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Ser madre, algo natural

La leche materna ofrece todos los nutrientes necesarios al bebé

Patricia Burgo Muñoz

Parir en casa ya no es una costumbre, como hace décadas, ni tiene porque ser solo por accidente, como ocurre en ocasiones. Puede ser una opción estudiada y decidida por los padres y madres que buscan una atención más personal en el momento de dar a luz a su hijo. Para garantizar que todo el proceso se desarrolle de una forma segura, existen profesionales sanitarios cualificados para asistir a la madre en el domicilio particular.

Cada año cerca de 800 familias en España deciden que el nacimiento de su hijo sea de esta manera. Los datos de 2011, los últimos que ha ofrecido el Instituto Nacional de Estadística, recogen que de los 463.560 partos que se registraron ese año, 1.334 se produjeron en el domicilio. Pero dentro de esas estadísticas no se diferencia entre los que se produjeron en casa de forma accidental y aquellos planeados y cuidadosamente estudiados por la futura madre y su entorno familiar. Se calcula que uno de cada 600 partos ocurridos en España fueron partos domiciliados, planificados y seguros. El 'Mapa del parto en casa' sitúa a Euskadi en una posición media entre el resto de comunidades, donde Cataluña ocupa el primer puesto de este ranking, ya que uno de cada tres nacimientos planificados en casa ocurre allí.

En Euskadi 20 matronas desempeñan esta labor, una de ellas es Nekane del Olmo, que en los últimos años ha notado como “poco a poco va creciendo la demanda”, no puede ser más precisa porque hasta ahora no se han recogido los datos que ofrezcan una cifra exacta. Por eso este colectivo de sanitarios han decidido unirse para así conseguir una estadística fiable que les permita investigar, mejorar en la asistencia y volcar los conocimientos de cada uno. Pero también quieren que esta práctica “no parezca algo clandestino” reconoce Del Olmo, “porque en España todavía culturalmente queda mucho por hacer en este sentido” añade. “La diferencia es que antes no eran partos planificados y ahora tenemos todo bajo control”, explica.

Nekane insiste en que las parejas que optan por tener a su bebé en casa “se informan muchísimo” acerca de las ventajas, desventajas o posibles complicaciones que puedan surgir. “Tienen un nivel cultural medio-alto y toman la decisión después de informarse mucho y totalmente convencidos”, explica la matrona. Se tienen que cumplir una serie de condiciones para que sea posible parir en casa: que no haya complicaciones durante el embarazo, que la madre se encuentre entre la semana 37 y 42 y que el niño venga de cabeza. Además tiene que haber un hospital como mucho a 30 minutos.

Normalmente las familias que optan por tener al niño en su domicilio buscan menos intervención a nivel sanitario y más intimidad. Al contrario de lo que sucede en el hospital “no se mantienen protocolos rígidos sobre la dilatación o en el expulsivo, y tampoco se emplean medios artificiales para apresurar el parto”, explica Nekane, que deja muy claro que “mientras los latidos del feto sean normales, se respetan los tiempos de la mujer”, que elige de qué manera quiere parir, en qué postura.

El papel de la pareja de la madre es también esencial, “ellos son los protagonistas, las matronas estamos para acompañar emocionalmente y ver que todo va bien, se eliminan las jerarquías que se imponen en el hospital”, comenta Nekane. La complicidad entre la pareja y las comadronas se ha venido forjando desde unos meses antes del momento del parto. “Solemos contactar al final del segundo trimestre, nos vamos conociendo, tomando confianza, para que a la hora del parto sea más cómodo para todos”, admite Nekane.

Después del parto, la lactancia

Más allá de los profesionales sanitarios, han surgido otros grupos de apoyo para solucionar de una manera colectiva no profesional las dudas que surgen a los recien estrenados padres. Uno de los asuntos que más preguntas concita, una vez superado el parto es la lactancia. “No amamantamos porque sea mejor, amamantamos porque somos mamíferos”, explica Edurne Estévez, presidenta de la asociación de Apoyo a la Lactancia y Crianza con Apego 'Besartean'. A través de diferentes talleres y actividades este grupo de madres que comenzaron su andadura en 2007, quieren ayudar a otras madres, que muchas veces se enfrentan a un proceso desconocido con multitud de consejos contradictorios que le llegan desde la familia o desde los propios pediatras, y necesitan una atención más personalizada y horizontal “de madre a madre”, explica Edurne.

“No somos ningunas talibanes de la lactancia” advierte, “respetamos a la madre que decide no dar el pecho, solo pretendemos ayudar a aquella que sí lo quiere hacer y acabar con prejuicios como que no puedes dar el pecho hasta que tu hijo tenga 3 o 4 años”, comenta. “Muchas madres quieren dar el pecho pero no reciben la información suficiente para hacerlo”, dice, “porque hemos pasado a delegar nuestra maternidad en el pediatra que dirige todo el proceso, y poco a poco empezamos otra vez a ser más conscientes y dueñas de nuestras decisiones”. Para ello proponen periodicamente grupos de lactancia, grupos de crianza, talleres de portabebés, o jornadas para sanitarios interesados en actualizar su información sobre la lactancia, entre otras actividades.

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