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Rebelión en las aulas

Tres niños con mascarillas

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Tercera semana de agosto, a poco más de quince días para el inicio de curso nos encontramos con la incertidumbre de saber en qué condiciones se podrá volver.

Toda la comunidad educativa está intranquila ante la nula capacidad del Gobierno regional de articular medidas reales que garanticen el inicio de curso de una manera segura y sin poner en riesgo la salud de los estudiantes.

Mientras el Gobierno de España mandará a la Región casi 75 millones de euros, López Miras y su banda, andan de brazos caídos. En su ya habitual estrategia de lanzar globos sonda a través de los medios de comunicación, el pasado fin de semana supimos la idea que tienen en San Esteban y lo que ellos consideran un inicio de curso seguro.

No tengo claro por dónde empezar a describir el sinsentido que suponen las medidas que quieren poner en marcha. Quizás la más flagrante pueda ser la de contratar 800 profesores de refuerzo, que dicho así parece una cantidad importante, pero cuando lo comparamos con el número de centros educativos de la Región hace sentir vergüenza.

Pero no contentos con eso, el Gobierno Regional tiene la ocurrencia de forzar una bajada de ratios artificial, low cost, y totalmente insegura sin contratar personal docente.

“El dinero que no se gastan en profesores se lo han de gastar las familias en cuidadores si pretenden trabajar. Al final siempre se traslada la resolución del problema a los mismos”. Esta frase no es mía, es de una gran abogada de Cartagena que se llama Rosa Manrubia. La publicó en redes esta semana. Y la traigo a colación porque es un resumen muy claro y realista de lo que está haciendo el Gobierno regional.

Pero todo no acaba ahí, también anuncian que no van a aportar ninguna cantidad extra a los casi 75 millones de euro que manda el Gobierno de España. Y aquí es cuando recuerdo el gran acto de presentación de la estrategia Reactiva2020, que según nos decía Miras, iba a estar dotado de más de 700 millones de euros para aplicar en los sectores más necesitados. ¿De verdad qué el ejecutivo regional ha sido tan insensato de no prever una partida presupuestaria para Educación? ¿Es entendible por las madres, padres y personal docente que el Gobierno regional abandone a su suerte a un pilar fundamental para cualquier comunidad como lo es la Educación?

Pero si bajamos la mirada hacia el entorno municipal, el más cercano al ciudadano, nos encontramos con que, dentro de sus competencias, tampoco han previsto nada.

A los consistorios le corresponde la limpieza de los centros educativos, dado que está fuera de toda duda que la limpieza e higiene va a ser un factor fundamental para controlar la expansión del virus, ¿a qué espera el Ayuntamiento de Cartagena para poner en marcha un plan de refuerzo del personal de limpieza? ¿Cuándo piensa diseñar un protocolo de limpieza que garantice la seguridad de los centros educativos del municipio? ¿O acaso van a seguir la estela del Gobierno regional y van a dejar a los colegios e institutos a su suerte? ¿Cuándo van a exigir al Gobierno regional que le avancen la partida que les corresponde de los 73 millones de euros que manda el Gobierno de España?

Sabemos que el ejecutivo municipal está más por los focos y las cámaras que por trabajar en serio por los vecinos y vecinas de Cartagena, pero abandonar a toda la comunidad educativa del municipio, me parece demasiado indecente.

En el PSOE, sin embargo, hemos registrado una propuesta de reparto de esos fondos extraordinarios mandados por el Gobierno de España, donde el Gobierno regional debería de complementar con unos 25 millones de euros extra. Con la suma de ambas cantidades se podría contratar a más de 1500 profesores, lo que supondría un refuerzo real y efectivo; aumentar el personal de limpieza, fundamental en esta situación y doblar algunas líneas de transporte escolar que actualmente están saturadas, para así garantizar las medidas de distanciamiento social impuestas por la pandemia.

En definitiva, tener un plan, ser previsores, realistas y garantizar a la ciudadanía de la Región, y en concreto de Cartagena, que estamos trabajando por y para ellos y ellas. Que pese a las dificultadas que nos ha impuesto la COVID19, nos remangamos y buscamos soluciones para ayudar a todas las familias, autónomos y pymes que peor lo están pasando en esta crisis sanitaria. Pero claro, para eso hay que pensar en la gente, y no en intereses particulares.

Por ello, mucho me temo que en septiembre vamos a tener una rebelión en las aulas, donde habrá padres y madres inseguros, que cruzaran los dedos todos los días cada vez que tengan que mandar a sus hijos al colegio. Y profesores que se encontrarán entre la espada y la pared al no tener unos protocolos de seguridad claros y con las clases masificadas. En definitiva, una situación insostenible, provocada por unos ejecutivos regional y municipal incapaces de articular las medidas necesarias para garantizar la normalidad en la ‘vuelta al cole’.

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