La falta de ayuda pública obliga a cerrar una ONG de ayuda a enfermos de sida
La veterana ONG Itxarobide ha interrumpido temporalmente su actividad. Están al borde del cierre. O reciben de forma inmediata una inyección de 30.000 euros o se verán obligados a bajar la persiana de forma definitiva y dejar en la estacada a los cientos de portadores de VIH y de hepatitis C que atienden. El equipo de voluntariado y técnico de la entidad sin ánimo de lucro ha comunicado a través de las redes sociales que cesa su actividad y ha llamado a sus socios y usuarios a una reunión abierta.
El objetivo del encuentro es informar sobre la grave situación económica por la que atraviesan así como explicar su propuesta para salvar la asociación. “Los usuarios están llorando. Se ven desamparados. Aquí no reciben un tratamiento médico pero sí apoyo, seguimiento, asesoramiento y formación. Hacemos de enlace con los profesionales sanitarios. Nos ocupamos de aquellas tareas a las que ellos no llegan. El trabajo sucio de la administración lo hacemos aquí y estamos deseando poder continuar desarrollando esta labor”, explica la presidenta de la organización humanitaria, Udiarriaga García.
Los pacientes les llegan derivados por los propios médicos de centros como Basurto, Cruces y Galdakano.“Tenemos una muy buena relación con los médicos. Llevamos años colaborando con el Departamento de Salud para dar la mejor atención posible a los afectados con terapia psicológica y grupos de autoapoyo. Y somos profesionales formados en la atención social sanitaria con más de 20 años de experiencia. Pero algunos llevamos trabajando sin cobrar un año para poder afrontar otros gastos más allá de nuestros sueldos, como el mantenimiento del local o las nóminas de la administrativa. Hemos tenido que prescindir de gente. No podemos prolongar más está situación. No podemos seguir trabajando gratis más tiempo”, advierten.
Desde la dirección de la ONG reconocen y valoran el apoyo prestado sobre todo desde el Departamento de Asuntos Sociales pero reclaman ayuda al área de Salud. “Nos hemos visto muy perjudicados por el recorte en las subvenciones. Confiamos en que el consejero Aburto recapacite y nos apoye. No estamos pidiendo una millonada. Subsistiremos con 30.000 euros y todos se verán beneficiados con la continuidad de esta entidad porque hacemos una importante labor, aunque económicamente no sea correspondida. Sabemos que tenemos a los profesionales sanitarios de nuestro lado. Esperamos que hagan entrar en razón al consejero”, confiesa la presidenta.
