalías o, en definición de Sagardui, “eventos de especial interés”.

EH Bildu preguntaba, en concreto, por unas posibles irregularidades en el hospital de Santiago de Vitoria. “Según informaciones que nos han llegado, una de las personas con responsabilidades en el desarrollo de la campaña de vacunación del COVID-19 en el hospital de Santiago pone la vacuna, en función de sus criterios subjetivos, a personas a las que no les corresponde”, explicaba Ubera en su pregunta a Sagardui. La consejera responde que en la OSI Araba -la organización que integra a este hospital y al de Txagorritxu- “el cumplimiento de las indicaciones [...] ha sido en todo momento riguroso” pero sí detalla un “fallo de programación” en la agenda “por error” en la noche del 13 al 14 de abril.

¿Qué ocurrió? En el centro de vacunaciones de Santiago quedaron esa noche “exactamente 22 viales de la vacuna Pfizer”, esto es, 132 dosis. Iban a caducar “de madrugada ese mismo día”. Por ello, “se procedió a las 22.00 horas a localizar a 132 personas” tanto en ese hospital como en Txagorritxu. “En esa fecha, el grupo etario habilitado era el de mayores de 70 años. Se solicitó al personal de guardia de ambas sedes que facilitase tantos nombres de ese grupo etario como fuera posible en vistas a no tener que desechar esos viales. Se valoró inocular a pacientes ingresados (imposible sin valoración médica previa) y se buscaron, asimismo, acompañantes de pacientes ingresados con esos mismos criterios. Se consiguió inocular [la vacuna] exactamente a 71 personas mayores de 70 años, 35 personas de entre 60 y 69 años y 26 personas menores de 60 años, finalizando la vacunación con los equipos disponibles a la 00.30 de la madrugada del día 14 de abril”, relata Sagardui.

En otra comunicación parlamentaria, Sagardui rechaza también que haya aglomeraciones en los puntos de vacunación por retrasos o acumulación de citas. Solamente se admiten algunos “casos puntuales como lo ocurrido en Galdakao, donde se han producido retrasos en la descongelación de viales, que han obligado a retrasar el inicio de la vacunación”. La consejera de Salud interpreta que “la impaciencia por vacunarse hace que se acuda a los puntos de vacunación con antelación a la hora de la cita acordada, lo que implica un mayor número de personas agrupadas al mismo tiempo por encima de las planificadas, aunque la actividad en sí ocurra de acuerdo a las agendas”.

Euskadi, por encima de la media en ritmo de vacunación pero por debajo en protección de mayores

En Euskadi hay ya más de 300.000 personas vacunadas completamente, el 50% más que el total de positivos en la pandemia. En concreto, hay ya 318.466 personas protegidas, 298.274 con dos pinchazos y 20.192 con una única dosis, ya sea por haber recibido Janssen (que es monodosis) o por haber pasado la COVID-19 y ya tener anticuerpos. Es el 14,62% de la población, un porcentaje que crece si solamente se tiene en cuenta a los mayores de 16 años. Las dosis administradas en total son 1.064.461. La previsión de citas previstas para la próxima semana es menor que la de la anterior por falta de suministros. Se ofrecerán 83.159 vacunas, 74.180 de Pfizer y 8.979 de Moderna.

Por colectivos, el único grupo de profesionales esenciales que sigue sin ser completado es el de sanitarios de la privada. El 98,6% tiene una primera dosis y el 79,2% la pauta completa. Eso sí, está pendiente la segunda vuelta con los más de 50.000 menores de 55 años que tuvieron AstraZeneca como primera dosis. Salud se ha dirigido a ellos por carta para recordarles que serán vacunados con retraso una vez se decida qué hacer después de que el preparado de Oxford quedase limitado solamente a personas de 60 a 70 años por motivos de precaución relacionados con algunos casos aislados de trombosis. Por edades, todos los mayores de 80 años tienen una dosis si así lo han deseado y al menos el 98,4% las dos. De 70 a 79 el 93,3% tiene la primera y el 36,7% la protección total. De 60 a 69 años baja la proporción a 81,1% y 6,6%, respectivamente y de 50 a 59 se ha iniciado el proceso en los últimos días y Osakidetza no ofrece datos.

A nivel comparativo, según el informe del Ministerio de Sanidad, Euskadi está por encima del resto de comunidades autónomas en porcentaje de uso de vacunas respecto del total disponible (90,2% frente a 89,3%). Sin embargo, es una de las autonomías con menos proporción de mayores de 60 años con pauta completa. El 37% de este sector de la población tiene la máxima protección frente a la COVID-19 frente a una media del 42,2%.

En nuestros especiales interactivos, se pueden consultar todos los datos sobre la evolución de la pandemia en Euskadi, sobre los positivos y fallecidos en todas y cada una de las residencias de Álava, Bizkaia y Gipuzkoa y el avance día a día de la campaña de vacunación. También tenemos mapas con los brotes más destacados.

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