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La Vida Moderna repite éxito en Murcia

La Vida Moderna en el Palacio de los Deportes

Paula González / Laura Gómez

Murcia —

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La Vida Moderna Live Show, el espectáculo de David Broncano, Quequé e Ignatius, llegó anoche por segunda vez a la ciudad de Murcia, justo un año después de agotar las entradas en el Teatro Circo. Esta vez fue el turno del Palacio de los Deportes de la ciudad, que a las 22:00 reunía a casi 5.000 personas, en su mayoría hombres rondando la treintena, ansiosas por recibir una buena dosis de humor faltoso y sátira incómoda.

Lo que no esperaban los asistentes era el “calvario” que iban a sufrir con el sonido del Palacio de los Deportes. Nada más salir Broncano al escenario, el público de los anillos superiores de las gradas empezó a abuchear y a gritar que no se oía. Finalmente, una espectadora subió al escenario para explicarle al humorista que desde arriba no se estaba entendiendo nada de lo que decía, algo que el cómico no desaprovechó para abrir la veda de los chistes sobre Murcia: “¿Pero no me entendéis por el eco o es porque vengo del centro de la Península?”. Vista la situación, los cómicos decidieron detener el espectáculo para intentar solucionar el problema, mientras que el público de las gradas se recolocaba sin mucho orden por otras partes del pabellón.

El show volvió a empezar a las 22.45, ya con cerca de una hora de retraso y sin conseguir solucionar del todo los problemas con la megafonía. Aun así, Broncano comenzó la “ópera bufa” con uno de sus monólogos en los que comenta noticias de actualidad, para dar paso en unos minutos a la entrada de sus dos compañeros de la radio, Ignatius y Quequé, quienes llegaron al escenario montados en “mochillo”(aunque no de las de Carmena) y con el Bella Ciao de acompañamiento, para delirio del público.

A partir de aquí no hubo sorpresas, los tres cómicos dedicaron las dos horas siguientes a pasearse por esa fina línea de los límites del humor donde tanto les gusta hacer equilibrios. Tuvimos chistes para los animalistas, las feministas, los “disfuncionales” y hasta para el holocausto; como dijo Quequé, “por eso no está permitido hacer grabaciones del espectáculo”.

Tal y como nos tiene acostumbrados en el programa de radio, fue Quequé, tras beberse una Estrella de Levante, el que dio la nota más política a la noche, metiéndose con los nacionalismos (con todos), y llegando a pedir que España se convierta en una república y así “mandar a los Borbones a tomar por culo de una vez”; sin dejar pasar la ocasión, a dos días de las Elecciones Generales, para recordar a la gente que este domingo “es más importante que nunca ir a votar”.

El espectáculo terminó cerca de la una de la madrugada con el sonido del himno de la extinta Moderdonia y con un público que salió, en parte, con un sabor agridulce debido a los problemas de sonido. Pero el otro infortunio que será recordado de la humorística velada fue que se acabara la cerveza de las barras durante el show: “Esto sí que no tiene perdón”, exclamaron varios asistentes que entendían que hay cosas con las que mejor no hacer bromas.

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