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Ayuso marca territorio propio ante un Feijóo más conciliador con el Gobierno en la respuesta a la guerra

Los presidentes de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el de Asturias, Adrián Barbón, antes de la Conferencia de Presidentes.

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Con Casado o con Feijóo, Ayuso sigue siendo Ayuso. Perfil propio. Siempre un paso más allá. Siempre por libre. Siempre con voz propia. Siempre fuera de posiciones comunes. Siempre contra el Gobierno de España. En La Palma, durante la Conferencia de Presidentes, no iba a ser distinto. Marcó territorio propio ante el gallego, más conciliador con el Gobierno de Sánchez en la respuesta como país a la guerra de Putin.

Será porque el gallego le ha robado el foco. Será porque “el rey de los selfies” en Santa Cruz de La Palma fue el flamante candidato a la presidencia del PP nacional. Será porque ya no es ella la más demandada en los corrillos. O será porque Felipe VI departió largo y tendido a solas con el aún presidente de la Xunta, pero no con la madrileña. Fuera por lo que fuera, la presidenta de la Comunidad de Madrid llegó a la isla dispuesta a no defraudar a su público.

“¡Isabel, te queremos!”, le gritó un espontáneo desde el balcón de un edificio frente a la explanada en la que todos los presidentes autonómicos posaban ya para la foto de familia. Y ella saludaba con la mano y con la mirada, pero con gesto circunspecto, mientras Feijóo compartía conversación con el ministro Bolaños, confidencias con el lehendakari y hasta charla animada con varios presidentes socialistas. 

La invasión a Ucrania y sus consecuencias económicas protagonizaron la primera Conferencia de Presidentes presencial en la que participan todas las Comunidades Autónomas desde 2012. Siempre fallaba Catalunya, pero esta vez Pere Aragonés no quiso perderse la cita, después de que La Moncloa aceptara parte del orden del día  propuesto por la Generalitat. Claro que el catalán no llegó al recinto de la cumbre hasta que Felipe VI no lo había abandonado, un gesto que le fue criticado tanto por socialistas como populares. La reunión se saldó con un acuerdo de mínimos para suscribir de forma unánime una declaración institucional. No era para menos teniendo en cuenta la dimensión de la crisis. 

Así que la delegación del PP estuvo de acuerdo en respaldar a Sánchez y a su Gobierno en todo acción que esté dentro del marco político de la UE y la OTAN. Y en lo doméstico, ya no tanto. Ahí fue donde Ayuso se salió del renglón con intención de escribir su propio párrafo y distinguirse de sus correligionarios, en especial del gallego que, de facto, ya era el que marcaba el paso de la delegación de presidentes populares.

Los barones conservadores, que llegaron con un catálogo común de exigencias bajo el brazo, pedían sobre todo una rebaja de impuestos en electricidad, gas e hidrocarburos. “Y eso que sabemos que afectará a nuestras propias arcas”, decía el andaluz Juan Manuel . La recaudación del IVA se reparte 50-50 entre Estado y Comunidades, pero el PP llevaba días pidiendo una disminución en varios tributos. “En este momento es imprescindible cerrar filas en torno a la posición española en la UE y en la OTAN. Vamos a arrimar el hombro aunque nuestras propuestas no hayan sido del todo acogidas”, resumía el presidente gallego.

El Gobierno tuvo que aceptar una alusión expresa para “intensificar” las rebajas fiscales con el propósito de amortiguar el impacto de los precios en los recibos para lograr el apoyo de los populares. Y la negociación, en la que los barones andaluz y gallego se tuvieron que emplear a fondo, no fue fácil, pero sí suficiente para que los populares entiendan que Sánchez había de asumir el compromiso y por tanto sumarse al acuerdo, pese a que en el mismo no se concretaba ni qué impuestos serán rebajados ni en qué plazos. El texto tampoco cuantificaba la dotación del fondo extraordinario para la acogida de refugiados en las Comunidades Autónomas. 

Pero la guerra y el cambio de liderazgo en el PP lograron un acuerdo de mínimos impensable hace unas semanas antes de la convulsión de los populares. De hecho, Sánchez y Feijóo tuvieron un largo aparte tanto en la cena del día anterior a la cumbre, como en el desayuno que precedió a la Conferencia de Presidentes. Ambos tendrán su primera cita, ya con el gallego como presidente del PP, después del congreso que los populares celebrarán el 2 y 3 de abril, pero si algo quedó claro en La Palma es que el presidente de la Xunta ejerce ya de mandamás y que empieza a tomar contacto con la prensa nacional. Tanto es así que el andaluz Moreno Bonilla no perdió ocasión de resaltar el protagonismo de Feijóo en la cumbre autonómica y hasta dijo que había sido el “artífice” del acuerdo. 

“Feijóo se comporta y se le reconoce como líder del Partido Popular en España”, dijo tras afirmar que también los presidentes nacionalistas y socialistas le habían reconocido ese papel durante la reunión. En efecto, algunos barones del PSOE percibieron que el gallego llegó dispuesto a conciliar posiciones mientras que la intención de Ayuso “fue siempre disentir”.

La presidenta madrileña se empeñó en dejar claro su desacuerdo con la organización de las Conferencias de Presidentes mientras que Feijóo elogió que en esta ocasión, a diferencia de otras cumbres, se habían celebrado varias preparatorias y enviado a las Comunidades la documentación precisa para trabajar el acuerdo alcanzado.

En declaraciones a los medios de comunicación, afirmó que alcanzar acuerdos con este Gobierno resulta “francamente difícil” y que las Comunidades no pueden afrontar los gastos de la acogida de refugiados si Sánchez no actúa previamente. Y esto, después de pedir más dinero al Gobierno, mientras exigía una rebaja de impuestos. Bueno, más que rebaja lo que reclamó fue una suspensión temporal de los tributos añadidos al gas, la electricidad y los hidrocarburos“, un imposible técnicamente incluso según criterio de sus propios compañeros de partido. También planteó redirigir los fondos europeos Next Generation y los 20.000 millones que prevé destinar el Gobierno entre 2022 y 2025 para impulsar políticas públicas de Igualdad que se destinen a ”ayudar a las familias“ para afrontar la subidas de los precios de la energía. ”En estos momentos, la igualdad entre hombres y mujeres es tan importante como acabar con la pobreza de las familias“, afirmó en línea con la ofensiva desplegada por la derecha mediático-política contra la inversión anunciada desde el Ministerio de Irene Montero y que incluyen, entre otros capítulos, permisos de paternidad y maternidad, escuelas infantiles de 0 a 3 años, lucha contra la violencia machista o el refuerzo del sistema de dependencia. Ayuso cree que esta partida se puede destinar a que cada familia reciba 500 euros para  pagar la electricidad.

Lo llaman populismo hasta en el PP. Ayuso en estado puro. Marca Ayuso. Todo para remontar el vuelo tras haber quedado tocada tras su ofensiva con Casado por el presunto espionaje y el polémico contrato de la Administración regional del que se benefició su hermano.

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