Desdeelsur es un espacio de expresión de opinión sobre y desde Andalucía. Un depósito de ideas para compartir y de reflexiones en las que participar
Abortar la familia correcta
Dios, patria y familia. La familia correcta. El orden natural. Si nos ponemos conspiranoicas, diríamos que todo lo malo que ocurre en el mundo es porque mi generación no contribuye a la natalidad directamente, y claro, estamos destrozando el orden natural de las cosas.
Podría ser el problemón de acceso a la vivienda y la poca capacidad de independizarse, la situación económica, el contexto de abuso y/o violencia que se esté viviendo, la situación laboral, o simplemente no querer ser madre. Es más, no querer ser madre debería ser suficiente motivo para no ser sometida al escrutinio del por qué no.
Aunque se quiera caricaturizar como una decisión espontánea, la realidad es que las mujeres que abortan lo hacen de manera consciente y decidida, es más, según el estudio realizado por cuatro investigadores españoles de la Universitat Pompeu Fabra, el Instituto de Empresa y la Universitat de Barcelona, que señala un impacto positivo en la vida de las mujeres al poder decidir sobre sus maternidades, especialmente en edades jóvenes.
La salud sexual y reproductiva de las mujeres sigue siendo el centro de la conversación. De una conversación pública que no se mantiene explícitamente, lo cual hace que se pierdan muchas aristas de esta cuestión más allá de la conservación del derecho a decidir.
Quiero decir, más allá de la legalidad, tendríamos que hablar de accesibilidad y educación sexual integral, de crianzas sostenibles y no sacrificadas, para poder así hablar de maternidades deseadas y no impuestas. Quizás, hablar de por qué en las salas de espera es tan peculiar ver a un hombre, por qué son tantas las mujeres que van solas, o con una amiga o una familiar mujer. Qué violencias se viven cuando se quiere ejercer ese derecho, desde humillaciones o coerciones, o el hecho de que los centros públicos sean residuales. Cómo acompañar no sólo durante, sino tras el aborto a las mujeres. O cómo falta un relevo generacional médico que sepa realizar esta práctica. O cómo las mujeres migrantes se encuentran con barreras burocráticas o sociales para acceder a este derecho.
Ya sabes que el progresismo fomenta un genocidio blanco con la planificación familiar y sus aulas donde los niños no son todos rubios con los ojos azules, con nombres normales como José Luis y no Moha
Y es que algo que no se suele percibir es la relación que tienen las políticas contra el aborto con los discursos antiinmigratorios. En el contexto de Europa, todas se enmarcan en la lógica de la supremacía blanca, es decir, evitar el reemplazo, forzar, digo fomentar la natalidad europea “natural” y evitar un reemplazo por la invasión que estamos desarrollando las negras y marrones. Esto se observa en el audiopodcast La familia correcta, donde se señala que estos movimientos no sólo harán lo posible por bloquear el acceso al aborto seguro (física, emocional y mentalmente), sino que estos mismos grupos fomentan el cierre de fronteras para evitar una invasión no europea, porque están acabando con las buenas familias: hombre, mujer, heterosexuales, con muchos hijos, cristianos y blancos. Ya sabes que el progresismo fomenta un genocidio blanco con la planificación familiar y sus aulas donde los niños no son todos rubios con los ojos azules, con nombres normales como José Luis y no Moha.
Y es que lo ocurrido en Sevilla con la Oficina de Atención a la Maternidad municipal (un centro contra el derecho a la salud sexual y reproductiva de las mujeres, y su derecho a decidir realmente) no es algo casual, se enreda en una estrategia internacional pues lo impulsa el mismo grupo político que ha jaleado y celebrado casos como el de Torre Pacheco.
Es por ello por lo que la conversación, y por ende las políticas, sobre el derecho a decidir sobre el propio cuerpo y la vida, no deben darse en abstracto, sino como todo en esta vida y nuestras sociedades complejas, ha de analizarse desde la imbricación con todos los elementos de la sociedad que la envuelven, y sobre todo debe ser pública y abierta.
0