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“Hay que involucrar a los estudiantes para que aprendan. Ya no basta con enseñar”

El rector de Mondragon Unibertsitatea, Vicente Atxa.

Eduardo Azumendi

Mondragon Unibertsitatea lleva en el ADN la relación con la empresa, con la industria y con la sociedad. Su rector, Vicente Atxa, asegura que por cada euro que invierte el Gobierno vasco en investigación en , el centro moviliza 2,5 euros de financiación privada. Eso demuestra, a su juicio, que si la universidad apuesta por la competitividad de las empresas, estas te devuelven la confianza. Para Atxa, el alumno es el centro del sistema educativo, ni los contenidos ni los profesores. Se guía por el principio de que la innovación educativa se aprende haciendo, “siendo atrevidos a la hora de enseñar” y su máxima es que el estudiante “debe disfrutar aprendiendo”. “Ya no basta con enseñar. Se trata de involucrar a los estudiantes para que aprendan”.

¿El futuro pasa por los jóvenes?

Tenemos los mejores jóvenes de la historia de Euskadi. Los más preparados, los que mejor conocen el mundo, los que más información tienen sobre la sociedad. Para mí el PIB de Euskadi, que es una forma de medir lo que produce un país, se va a medir por su tecnología, conocimiento y talento Y el talento son los jóvenes. Son los que van a mover este país.

¿Falta capacidad de emprendimiento entre los jóvenes?

Los jóvenes de hoy en día tienen ganas de hacer cosas nuevas, de impulsar este país, igual que las generaciones anteriores. Su esfuerzo y compromiso son indudables.

¿Mondragon Unibertsitatea prepara para los retos de la industria 4.0?

Sí. Mil estudiantes de Mondragon Unibertsitatea han realizado su proyecto de fin de carrera en una empresa. Por lo tanto, están impregnados de lo que ocurre con la industria. Están mejor preparados para afrontar ese futuro que otras generaciones. Porque los retos de la industria 4.0 es mejorar los procesos de fabricación, integrar las tecnologías de la información y la comunicación…Toda esa formación se la damos en Mondragon.

La industria se queja de que no hay conexión entre la universidad y el mercado laboral, que se desconoce las necesidades de las empresas.

La Universidad de Mondragon lleva en el ADN la relación con la empresa, con la industria y con la sociedad. Por cada euro que invierte el Gobierno en investigación en Mondragon Unibertsitatea, el centro moviliza 2,5 euros de financiación privada. Cuando te alineas con las necesidades de la empresa, esta responde. En ese sentido, nuestra universidad trabaja para que la empresa sea más competitiva y para que la sociedad pueda responder a los retos.

¿Cómo convencería a un estudiante de 18 años de que Mondragon Unibertsitatea le ofrece lo que busca?

Invitándole a visitarnos. Va a ser el centro como estudiante. Si piensa que la etapa universitaria es para forjarse el futuro, Mondragon no le va a defraudar. Va a tener una formación donde va a aprender haciendo, una experiencia internacional y una experiencia laboral donde va a conocer el mundo del trabajo desde dentro.

¿La ventaja de Mondragon reside en su capacidad de acomodar los estudios a las necesidades sociales e industriales de una forma casi inmediata?

Normalmente usamos tres líneas para decidir en qué ámbitos necesitamos poner en marcha estudios. Primero, identificar los retos a futuro de Euskadi. De esos retos, salen las nuevas titulaciones. En segundo lugar, por nuestra universidad pasan cada año más de 5.000 profesionales para recualificarse. Es una necesidad imperiosa porque tenemos pocos jóvenes y mucha gente que necesita formación continua. Y de ahí nos viene mucha información de lo que se necesita. La tercera línea son los proyectos de investigación y transferencia que hacemos con empresas industriales, de servicios, escuelas e ikastolas para conocer lo que necesitan en sus negocios.

¿En qué porcentaje las empresas financian la investigación que se desarrolla en Mondragon Unibertsitatea?

Alrededor del 60%. Eso demuestra que si el objetivo es mejorar la competitividad de las empresas, estas apuestan por ti. Nuestra universidad está abierta a la sociedad: el 25% de nuestros estudiantes se emplean en cooperativas de Mondragon Corporación y el 75% restante en otro tipo de empresas.

Mondragon Unibertsitatea lleva unos años apostando por la carrera de Magisterio y por ofrecer otro tipo de educación.

La educación debe estar por encima de cualquier ideología, es un proceso que no puede cambiar cada cuatro años en función de unas elecciones. Hay que mirar mucho más a largo plazo, independientemente de los vaivenes políticos y económicos. Todos estamos convencidos de que los alumnos deben aprender por medio de competencias. La innovación educativa se aprende haciendo, siendo atrevidos a la hora de enseñar.

¿Los profesores son la piedra angular del sistema educativo?

Lo importante es el alumno. El foco del sistema de aprendizaje debe estar sobre el estudiante, ni en los contenidos ni en el profesor. El estudiante debe disfrutar aprendiendo, hay que motivarle. Hay que poner todos los recursos que tenemos en la universidad hacia ese objetivo. No trabaja cada profesor por su cuenta, se trabaja en equipo para que un grupo de estudiantes avance. Uno de los grandes cambios de los últimos años en nuestra universidad ha sido involucrar a los estudiantes para que aprendan. El objetivo es aprender, peor no basta con enseñar. El estudiante debe estar en el centro de la institución educativa. En Mondragon lo hemos hecho, pero debemos seguir innovando porque todo cambia diariamente.

¿Va por delante de los cambios?

Solo le digo que Mondragon Unibertsitatea lidera los procesos de innovación y de vinculación de la sociedad con la empresa. Y así lo confirman las diferentes clasificaciones.

¿Su universidad sale reforzada de la crisis?

Sí. El hecho de ser una universidad cooperativa nos da una ventaja: el compromiso y el alineamiento de todos los que formamos parte de la universidad. En 2008, hicimos una apuesta por desarrollar nuevos ámbitos, por reforzar los grados, por la vinculación con el entorno empresarial y social y así hemos ampliado nuestra actividad de investigación y damos mejor servicio a la sociedad.

¿Es bueno o malo para la universidad una identificación excesiva con el resto del grupo Mondragon?

Mondragon Unibertsitatea transmite valores como practicidad y cercanía con la empresa, pero, sobre todo, traslada confianza y honestidad. Son dos valores vinculados al movimiento cooperativo y en ese sentido allí donde vamos el hecho de pertenecer al grupo nos da confianza con los que colaboramos. Los que empieza proyectos con nosotros sienten que detrás hay gente seria.

¿Consiguen alimentar desde la universidad todas las necesidades del grupo?

En Euskadi vamos a necesitar de todo tipo de vocaciones. El relevo generacional va a ser muy importante. La crisis ha limitado algunas necesidades, pero no sé si seremos capaces de dar el relevo generacional en ámbitos como el del profesorado, por ejemplo.

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