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Cartas, poemas y cuidados: así hicieron frente a los meses de soledad los ancianos de la residencia Ajuria

Fotografía de una residente de Ajuria durante el confinamiento por la COVID-19

Alazne Aldayturriaga

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Sin visitas de familiares ni salir a pasear, pero con cartas, poemas y, sobre todo, el cuidado de los profesionales de la residencia. Así es cómo han pasado los residentes de la residencia de mayores de Ajuria, en Vitoria, la pandemia de la COVID-19. Ahora, gracias a la exposición 'Guardo un beso para cuando se vaya y tú vengas', ubicada en el Centro Sociocultural de Mayores de San Martín, los visitantes podrán conocer “una mezcla de imágenes, emociones y un profundo sentimiento de cuidado y respeto por las personas mayores, pasando por el dolor, la incertidumbre y las consecuencias en el bienestar”.

La exposición, protagonizada por los usuarios de la residencia Ajuria de Vitoria, ha sido organizada por Vivir Con Voz Propia junto con los trabajadores de la residencia, quienes fotografiaron “los momentos más significativos que estaban viviendo allí dentro” desde que comenzó la crisis de la COVID-19. Los centros residenciales de mayores han sido escenario de situaciones “muy complicadas” debido a la crisis. Es por ello que han querido “tejer una red que permita a la ciudadanía de Vitoria aportar acciones compasivas que alivien el sentimiento de soledad; poner en valor el trabajo realizado por el personal; apoyar a las familias en estos momentos tan complicados y devolver al barrio, a la ciudadanía, tanto el trabajo realizado como la situación vivida en la residencia Ajuria”, recoge la exposición que estará abierta hasta el 9 de julio.

“Es increíble la capacidad de adaptación que tiene el ser humano y, en concreto la enfermería”, reflexiona Elena Germán, enfermera de la residencia Ajuria, quien admite que en 32 años de experiencia profesional nunca pensó tener que vivir algo así. Las imágenes que acompañan a las vivencias descritas muestran la soledad de los residentes, que miran por la ventana de su habitación o hablan con familiares que se acercaron al recinto de la residencia y a las enfermeras vestidas con los EPI.

La exposición también exhibe varias de las cartas que jóvenes decidieron mandar a los usuarios de la residencia durante las Navidades de 2020. “Un abrazo a distancia: mano derecha a hombro izquierdo, mano izquierda a hombro derecho, ¡ya estamos abrazadas!”. Así se despide María Baltasara en la carta con la que agradece el gesto de Luisa y Haizea, dos estudiantes del colegio de Mercedarias que quisieron escribirle para “alegrarle” esas fechas tan señaladas. “Quiero que acabe pronto este virus y podamos volver a hacer la vida de antes”, confiesa Araceli en respuesta a otra de las 36 cartas recibidas en la residencia. “Las Navidades las he pasado en la residencia, no es como en casa, pero no me puedo quejar”, menciona.

“El voluntariado y los residentes han creado momentos emocionantes, de esperanza, llenos de abrazos escritos, de agradecimientos y de alegría”, indica la exposición. Asimismo, recoge poemas escritos por los componentes de Poetas en Mayo, que “llenaron las paredes de Ajuria de color, esperanza, respiro y alivios, sirviendo de apoyo para las familias, profesionales y residentes en los espacios vacíos de la residencia”. “Mira tus manos, suaves, dulces, sabias. Cuando las entrelazas, siento que acaricias mi corazón”, cuenta la composición de Marieli.

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