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Huelga por el clima: el movimiento ecologista busca el relevo generacional

Marta Borbons

Alejandro Ávila

Una niña habló y el mundo enmudeció. Greta Thunberg se plantó el pasado mes de diciembre en la Cumbre del Clima de la ONU y le espetó a políticos de todo el planeta: “Ustedes dicen que aman a sus hijos por encima de todo, pero les están robando su futuro ante sus propios ojos”.

La joven activista sueca lanzó así una bola de nieve que, rodando ladera abajo, se ha convertido en la primera huelga mundial contra el cambio climático. Es, curiosamente, el nuevo 15M, tanto literal como metafóricamente hablando. 

En Andalucía, el testigo lo han recogido un puñado de jóvenes, apoyados por 'sus mayores' de las organizaciones ecologistas, desde WWF a la Red Sevilla por el Clima, pasando por Ecologistas en Acción o Greenpeace. Bajo el grito de guerra “Rebélate contra la extinción de especies y la crisis ecológica”, los más jóvenes están dispuestos a tomar el relevo generacional de un envejecido movimiento ecologista.

Marta Bordons es una de las líderes en Andalucía de Juventud por el Clima (Fridays for Future). Esta estudiante universitaria sevillana destaca que son miles de estudiantes en toda España organizados en red. “No podemos cambiar las leyes, pero sí presionar. Somos la siguiente generación, pero nos están robando el futuro y nuestra posibilidad de vivir. Nos preocupa la crisis climática porque nos va tocar a nosotros afrontarla y vivir sin recursos”, indica.

El propio panel climático de la ONU señaló el pasado mes de diciembre que “contamos con los recursos y el tiempo suficiente para evitar que el calentamiento global supere 1,5ºC, pero se necesita un esfuerzo sin precedentes. Si no recortamos tajantemente las emisiones industriales y de transporte, la temperatura global ascenderá a 1,5ºC en algún momento entre 2030 y 2052. Se necesitarían cambios de gran alcance y sin precedentes en cuestión de energía, industria, transporte, agricultura, ciudades y edificios. Llegar a reducir alrededor de un 45% las emisiones globales de CO2 de origen humano en 2030, respecto a los niveles de 2010, y lograr el cero neto en 2050 ”.

La hora de los jóvenes

Ante este panorama tan apremiante, Juan José Carmona, coordinador de la organización ecologista WWF en Andalucía, cree que ya era hora de que “de una vez por toda, los jóvenes dieran el puñetazo en la mesa. Son ellos los que se van a comer la contaminación y el cambio climático. A los mayores ya nos está salpicando, pero los efectos más gordos y visibles lo van a sufrir las generaciones que tienen menos de 30 años. A ellos les afectará directamente”. 

Lo llaman emergencia climática y los más jóvenes creen que hasta que el cambio climático no les deje sin nada que llevarse a la boca, los políticos no reaccionará. En Sevilla, la Huelga por el Clima parte desde la Plaza Nueva a las 12 de la mañana. Todos los viernes, habrá huelga, siguiendo el ejemplo de Thunberg.

Aunque, según explican ellos mismos, el movimiento se ha puesto en contacto con los institutos de secundaria, no han encontrado mucho apoyo. “Nos están llegando mensajes de estudiantes de instituto, interesados en saber si hay huelga en sus institutos, pero es complicado que los institutos se movilicen. No hace falta que sean huelgas, pero sí estaría bien que se hicieran jornadas o sentadas. Lo importante es generar concienciación, sin importar la edad.”, añade Borbons.

En términos similares se manfiesta la Red Sevilla por el Clima, que insta a todos, “jóvenes y mayores”, a que participen se movilicen en una lucha “tan desigual y tan inspiradora. La lucha de una niña (ahora acompañada de miles de jóvenes de todo el mundo) frente a la falta de acción de nuestros gobernantes y la influencia de los grandes lobbies de las empresas más poderosas del planeta, alimentadas por los combustibles fósiles y el capitalismo deshumanizado”.

Para Lola Yllescas, coordinadora estatal de Ecologistas en Acción, que el relevo “lo tomen los escolares ha sido una sorpresa agradable. Esta chica, Greta Thunberg, tiene una soltura que me sorprende mucho y demuestra tenemos una primera juventud que está muy informada y formada”. 

Sobre el relevo generacional en el movimiento ecologista, Yllescas pone el acento en la precariedad. “Por su mala situación vital, muchos jóvenes no tienen la posibilidad de ser solidarios con su tiempo. La precariedad les obliga a dejar de ser solidarios. Nosotros teníamos trabajo fijo y disponíamos de tiempo que podíamos dedicarle al activismo. Ellos, no”.

A las 12, huelga planetaria

 El movimiento ha ido calentando a lo largo de la semana con talleres, debates, huertos ecológicos y reuniones, hasta culminar este viernes en una concentración que dará una primera idea sobre el alcance del mensaje de la joven Greta. 

Para Juan José Carmona, lo importante es que toda esa energía de las calles se canalice y consolide. Le encanta que “este movimiento salga a la calle con fuerza, pero si todo esto no se refleja en los que manda, solo hay que dejar pasar el tiempo hasta que la gente se harte. ¿Cómo se puede canalizar? Con participación y uniéndose o creando entidades. Que todo esto quede y haya una continuidad”.

En Andalucía, el movimiento cobra una relevancia particular. Según las estimaciones científicas, la región es especialmente vulnerable al cambio climático, ante fenómenos extremos como la sequía, la desertización, el ascenso de las temperaturas y la subida del nivel del mar, que podría dejar buena parte del litoral urbanizado bajo las aguas del Mediterráneo y el Atlántico.

Así lo recuerda la coordinadora estatal de Ecologistas en Acción, la activista gaditana Lola Yllescas, quien recuerda que “Andalucía es muy vulnerable al cambio climático. Tenemos mucha costa y, por tanto, nos va afectar considerablemente la subida del nivel del mar. Además, la subida de temperatura global conlleva una desertización acelerada, así como la pérdida de fertilidad del suelo y de especies. El cambio climático va a tener muchos más efecto que otros países que se encuentran más protegidos”.

A pesar de este panorama tan desolador y apremiante, los jóvenes activistas afrontan este 15M “con mucha esperanza de despertar conciencia e ilusión por un día que, creemos, será histórico. También con mucha determinación de no parar hasta conseguir que los cargos políticos cumplan con su responsabilidad”.

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