Carmena desviará los coches de Gran Vía por la calle Pez y creará “una gran diagonal para el tráfico” (inocentada)
Decisión salomónica del Ayuntamiento de Madrid en el ensanche de aceras y restricciones al tráfico de Gran Vía. La alcaldesa ha decidido tirar por la calle del medio -de forma literal- y recuperar el antiguo proyecto de 1960 para crear una Gran Vía Diagonal desde Plaza de España hasta Alonso Martínez, según los planos a los que ha tenido acceso Somos Malasaña. El proyecto permitiría seguir adelante con sus intenciones de semipeatonalizar esta arteria de Madrid y, al mismo tiempo, absorber todo el tráfico de la zona en carretera de nueva creación, que tendrá los mismos carriles que la actual Gran Vía y que pasará sobre la calle Pez y la plaza de San Ildefonso.
Los planes municipales para crear esta Gran Diagonal pasan por seguir a pies juntillas el Plan Malasaña, una idea de los años cincuenta modificada después en los sesenta, que pretendía crear una gran avenida, jalonada de rascacielos, que renovara la zona norte del distrito Centro como lo había hecho décadas atrás la Gran Vía.
“Por algún sitio había que meter los coches”, ha comentado Manuela Carmena en declaraciones a este periódico, harta de las críticas de partidos políticos, asociaciones empresariales y cocheadictos a su plan navideño de cortes al tráfico en la Gran Vía. “Crear una gran avenida diagonal para el tráfico recuperando un estudio histórico nos ha parecido lo mejor”, concluye.
Para la apertura de esta autopista urbana por la calle Pez será necesaria la adecuación de la vía al volumen de tráfico previsto por el área de Movilidad del Ayuntamiento: seis carriles de circulación (cinco más de los existentes), incluyendo uno reservado para taxis y buses. Además, se le añadirá un carril bici en cada sentido, “para que luego no digan que no apostamos por los transportes alternativos”, indican fuentes de la concejalía de Medio Ambiente.
Derribo de edificios y Gran Diagonal
Derribo de edificios y Gran Diagonal
Las obras de adecuación de esta enorme infraestructura afectarán necesariamente a decenas de edificios de Malasaña, que deberán ser derribados para dejar paso al tráfico rodado. En el plano de las zonas afectadas al que ha tenido acceso a esta periódico el trazado de la Gran Diagonal sube por las calles de Reyes, Pez y gira a la altura de Jesús del Valle, en línea recta hacia la plaza de San Ildefonso. Luego discurre por San Joaquín, San Mateo y Santa Bárbara hasta llegar a Alonso Martínez.
De seguir estos planes, resultarán afectados todos los edificios con número par de la calle Pez y manzanas enteras de las calles Madera, Molino de Viento o Escorial. Además, la construcción de la nueva infraestructura se llevará por delante comercios míticos del barrio como El Palentino, la tienda de ropa La Moda, de más de cien años, o la Escuela Superior de Canto.
“Sabemos que habrá vecinos y comercios afectados, pero es el precio que hay que pagar por el progreso”, ha comentado el concejal de Centro, Jorge García Castaño, en conversación con este periódico. El edil de Ahora Madrid admite que este giro de 180 grados en las políticas de movilidad municipales viene motivado por las persistentes críticas de los sectores empresariales y del Partido Popular. “Hay que saber cuándo se está equivocado y se debe rectificar”, ha admitido.
La Gran Diagonal se inspira en el Plan Malasaña que aprobó en 1977 el Ayuntamiento de Madrid para modificar 45 manzanas y levantar una colonia residencial junto a la avenida que se preveía construir. Entonces las cifras que se manejaban hablaban de desplazar a unos 30.000 vecinos en un plazo de cinco años para la construcción de esta carretera.
Los planes del Ayuntamiento saldrán adelante en el próximo pleno municipal gracias a los votos de Ahora Madrid y del PP, que apoya sin fisuras este proyecto debido a que la nueva avenida pasará por delante de la propia casa de Aguirre, junto a la calle Pez. “Me van a poner una autopista al ladito de mi puerta, como para no apoyarlo”, se le ha oído decir a la líder de la oposición por los pasillos de Cibeles.
El plan que se llevará al pleno prevé que los derribos comiencen a finales de 2017, después de la adjudicación del proyecto de ejecución en enero. Los vecinos afectados serán indemnizados y trasladados a partir del mes de junio y se alcula que los coches puedan circular por la nueva avenida para el año 2020, después de dos años de intensas obras.
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