Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Prueba en ruta del Peugeot 408: amo y señor de la carretera

Peugeot 408.

Pedro Urteaga

Después de un par de contactos iniciales que ya nos habían dejado muy buen sabor de boca, en los últimos días hemos tenido la oportunidad de probar el Peugeot 408 con más detenimiento y parecidas o incluso mejores sensaciones. A lo largo de una ruta por carreteras cántabras, el modelo del león ha exhibido sus mejores galas en términos de aplomo, comodidad y, también, eficiencia.

Recordemos que el coche se vende en España con motor de gasolina de 130 caballos o bien en variantes híbridas enchufables de 180 y 225 CV. Hemos probado esta última, que incorpora un propulsor de gasolina de 150 CV, otro eléctrico de 81 kW y una batería de 12,4 kWh con la que la autonomía eléctrica homologada alcanza los 63 kilómetros en la versión GT.

Aunque el alcance efectivo es menor en condiciones reales de conducción, el 408 plug-in debería permitir hacer la mayoría de los trayectos cotidianos en modo eléctrico, esto es, sin consumo, emisiones locales ni otro ruido que el de rodadura y el del exterior del vehículo. Como nunca nos cansamos de repetir, para eso es necesario tomarse la molestia de ponerlo a cargar antes de cada uso.

En todo caso, lo que proponía Peugeot en esta ocasión era explorar el potencial de su modelo en carretera, concretamente durante una ruta por algunos de los parajes más hermosos de Cantabria, en el equivalente de lo que experimenta cualquier usuario de un enchufable una vez que la batería de alto voltaje llega a su fin y pasa a conducir, digamos, un coche de combustión al uso en un viaje de cierta duración.

Ya hemos contado en esta web que, a nivel estético, el 408 aporta una silueta poco vista que combina un diseño de fastback deportivo con obligados guiños a los SUV, como las protecciones de plástico de los pasos de rueda. Una vez que nos ponemos al volante, y si conseguimos hacer abstracción de la modernidad del interior, lo que descubrimos es el mismo tacto de conducción que ofrecían los mejores modelos de la marca -pensamos en un 205, un 505 o un 407, antecedente más directo del 408- y que constituye uno de sus valores más apreciados por parte del público interesado en estas cuestiones.

Nos referimos a una suma de aspectos que otorgan dinamismo a una actividad que, prosaicamente hablando, consiste en llevar un vehículo entre un punto y otro. Ese plus que algunos llaman diversión al volante se compone de precisión en el guiado, agilidad en zonas de curvas, rapidez en los cambios de dirección y altas prestaciones, entre otras cosas.

El 408 dispensa todo esto y le agrega el confort y la pisada propia de un coche grande cuando circula por rectas, así como unas reacciones predecibles cuando las circunstancias se complican. También un habitáculo esmeradamente rematado y pleno de carga tecnológica.

Tecnología y amplitud interior

En las plazas delanteras hallamos la última generación del Peugeot i-Cockpit, en el que el pequeño volante puede ser ahora calefactado y el cuadro de instrumentos, en 3D. La pantalla central táctil, de 10 pulgadas, se acompaña de un display configurable que agrupa una serie de atajos a las funciones básicas del coche. Este puede disponer también de sistema de purificación del aire del habitáculo y de asientos equipados con masaje.

Aunque ya lo mencionamos en artículos anteriores, destaquemos que el 408 brinda además un espacio notable en las plazas traseras. La cota longitudinal es extraordinaria, y la de altura, problemática en estas carrocerías de tipo cupé, no está mal gracias a que los asientos se han colocado en posición baja e inclinada hacia atrás de forma más acusada de lo habitual. El maletero pasa de 536 a 471 litros en las versiones enchufables, una merma no especialmente significativa.

Alejada de centros urbanos y alrededores, donde con buen criterio se habrá movido aprovechando la energía de la batería, esta versión plug-in muestra un carácter bastante eficiente cuando nos desplazamos a un ritmo moderado. Lo normal es obtener consumos por debajo de los 7 litros/100 km, que se antoja una cifra razonable para un vehículo de casi 4,7 metros de longitud y 1.800 kilos en esta variante híbrida enchufable de 225 CV y acabado GT, el más deportivo de la gama.

Por mucho que se trate de algo subjetivo, resulta difícil negar el atractivo de una carrocería como la del 408 que -especialmente en esta versión- rezuma modernidad y hasta sofisticación, sobre todo cuando se combina con las llantas opcionales Monolithe de 20 pulgadas que puedes observar en las imágenes que acompañan a este texto.

Concluimos este repaso con la parte menos amable del asunto, la de los precios, que duele de forma muy particular ahora que vivimos una época de alzas desmesuradas que afectan a todos los coches. En el caso del 408, la versión menos costosa es la equipada con motor de 130 CV, que sale por 33.350 euros. Los híbridos enchufables cuestan entre 42.250 y 47.800 euros, que los más hábiles en procedimientos burocráticos conseguirán reducir en 5.000 euros (achatarrando un coche antiguo) con las ayudas del Plan Moves III.

Etiquetas
stats