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Pandemónium

Santos Cerdán, en su escaño del Congreso el pasado jueves.
16 de junio de 2025 20:02 h

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Es frecuente en el ejercicio del periodismo tener un artículo de opinión listo, y ver cómo la rabiosa actualidad te desbarata lo que habías previsto. Esto me ha ocurrido al irrumpir como una vía de agua en la bodega del barco del PSOE el caso Santos Cerdán, que ya se conoce como el del trío maléfico: Koldo-Ábalos-Santos Cerdán.

¡Vivimos en un pandemónium! A escala global, Netanyahu no tiene bastante con el genocidio y política de lebensraum en Gaza y Cisjordania, y ahora bombardea Irán dejando de títere a Trump, que buscaba negociar con los ayatollah el desarme nuclear. Trump en su casa envía a los marines contra las manifestaciones de inmigrantes en Los Ángeles y en otros puntos del país. Y Putin aprovecha el pandemónium para seguir bombardeando a civiles en Ucrania.

Y en éstas, aparece por Madrid Milei, el argentino de la motosierra con los parabienes de Díaz Ayuso, del PP y de Vox, y llamó a Pedro Sánchez “bandido al que habría que zurrar” y calificó a los socialistas de “mierda”. ¡Pandemónium!

Mi dilecta maestra y amiga María Novo me enseñó la máxima ambiental: “Pensar en lo global y actuar glocalmente”. En España, el panorama político es asfixiante y lejos de amainar va a más. Los insultos, las mentiras, el odio y el jalear o criticar a los jueces están a la orden del día, así como los posicionamientos de ciertos medios de comunicación. La búsqueda de la verdad y de la justicia ya no son noticia. Lo son la mentira, la injusticia y los improperios e injurias políticas, cada vez más bárbaras e irresponsables. En esta ley de la selva impera el todo vale y el cuanto peor mejor con tal de destrozar al enemigo político, que no adversario, como debiera ser. El Congreso es una metáfora del antiguo Campo del Gas de Madrid, donde los púgiles machacaban al contrario.

Ya lo describió Antonio Machado: “Españolito que vienes/ al mundo te guarde Dios/ una de las dos Españas/ ha de helarte el corazón”. Aristóteles nos dijo: “Es malo sufrir la injusticia, pero es peor cometerla”.

Si la instrucción del juez Peinado contra Begoña Gómez, la esposa del presidente, parece un esperpento valleinclanesco por los palos de ciego que da el juez sin hallar causas probatorias de nada, la instrucción del juez Hurtado va por camino parecido

En una de las tertulias políticas televisivas, vi y escuché como dos periodistas de medios conservadores sugerían y casi exigían la dimisión del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, tras el auto dictado por el juez Ángel Luis Hurtado que apunta a sentar en el banquillo al fiscal general y a la fiscal jefa de Madrid. Frente a estas periodistas, otros dos que podemos calificar de progresistas apelaban al sentido común y no comprendían como en vez de aplicar la presunción de inocencia, las otras dos periodistas argumentaban con la presunción de culpabilidad del fiscal en una instrucción en la que el juez podría estar actuando como juez de parte.

Baltasar Garzón ha indicado que la instrucción del juez Hurtado basada en indicios carece de consistencia y señaló que es posible que el juez apunte más adelante contra Pedro Sánchez. Esta instrucción se parece mucho por las formas a la de otros jueces contra el entorno familiar del presidente. Y claro, a la memoria vienen las frases del expresidente José María Aznar en noviembre de 2023: “El que pueda hacer, que haga; el que pueda aportar, que aporte”. Esto, dicho después de señalar a “Sánchez como un peligro para la democracia española”.

Más recientemente, en mayo de este año, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que no creo que compre el 7.291 para el sorteo de la próxima Navidad, dijo: “Aquí cada uno tiene que dar su mejor versión. Lo están haciendo muchos jueces, muchos fiscales, muchos periodistas, rectores, empresarios que están dejándose la piel, y dando su mejor versión”. Tirando de refranero: “quien siembra vientos, recoge tempestades”. Vemos que la polarización, el odio, la mentira y la manipulación política en algunos y algunas parecen contaminar a los estamentos periodísticos y judiciales, e incluso a algunos funcionarios de los cuerpos de seguridad del Estado, pues cuando conectas el ventilador del fango y las cloacas de unos y otros, el lodo aflora salpicando a la convivencia social.

Si la instrucción del juez Peinado contra Begoña Gómez, la esposa del presidente, parece un esperpento valleinclanesco por los palos de ciego que da el juez sin hallar causas probatorias de nada, la instrucción del juez Hurtado va por camino parecido. Quiere sentar en el banquillo al fiscal general, e incluso llegar hasta el presidente, obviando las declaraciones de varios periodistas que señalaron que los correos sobre Alberto González Amador, pareja de la presidenta Díaz Ayuso, defraudador confeso, que tratan de implicar al fiscal general, ya los tenían varios medios y bastantes personas, antes de difundirlos el fiscal, ante las mentiras publicadas y vertidas por parte de MAR, ya saben, “la mano que mueve la cuna” en la Puerta del sol.

Feijóo no tiene redaños, ni legitimidad, para presentar una moción de censura, porque salvo los suyos y los de Vox, la extraña y tóxica pareja, los demás representantes del pueblo en el Congreso les dan la espalda

Este es el panorama que hace desconfiar a los ciudadanos sobre la buena administración de la justicia en nuestro país. El juez Hurtado ha actuado en varias causas protegiendo o exculpando al PP y a sus dirigentes en casos como la Gürtel, o los famosos sobres que repartía Bárcenas a los dirigentes del PP. El catedrático de Derecho Constitucional Javier Pérez Royo señaló en un artículo en elDiario.es que el auto del juez Hurtado empieza con “a raíz de indicaciones recibidas de presidencia del Gobierno”. Por esto, señala Pérez Royo, podría recusarse al juez Hurtado por falta de imparcialidad y se podría “interponer una querella por prevaricación”.

El 8 de junio, el PP convocó en Madrid la manifestación Democracia o mafia (luego quitaron mafia, vaya que muchos pensaran: “la paja en el ojo ajeno y la viga en el propio”), a la que acudieron 50.000 personas. Allí se pidió la dimisión de Sánchez, lo cual no es novedoso, porque Feijóo y el aparato del PP no tienen otra forma de hacer oposición destructiva que pedir la dimisión del presidente. Feijóo dijo: “Señor Sánchez, ríndase a la democracia. Convoque elecciones ya”. Pero no tiene redaños, ni legitimidad, para presentar una moción de censura, porque salvo los suyos y los de Vox, la extraña y tóxica pareja, los demás representantes del pueblo en el Congreso les dan la espalda. Baltasar Gracián, nos dice en El arte de la prudencia: “Para el competidor es un infierno la gloria del otro. El clarín de la fama toca la inmortalidad de uno y publica la muerte para el otro, quien queda sentenciado a la horca de tan envidiosa ansiedad”.

Y en éstas estamos cuando la UCO presenta al juez una serie de audios que implican a Santos Cerdán, ex secretario de Organización del PSOE, con la gestión de pagos a Koldo y a Ábalos: “550.000 euros, y de ahí descontamos”. El presidente Sánchez, que se halla en la peor situación desde su llegada a la Secretaría General del PSOE y a la Moncloa, se ha retirado a meditar: ¿Qué hacer? ¿Hablar con los socios de gobierno y los demás partidos? ¿Moción de confianza? ¿Convocar elecciones? Continuará...

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