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La Macarena prevé culminar las obras del columbario donde quiere mover a Queipo de Llano “la última semana de marzo”

La hermandad de la Macarena, en el Casco Antiguo de Sevilla.

Daniel Cela

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La hermandad de La Macarena prevé culminar las obras del columbario donde tiene intención de trasladar los restos del general fascista Gonzalo Queipo de Llano “en la última semana de marzo”, confirman a este periódico fuentes de la corporación. El columbario, con capacidad para entre 1.700 y 4.000 restos mortales, será construido en el interior de la sacristía, bajo el camarín de la Virgen de la Esperanza, y no expuesto al público, cumpliendo así con lo dispuesto en el artículo 32.4 de la Ley de Memoria Histórica. Desde la hermandad advierten de que los trabajos “aún no se han iniciado, a falta de un permiso”, pero que “por tratarse de una obra menor, se baraja como posible fecha de terminación la semana del 22 de marzo”. La duración prevista de la obra es de “un mes aproximadamente”.

La Macarena ha emitido un comunicado “desmintiendo” algunos aspectos de la información que adelantó este periódico el viernes, donde se aseguraba que la hermandad negocia con la familia de Queipo de Llano la exhumación de su tumba, ubicada dentro de la basílica, para su posterior traslado al columbario después de Semana Santa [entre el 5 y el 12 de abril]. Esta información fue contrastada por fuentes oficiales de la corporación y de la Consejería de Cultura del Gobierno andaluz, responsable en materia de Memoria Histórica, que ha hecho labores de “intermediación” parra solucionar el conflicto. La hermandad “no quiere ni ha pedido una rectificación de la noticia publicada por este periódico”.

La congregación negocia “desde hace meses” con los herederos del general golpista para exhumar sus restos y trasladarlos al columbario, terminando así con la polémica que agita el debate político y en el seno de las asociaciones memorialistas. “De momento, no existe plan b a éste”, subrayan desde la hermandad. La junta de gobierno aprobó en julio de 2018 la construcción de un columbario para todos los hermanos que quisieran ser enterrados en ese espacio, y entonces, la hermandad ya planteó esta fórmula como posible salida al conflicto de la tumba de Queipo, que incumple el citado artículo de la Ley andaluza de Memoria Histórica: “Cuando los elementos contrarios a la Memoria Democrática estén colocados en edificios de carácter privado con proyección a un espacio o uso público, las personas propietarias de los mismos deberán retirarlos o eliminarlos”.

Pese a todo, la congregación ha querido enfriar las expectativas sobre la exhumación de Queipo porque, en última instancia, “dependerá de la autorización expresa de sus herederos”. La familia del militar es muy extensa, algunos se inclinan por zanjar la polémica aceptando un espacio para sus cenizas en el columbario, y otros son más reticentes. La Macarena ha manejado las conversaciones “privadas” con los familiares de Queipo de forma reservada y con la mayor cautela posible, para evitar que el conflicto se eternice y acabe en los tribunales, subrayan desde la corporación. El único interlocutor oficial es el hermano mayor, José Antonio Fernández Cabrero.

La hermandad quiere puntualizar que “en el último año no ha habido una negociación” en firme con los familiares, pero admite “contactos informales” y “visitas de cortesía de los herederos”. La familia de Queipo mantiene una “excelente relación” con la congregación, pero no ha abordado el asunto en cada “encuentro informal” porque “los descendientes no están 100% convencidos”. Fuentes de la hermandad explican que adelantar que la exhumación se prepara para después de Semana Santa es “demasiado concreto”, y reconocen el temor de que “cualquier información precipitada eche por tierra el diálogo que se mantiene con la familia de Queipo”.

En situación de “indefensión”

El asunto de la tumba de Queipo de Llano es un quebradero de cabeza para la hermandad, que asegura sentirse “en una situación de indefensión y con muy poco margen de maniobra para resolver por sí misma este problema”. El Obispado de Sevilla ha marcado distancias. La Consejería de Cultura trabaja en el desarrollo del reglamento sobre la retirada de simbología franquista, que emana de la Ley de Memoria, y que puede facilitar la exhumación del general golpista. Pero los próximos técnicos de la Administración “plantean dudas”, aseguran fuentes de la Consejería. Tras la exhumación de Franco del Valle de los Caídos, el pasado octubre, La Macarena solicitó otro informe a un reconocido despacho de abogados de Sevilla, que concluyó que “la hermandad no tenía capacidad de maniobra sin el beneplácito de la familia de Queipo”. “Se van a preservar los derechos y la voluntad de los familiares”, subrayan desde la corporación.

La hermandad ha vinculado la posible exhumación de la tumba del general golpista con la creación del columbario, pero el sí definitivo depende de la familia y la fecha concreta aún no está cerrada. Estaba previsto que fuera después de Semana Santa, pero la corporación puntualiza que “eso lo decidirá la familia” y que, en todo caso, “no es razonable pensar que el primero que será trasladado al columbario, tras la inauguración, sea Queipo de Llano”.

Papel “decisivo” de la Consejera de Cultura

La consejera de Cultura del Gobierno andaluz y responsable en materia de Memoria Histórica, Patricia del Pozo, ha jugado un papel “decisivo” de mediación con la hermandad de La Macarena para alcanzar “una solución que cumpliera con la legalidad vigente y fuera satisfactoria para la corporación y los descendientes de Queipo”. La consejera y su familia están muy vinculada a la congregación y al barrio, aunque Del Pozo no es hermana de la Macarena, como aseguró por error este periódico. Su padre pertenece a la histórica peña flamenca Torres Macarena, próxima a la basílica- y ese vínculo le ha servido para mediar personalmente con el hermano mayor. Del Pozo no ha llegado a tratar directamente con los familiares del militar, confirman fuentes de su departamento. Este periódico ha intentado sin éxito ponerse en contacto con los herederos de Queipo.

La hermandad de La Macarena, una de las corporaciones que procesionan en la Madrugada de la Semana Santa sevillana, ha venido dando pasos para alejarse de la controversia en torno a la tumba del general golpista. En 2009 eliminó todas las referencias militares y políticas a Queipo -la Virgen solía vestir su fajín militar- y la permanencia de su tumba se explicaba en calidad de “hermano mayor honorario” que contribuyó decisivamente a la construcción del templo. La Macarena tiene más de 13.600 hermanos.

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