Asunción Bernárdez: “Las mujeres en política, hagan lo que hagan son atacadas”
“Ada Colau debería estar sirviendo en un puesto de pescado”, dijo el académico de la Real Academia Española (RAE) Félix de Azúa. El comentario machista del académico sobre la alcaldesa de Barcelona ha tenido ecos diversos desde entonces y define “que las claves de género, de identidad, las tenemos tan marcadas que hay quien se resiste, y mucho, a afrontarlas”, apunta la profesora en la Universidad Complutense de Madrid y directora del Instituto de Investigaciones Feministas, Asunción Bernárdez en una entrevista para eldiario.es/andalucía.
Que hay quien no acepta la diversidad aunque eso signifique algo (que debería ser) tan trivial como que la mujer pueda ocupar “puestos de poder”. La actitud de Azúa añade una muestra “de que el mundo es clasista y sexista”, como define Bernárdez en el III Congreso Internacional sobre Género y Comunicación organizado en la Universidad de Sevilla, donde ha participado con la conferencia 'Mujeres en medio(s): propuestas para analizar la comunicación masiva con perspectiva de género'. En una sociedad estereotipada, el perfil puede oscilar de la violencia de 'Juego de Tronos' al de “mujeres guerreras” de la nueva saga 'Star Wars'. Pero, ¿qué es lo normal? “Lo normal no existe. Es algo que se pauta y se asume”, responde.
¿Qué le parecen las declaraciones que el académico de la RAE, Félix de Azúa, dedicó a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau?
Es una forma de expresar el machismo que está en la sociedad. Es significativo, pero prefiero todas las reacciones positivas y que nos dicen: hay mucha gente educada en el respeto a los demás, en la idea de que las mujeres pueden ocupar puestos de poder, en que tenemos que ser respetuosos también en el lenguaje que usamos. Gente machista que no acepte a mujeres en el poder o que exista la igualdad… eso lo habrá siempre. Son personas conservadoras, clasistas, pero quiero pensar que hay más gente que cree que el mundo puede cambiar.
¿La definiría como el prototipo de una reacción patriarcal?
Es una reacción típica. La forma de descalificar siempre a las mujeres en lo público es llevarlas al terreno de lo privado, hacer alusiones a la vida personal. A los hijos, maridos, amantes o profesiones que ellos consideran más o menos degradadas. Porque cuando llamas a una mujer pescadera o verdulera no te estás refiriendo a la profesión siquiera, te estás refiriendo a una mujer gritona, sin educación… tiene todas esas connotaciones negativas. En el fondo es llevar a las mujeres al terreno de lo devaluado, de la feminidad devaluada de la vida pública. No le pasa solo a Ada Colau por ser muy progresista, le ha pasado a mujeres más conservadoras que también han sido atacadas por la misma razón: ser mujeres.
¿Los contenidos de los medios de comunicación ayudan a fijar esas actitudes intimidatorias?
Hay mucha violencia en las series de televisión. 'Juego de Tronos' es un ejemplo, hasta qué punto pasa desapercibida una violencia que hemos asimilado. Y en ese sistema que exagera el uso de la violencia las mujeres somos representadas sobre todo como víctimas.
¿Ha progresado esta sociedad violenta y sexualizada?
Ha cambiado. No es tan fácil estar en un ambiente donde se haga un chiste machista y todo el mundo se ría. Hay una sensibilidad nueva que en los últimos 20 años en España ha ido cambiando poco a poco. Y en los medios de comunicación también.
¿Qué hay de novedoso en los medios?
Representar a las mujeres como guerreras, luchadoras. Es un estereotipo que existe desde los años 70 pero ahora está tan de moda que llega a 'Star Wars', por ejemplo, y la primera película con una protagonista, de verdad, mujer. Esto sí es algo nuevo.
¿Y es positiva esa imagen?
Es la pregunta que se hace la gente feminista. Creo que sí, que las mujeres tengan al menos otro tipo de modelos a los que acudir.
¿Cree en las 'nuevas masculinidades'?
Se da. Veo chicos jóvenes, estudiantes, que no tienen por qué demostrar esa forma de hablar tan 'masculina' (entrecomilla con los dedos). Son diferentes en el trato, se atreven a vestir de otra forma… no quiere decir que vayamos a deshacer toda la estructura de género pero es también una libertad para los hombres no tener tanta presión por manifestarse siempre como duros, fuertes, competitivos… Para los jóvenes hay una mayor flexibilidad para no ser el estereotipo agresivo de lo masculino.
Decía que ser mujer y política es casi un deporte de riesgo. Exposición a insultos machistas y… ¿qué más?
Las mujeres en política sufren un doble vínculo: hagan lo que hagan son atacadas. Si se arregla mucho es frívola, si no lo hace es una dejada. Si dice que tiene ambición política es ambiciosa dicho como cosa negativa y si no, es una blanda. El problema es que la devaluación de la mujer sigue consintiendo en eso, llevarlo a la arena de lo privado.
¿Es complicado doblegar el poder patriarcal?
A pesar de que los hombres se permiten ser más 'blandos', el sistema patriarcal de diferencias no se acaba de equilibrar. Pero vivimos un momento crucial y vamos a pensar que estos cambios son definitivos. Que las mujeres alcanzarán el poder en 10 años de manera equilibrada… llegar al 50% de representación en el mundo.
¿Continúa la revolución feminista?
Y es necesaria. Las estructuras del patriarcado siguen funcionando y las propias mujeres las seguimos muchas veces interpretando. El sistema sigue y se trabaja desde la representación, la economía, la educación… desde que nacemos. No criamos a los hijos e hijas de manera igualitaria por muy feministas que seamos. Educamos para una sociedad que sexista, clasista y al final para tener hijos 'normales'. ¿Y qué es la normalidad? Lo que viene marcado social y culturalmente. Tenemos miedo a la diversidad y vivimos en un mundo que nos marca unas pautas muy rígidas.