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ENTREVISTA
Presidente de Cantabria

Miguel Ángel Revilla: “El gran soporte de la monarquía en España ahora mismo es el PSOE”

El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla (PRC).

Laro García

26 de diciembre de 2020 21:43 h

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Miguel Ángel Revilla (Polaciones, 1943) está muy acostumbrado a conceder entrevistas. Tanto que sus múltiples apariciones televisivas durante los últimos años lo han convertido en un personaje muy conocido para el gran público en todo el país y sus reflexiones sobre casi cualquier tema suelen generar titulares. Es consciente de ello, y quizás por eso comienza la charla metiendo prisa a su interlocutor y pidiendo al periodista que sea breve, aunque luego se tome con calma sus respuestas y dedique cerca de una hora a contestar todo tipo de preguntas. Se le ve más cómodo hablando sobre asuntos de índole nacional, desde la monarquía a la polarización política o el futuro del Gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos, que respondiendo sobre su propia gestión en un año marcado por la pandemia. Reconoce que “vivimos en una situación de desesperación, de abatimiento, de impotencia” a causa del virus que ha puesto patas arriba el mundo entero y fía la solución a la vacuna que se comienza a administrar en España este mismo domingo. A punto de cumplir 78 años este mes de enero, no pone fecha tampoco a su retirada de la política y solo concede que “tendría que haber una situación muy excepcional para que vuelva a presentarme”. Teniendo en cuenta el momento en el que estamos inmersos, esa respuesta deja más puertas abiertas que cerradas. “Como ya he dicho tantas veces que me voy… es normal que no me crean. Hay un vídeo por ahí circulando de hace casi 40 años diciendo que no me iba a volver a presentar… Fíjate”, bromea.

Desde un punto de vista político, ¿este ha sido su año más complicado?

¡Ni en sueños podía imaginarme una situación como esta! Es terrible, porque aunque tuvimos un respiro en julio y agosto, la sensación es de auténtica impotencia. Estoy acostumbrado a enfrentarme a situaciones reales, controlables. Es duro a veces tomar decisiones, pero siempre juegas con unas variables conocidas. Este es un problema invisible, imprevisible, anárquico. Todavía no sabemos casi nada y te afecta de manera absoluta. Por mucho que se tomen medidas, la gente siempre busca culpables y el culpable siempre es el Gobierno. Ahora todo gira en torno a la COVID. Sí tenemos dos cosas claras: cuando hay mucha movilidad y mucha reunión en espacios cerrados, la curva sube. Sabiendo eso, se pueden tomar decisiones más radicales… pero no podemos parar la economía. Si nos quedamos todos en casa llegamos a una situación peor: a la pandemia económica, al hambre. Ahora tenemos una ilusión que es la vacuna, que esperamos que sea eficaz. He escuchado a mucho experto decir hace tres o cuatro meses que solo había que ir a Alemania o a Portugal y copiar lo que estaban haciendo. Que vayan ahora. Fíjate en Estados Unidos, que es un país que lo tiene todo, que tiene riqueza y tecnología. O Suecia, que era el paradigma. Están en situaciones terribles. Vivimos en una situación de desesperación, de abatimiento, de impotencia. Cuando no puedes dar soluciones, porque no las tienes, solo puedes aplicar lo que recomiendan desde Sanidad. Solo se pueden poner parches aquí y allá. No hay más solución que esperar a que llegue la vacuna, nos inmunicemos y recuperemos una vida relativamente normal.

Sin embargo, siempre ha sido de los políticos más optimistas, dentro de lo que cabe… ¿Sigue creyendo que es posible una recuperación a corto plazo o las consecuencias de la pandemia se dejarán notar durante muchos años?

Yo era optimista cuando tenía razones para serlo. En el mes de abril, cuando estábamos todos en casa, yo vaticiné que para el verano podríamos salir a la calle con mascarilla y ciertas normas. Y luego, desde el principio he dicho que esperaba para final de año una vacuna. Hay muchísimo dinero en juego y muchísimo científico trabajando en ello. Cuando una enfermedad afecta a tantísimas personas, se encuentran soluciones. Y no una, han salido un montón de vacunas. Ahora mismo sí soy optimista, tiene que haber una solución. Si no, esto es una hecatombe mundial. Si en el mes de junio de 2021, como me dice el ministro, hay 22 millones de españoles vacunados, podremos empezar a hablar ya de una inmunidad colectiva. Estarán vacunadas las personas más vulnerables. Va a quedar la población joven, que a su vez es la que menor riesgo corre. Aunque sí contagian, ese es el gran problema.

¿Y eso será suficiente para recuperar una cierta normalidad?

El problema de España es que tenemos que recuperar un sector clave como es el turismo. Hemos montado un país que gira alrededor del turismo. Este año no se va a ingresar cerca de un 11% del PIB simplemente en eso, más allá de que hay otros sectores afectados. ¿Cuándo vamos a recuperar los 84 millones de personas que venían? El chollo de España es que nos vienen a traer 150.000 millones sin necesidad de exportar ni ir a llevar la mercancía. El valor añadido queda dentro del país. Eso va a depender de la vacuna. Si es eficaz como dicen y estamos vacunados 22 millones para el verano, la economía va a tirar. Pero, ¿quién lo asegura? Creo que habrá no una vacuna, sino varias que funcionen.

Hablando de la vacuna, entiendo que se la va a poner en cuanto sea posible.

¿Yo? Lo antes posible. Si por mí fuera, mañana. No lo puedes hacer porque a saber lo que tendría que escuchar… Oigo a gente que dice: “Que se lo pongan antes los políticos”. Para mí sería un honor y lo digo convencido. Como si tengo que ponerme la vacuna en un plató de televisión delante de toda España. Tenemos que vacunarnos. Ya sé que no va a ser obligatoria, pero tenemos que hacerlo por nuestro bien y en solidaridad con los demás.

¿A qué cree que se deben las dudas que parecen surgir en algunos sectores de la sociedad en torno a la vacuna? ¿Entiende esa postura?

Eso va a ir mitigándose. Ya está cambiando la tendencia. Tenemos que hacer mucha pedagogía con las vacunas. Una de las vacunas que se van a utilizar en España es la de Johnson & Johnson y se está testando aquí en el Hospital de Valdecilla. He estado con la investigadora que coordina todo, que es una eminencia, y me dice que ella se la pone en cuanto sea posible. ¿Qué consecuencias tiene? Como la de la gripe. Puedes tener un poco de fiebre, un poco de dolor de cabeza… Insignificante. Una cosa son los laboratorios y otra los organismos que validan la vacuna. En el momento que dan el OK, es que es segura y hay que ponérsela. No hay otra. Animo a todo el mundo a que se la ponga. Y me parece bien el sistema que se ha buscado, poniéndosela en primer lugar a los más vulnerables. A Cantabria nos van a mandar 60.000 dosis, que nos permiten vacunar a 30.000 personas de aquí a marzo. Y vamos a empezar con las 10.000 personas que hay entre usuarios y trabajadores de las residencias, otros 10.000 del personal del Servicio Cántabro de Salud. Esos van a ser los primeros. Y el resto, para las personas con enfermedades, los dependientes… Se dejará para el final a los más jóvenes. Yo entiendo que me toque para el mes de mayo o así, por mi edad. Iré sin ningún problema. No hay otra solución.

Y volviendo al ámbito político, la crisis sanitaria ha hecho saltar las costuras del Estado de las Autonomías. Para un regionalista, ¿la cogobernanza a la que tanto se alude está funcionando?

Yo creo que sí, perfectamente. Aquí en esta misma sala he tenido 14 reuniones durante 14 domingos seguidos. Luego hemos tenido otras dos conferencias de presidentes fuera de aquí. Desde el primer día, las protestas eran las mismas: acusaban al Gobierno de anular las competencias de las autonomías. Ese era el discurso del PP, y no digamos de los nacionalistas… Es verdad que, al principio, al centralizarlo todo en Madrid, hubo algunos conflictos. No había capacidad de respuesta y hubo problemas de abastecimiento: no había mascarillas, no había camas, no había geles… De eso ahora no se habla. Lo que se venía planteando es que no se podían anular nuestras competencias. Lo atribuían a una conspiración del PSOE con Podemos porque querían acaparar el poder. Yo creo que lo que se está haciendo ahora es lo correcto. ¿Quién conoce mejor un territorio? El presidente y su equipo. Bajo el paraguas del estado de alarma te conceden unas competencias con unas directrices. Podemos confinar el territorio, podemos confinar los municipios y tenemos un margen de unas horas arriba o abajo en el toque de queda. ¿Qué es lo que hemos hecho las comunidades autónomas en función de la situación sanitaria? Tomar decisiones. Hay algo que no se acaba de entender, y es que el cierre de los bares, de los restaurantes, de los gimnasios… no lo decide el presidente. Es Sanidad. Estamos en una pandemia. Hay una resolución sanitaria con un informe que indica qué se puede hacer. No sé si habrá algún irresponsable, pero yo siempre he tomado todas las decisiones en función de lo que me indican desde Sanidad. Hay unos parámetros que nos obligan a tomar decisiones de manera inmediata. Y creo que esto está funcionando. España, hoy, de todos los países de Europa, está entre los mejores con Irlanda. Se pueden hacer las cosas mejor, seguro, pero creo que este sistema es coherente con el estado descentralizado que tenemos. Cada territorio tiene unas características distintas. No puedes legislar igual para Canarias o para Baleares, con los índices que había, que para Asturias, Madrid o Cantabria. Estamos lidiando con ello de la mejor manera posible. Y hay criterios que sigue marcando el Gobierno de España, que es quien decide que llegan tantas vacunas y se reparten en función de la población para evitar más líos, por ejemplo.

Como decía, cuando durante el primer estado de alarma las competencias recaían en un mando único que dependía del Gobierno de España hubo muchas críticas, también en su caso, porque las normas no tenían en cuenta las diferentes características de los territorios. Sin embargo, ahora que en esta segunda ola esas mismas competencias están en manos de los presidentes autonómicos, algunos acusan al Ejecutivo de Pedro Sánchez de “dejarlos solos” ante el rebrote de la COVID.

Sí, sí, yo mismo lo llegué a decir. ¿Qué pintamos los presidentes autonómicos que no podemos permitir ni que un tío con una caña salga a pescar al lado de su casa sin ningún riesgo para su salud? ¿Qué pintamos si no podemos permitir siquiera que un señor salga a coger unas setas al monte?

Esto es terrible decirlo, pero creo que hay algunos que prefieren que esta situación no se solucione para cargar el muerto al Gobierno. No hay gestiones buenas o malas. Hacemos lo que podemos

Miguel Ángel Revilla Presidente de Cantabria

¿Y a qué atribuye ese cambio de criterio? ¿Es falta de liderazgo o simplemente buscar el enfrentamiento político también con la pandemia? ¿Nadie quiere ser responsable de dar las malas noticias en una situación como esta?

¡Política! No hay más. Buscar el enfrentamiento también por esto. Esto es terrible decirlo, pero creo que hay algunos que prefieren que esta situación no se solucione para cargar el muerto al Gobierno. No hay gestiones buenas o malas. Hacemos lo que podemos. Quienes estuvieron bien ahora están mal y al revés. El virus se transmite y no entiende de razas o de fronteras. Es una batalla política porque da muy buenos resultados para erosionar al que está gobernando. Está aguantando el señor Illa algunas cosas…

¿Qué opinión tiene de la gestión del ministro?

Primero hay que decir que es un hombre volcado en el tema, que dedica horas, que siempre te atiende, que coge el teléfono y siempre está dispuesto a colaborar… Vuelvo a decir que esto es muy difícil porque no sabes a qué te enfrentas. Hasta que te preparas para una emergencia de estas, hay que aguantar mucho. ¿Alguien puede presumir de gestión? Pongo otra vez el ejemplo de Suecia. Han tenido que pedir perdón. Hasta el rey ha salido. Optaron por la inmunidad colectiva y fue un error. Lo dijo también Boris Johnson en Reino Unido y tuvo que rectificar. Ahora están con unos índices terribles… No hay instrumentos, nadie se salva. Para la oposición es un momento ideal para que gobierne otro. Eso lo estamos viendo aquí, aunque en Cantabria yo no puedo quejarme.

Aquí el tono se está manteniendo bajo…

Sí, sí. Han sido bastante responsables. Yo hablo con la oposición, les consulto y les explico por qué tomamos las medidas. Son los expertos sanitarios los que tienen que marcar el camino. No podemos meter la cuchara los políticos. Cuando voy al médico, me mira, me da la receta y me tomo lo que me dice. Yo no entro en bronca con el médico, no se discute con los médicos. Ahora, igual. Te dicen que la curva te va a poner en siete días en una situación hospitalaria que va a impedir que se dediquen a hacer trasplantes, a tratar el cáncer o a cambiar caderas, que es lo que tienen que hacer. Con ese informe se toman las medidas. Así hemos mantenido las terrazas de los bares abiertas o hemos confinado los municipios. Funcionamos así. Vamos detrás del bicho porque no sabemos cómo se va a comportar.

Cantabria ha optado por las normas más laxas para la Navidad en lo que se refiere a la movilidad, el toque de queda o el número máximo de personas que se puedan reunir en las fiestas. ¿No hubiera sido más prudente ampliar las restricciones a pesar de que la situación sanitaria en estos momentos esté relativamente bajo control?

Yo tengo confianza en lo que me dicen. Hay que hacer un llamamiento para que se cumplan las normas. ¿Qué diferencia hay entre seis y diez personas en una cena? Son matices. A mí desde Sanidad me dicen que eso es lo correcto y así lo hacemos. También hay que esperar que haga mal tiempo para que la gente no se agrupe en las calles, que no haya masificaciones. El final de esto es la vacuna, no hay otra. Si no, nos vamos al garete. Y no España, todos.

Tenemos por delante ahora la aprobación de los proyectos presentados al Fondo Europeo de Recuperación, la mayor inyección económica directa que se recuerda. ¿Tiene esperanza en que sean la palanca para salir de la crisis económica derivada de la pandemia?

Sin duda, sin duda. No se puede mantener una economía con parches, con ERTE, con ayudas de un mes… Eso es pan para hoy y hambre para mañana. Lo que necesitamos es reactivar la economía, pero para eso hay que controlar al bicho. De lo que estoy seguro es que jamás se va a volver a confinar a la gente. Socialmente eso no se aguanta. Además, no se puede sostener económicamente.

Ha insistido mucho durante estos meses en la necesidad de compaginar las restricciones sanitarias con la posibilidad de mantener a flote la economía. Llegó incluso a dar por “chamuscado al bicho”. ¿Se arrepiente de esas palabras?

La ruina económica es peor que otra cosa. ¡Que en la escala de lo que mueve a la gente lo primero está el hambre! ¿Por qué la gente se arriesga a morir en el mar? Porque no tienen para comer. Cuando se llega ese extremo… La paralización total de la economía nos puede llevar a una situación insostenible. No se puede parar todo otra vez tres meses, es la ruina total. La vacuna, no hay otra.

A mí me preocupa el trío que se ha formado entre Podemos, Bildu y Esquerra, que es muy incómodo para el PSOE y para España

Estuvo hace unos días actuando de anfitrión con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. A pesar de que inicialmente no vio con buenos ojos a su Gobierno de coalición con Unidas Podemos, ¿cree que la aprobación de los Presupuestos lo consolida definitivamente y podrá agotar la legislatura?

Que aguanta no hay ninguna duda. Este no tira la toalla ni loco. Tiene defectos como todos, igual más que muchos, pero también una tenacidad que está fuera de toda duda. Ahora mismo que tiene aprobados los Presupuestos, no le mueve de ahí nadie. Por lo tanto, los demás partidos tienen que hacerse a la idea. Eso sí, yo creo que cuando falte un año para las elecciones no le importará gobernar solo si es preciso… La coalición puede estallar por dos razones. Frente a los que dicen que ha vendido a España, ni él ni ningún otro presidente del PSOE puede consentir ni una desviación de lo que contempla la Constitución. No sé lo que ha podido negociar con Esquerra, en esa mesa de diálogo que fue la que nos llevó a nosotros a votar que no en la investidura, pero lo que está claro es que no van a obtener nada relevante. No van a obtener concesiones. Hay un estado de derecho y ahí están los tribunales. Sus socios se van a ver defraudados si es que piensan que van a conseguir algo relevante. ERC o Bildu prefieren a este Gobierno que a una derecha ultramontana, pero cuando vean que Pedro no les va a dar nada de lo que aspiran, eso estalla. El independentismo va a volver a echar el órdago. Ahí está el estado de derecho y el propio Pedro. Él cree en la unidad de España como nadie y yo creo que no va a ceder. Por ahí va a venir la ruptura. Y por otro lado, cuando quede un año Podemos va a querer tener su espacio en la izquierda. Estas tensiones que vemos cada día van a ir a más. Si las encuestas siguen indicando que Podemos está siendo fagocitado poco a poco por el PSOE, van a ir haciendo reivindicaciones de más calado. A mí me preocupa el trío que se ha formado entre Podemos, Bildu y Esquerra, que es muy incómodo para el PSOE y para España. A mí ese trío no me gusta nada. Pero de momento, Pedro Sánchez puede estar relativamente tranquilo si llega la vacuna y consigue que la economía se recupere. Si no, habrá turbulencias pero de alto nivel.

¿Y un resultado en las elecciones catalanas que suponga una salida a los dos bloques que hay ahora y rompa con esta tendencia?

No lo veo, no. En Cataluña se va a confirmar lo que ya sabemos. Ni hay alternativa electoral en Cataluña ni la hay en España, más allá de un punto arriba o abajo. La derecha está creando un clima muy peligroso. Está calando ese discurso. Sin Presupuestos en España estaría en la ruina. Pues bien, por haber apoyado esas cuentas, lo que tengo que escuchar yo es tremendo… Que nos apoyamos en los votos ensangrentados por ETA. Eso me desespera, me pone de los nervios. Pienso que hay gente que añora a ETA porque daba muchos votos, pero ETA no existe. Más allá de que yo con Bildu ni a tomar un café, son un partido legal, que están ahí porque tienen los votos suficientes, les respalda la ley. ETA no existe y ese ha sido el mayor logro de la sociedad democrática. La derecha está a ese hueso y hay gente en la que cala. A mí me lo dicen…

¿Lo ve en la calle? ¿Le llegan esas críticas directamente?

Un momento, un momento, que vas a escucharlo tú mismo… [Llama a un miembro de su equipo de comunicación para que le traiga el móvil y ponga un mensaje en el que recibe insultos, le llaman independentista y finaliza con 'vivas' a Santiago Abascal y a Vox]. ¿Escuchas? Da igual que todo lo que diga sea mentira. Todo vale. La cosa está muy mal y existe un caldo de cultivo muy peligroso…

Y una situación como la que hemos conocido recientemente, con militares retirados llamando poco menos que a un golpe de Estado, ¿lo considera anecdótico o le preocupa?

Sí, sí, sí. Es un reflejo de lo que está pasando. Están exacerbando un odio terrible. Los discursos en los parlamentos van en esa línea. La gente lo escucha y hay un público. El problema para el PP es cómo se desliga de esto. Este mensaje es muy facilón y a un sector que lo puede estar pasando muy mal le llega con una facilidad enorme. A mí directamente no me dicen nada, aunque en las redes me metan caña. Pero el otro día fui con Salvador Illa al hospital y ha salido un señor vestido de verde, sería un celador, y me he tenido que enfrentar a él. “Hijo de puta, independentista, cabrón, catalán de mierda, me cago en tu puta madre, asesino”. Eso le dijo al ministro a grito pelado, con el uniforme de Valdecilla y ante el director del centro. Barbaridades. Una agresividad tremenda. Si se le ocurre comer aquí en Santander en una terraza, lo abrasan. Están metiendo cizaña y polarizando el tema porque saben que ante un cierto público les funciona.

A esa crisis sanitaria y económica, a esa crispación política, se suma ahora otra crisis latente en España en torno a la monarquía y al modelo de Estado. ¿Qué opina de las circunstancias que rodean el rey emérito?

¡Encima, efectivamente! Éramos pocos y parió la abuela… A mí me deja alucinado los argumentos exculpatorios hacia este señor. Vamos a ver, yo estoy indignado. Más allá de que intuimos que tiene una gran fortuna y que esto es solo la punta del iceberg. Si un tío le da a una señora 60 millones de euros, lógicamente, no tiene 100… Eso no lo hacen ni los padres con los hijos. Ya sabemos que era un defraudador a Hacienda y eso no admite una disculpa de nadie. Te voy a decir una cosa, en contra de lo que dicen, el gran soporte de la monarquía en España ahora mismo es el PSOE. Desde luego no son Vox y el PP los que protegen al rey.

¿No le parece que eso es un peligro para el rey, que precisamente PP y Vox monopolicen la bandera de la monarquía?

¡El peor favor que le pueden hacer, el peor! Sobre todo la ultraderecha, que en el resto de Europa no la quieren ni ver porque saben en qué derivan sus políticas. Ahí son muy beligerantes con estos extremismos. Yo estoy muy expectante. El rey tiene que decir algo de las dos cosas: del padre y de los militares. Tiene que recordar que todos somos iguales ante la ley y que el poder judicial tendrá que actuar en consecuencia, caiga quien caiga. Y decir algo a las Fuerzas Armadas, que él es el capitán general, el que tiene más galones. Por no hablar de esa carta de los militares, que ya debería haber tenido una respuesta contundente. Tiene que decir que el Ejército es un ejemplo de trabajo a favor de la democracia y de la voluntad popular y que no se van a tolerar desvíos. Algo, alguna cosa. Tiene que decir algo para cortar las alas a esos que se están organizando. De momento, no creo que vaya mucho más allá. [La entrevista se realiza horas antes del discurso de Nochebuena de Felipe VI].

La monarquía se sostiene en la herencia. ¿Se puede dejar fuera de todas estas polémicas sobre su padre a Felipe VI?

Le conozco menos que al padre, pero sí que he pasado tiempo con él. Creo que no se parece en nada al padre, afortunadamente. En nada. No le veo que pueda caer en la corrupción. Incluso su vida es muy diferente, más familiar. Es una persona preparada y tengo una buena impresión sobre él. Los que lo conocen más están muy contentos con este rey. No le apoya el PSOE de boquilla. Ojo, que el PSOE se está mojando mucho con este tema, impidiendo una comisión de investigación y tal. Frente a lo que diga la derecha de que lo tienen secuestrado, estoy seguro de que Felipe VI está encantado con el PSOE ahora mismo. El papel que está jugando el PSOE es definitivo en esta historia. Imagínate que estuvieran en la línea de los podemitas y de los independentistas… ¡Qué lío tendríamos! Este tema es mejor ni tocarlo. No sé si llegará un momento en el que tengamos que hablar de la monarquía, pero lo que nos faltaba ahora es unir a la pandemia, la crisis económica y el modelo de Estado. Apaga y vámonos. Me parece que la postura del PSOE es buena. La Constitución consagra la monarquía parlamentaria y no nos ha ido ni tan mal. Y que este rey no tiene nada que ver con el padre. Espero. Vamos a ver… ¡Que yo también defendía al emérito en su día!

La inviolabilidad del rey es una absoluta vergüenza. Es una barbaridad, es algo medieval. No tiene ninguna explicación

Para no repetir los mismos errores, ¿no sería mejor apostar por una mayor transparencia y que no dependa todo de la confianza en la figura del rey?

Yo creo que hay que quitar ese artículo de la Constitución. La inviolabilidad del rey es una absoluta vergüenza. Es una barbaridad, es algo medieval. No tiene ninguna explicación. Además, se puede acotar muy bien. Es inviolable en las cosas que firme como jefe de Estado. Firma cosas después de que ya estén avaladas por el Gobierno. Pero en el ámbito de su conducta privada, igual que todos. Lo otro hace un daño… Te quedas desmoralizado. ¿Cómo puede ser inviolable aquel que tiene que dar el mayor ejemplo por tener el cargo de mayor representación de un país? Tiene que ser mucho más ejemplar. El primer interesado en que quiten ese artículo, si no quiere ser un delincuente, es el propio rey. Igual que hemos quitado los aforamientos en Cantabria. Yo no quiero ningún privilegio. Y en las cuentas, tenemos que saberlo todo. No solo lo que cobran, sino lo que nos cuesta la monarquía. Que se sepa todo.

Volviendo a la política de Cantabria, ¿ya se han recompuesto las relaciones con sus socios del PSOE tras el no del PRC a la investidura de Pedro Sánchez que estuvo a punto de romper el Gobierno?

Sí, sí, sí. Además, hay buena comprensión. En el Parlamento, en los temas que no competen al Presupuesto o que no son directamente gestión del Gobierno, estamos votando con una libertad absoluta. Ellos tienen su posicionamiento, nosotros el nuestro, y nos respetamos. No en una cosa, en casi todos los plenos hay alguna votación en la que votan diferente y pierden. La relación es buena. Va bien. Y con el resto de grupos, de Vox no te cuento nada, pero Ciudadanos está en una postura muy sensata. Esta semana hemos aprobado los Presupuestos con el apoyo de un 70% de los diputados de la Cámara. No necesitábamos sus votos, pero yo he intentado por todos los medios que se cediera. Hay una estabilidad importante y agradezco a la oposición su apoyo en la gestión de la pandemia, donde han estado al lado del Gobierno.

Se habla mucho de una posible remodelación de su Gobierno. ¿Tiene en la cabeza introducir cambios en el Gabinete a corto plazo? El nombre que está en boca de todos es el de Francisco Javier López Marcano, que tras salir absuelto de todas las causas judiciales que tenía pendiente, podría volver a la primera línea. ¿Le gustaría recuperarlo para esta nueva etapa?

Vamos a salir antes de la pandemia. Yo quiero esperar un poquitín y luego puede haber algún movimiento, pero no ahora. No en las próximas fechas.

¿Descarta entonces que López Marcano, que es una persona de su máxima confianza, vuelva al Gobierno a corto plazo?

A corto plazo, sí. A corto plazo no tengo previsto hacer cambios.

Tendría que haber una situación muy excepcional para que yo vuelva a presentarme

Y para acabar, una pregunta que le vengo haciendo todos los años desde hace por lo menos una década… ¿Cómo va la sucesión de Miguel Ángel Revilla? ¿A punto de cumplir 78 años tiene fuerzas todavía para continuar?

No, no, no. Tendría que haber una situación muy excepcional para que yo vuelva a presentarme, pero como ya he dicho tantas veces que me voy… es normal que no me crean.

Por eso le pregunto…

Ya. Hay un vídeo por ahí circulando de hace casi 40 años diciendo que no me iba a volver a presentar… Fíjate. [Ríe]. Eso era verdad, ¿eh? Yo quería volver al banco, pero como me votaron… ¡Una putada que me hicieron! Yo no quería salir elegido.

¿Y el partido no debería empezar a pensar en el día después?

El partido está muy bien, está muy bien organizado y tiene a gente muy buena, muy buena. Yo casi ya no me ocupo del partido. Voy a las reuniones, les cuento una historia y me voy. El partido funciona. Tenemos alcaldes, concejales, diputados en Cantabria, en el Congreso… Hemos ganado hasta en Santander, algo impensable. ¿Quién lo iba a decir? Somos un partido serio y coherente. La gente sabe lo que va a decir el PRC en cada cosa. Hay temas intocables para el partido. Nada de extremismos. Somos progresistas, somos defensores de la unidad de España y no toleramos injusticias. No hubo discrepancias ni cuando votamos que no en la investidura. Y eso que con Sánchez yo creo que he vuelto a recuperar la relación. Hemos charlado y creo que está aclarado. A los discrepantes hay que tenerlos en cuenta, porque puedes coincidir más adelante. Le he recomendado que no tache ni ponga cruces a nadie. Hay gente en la política que tiene mucha tendencia a tomar represalias contra el rival. Ahora tenemos una buena relación de cara a lo que se va a repartir . Vino el secretario de Estado a avalar los tres proyectos gordos que queremos que financie Europa. Yo creo que eso es una cosa buena...

Es decir, que está con ganas de ver desarrollarse esos proyectos como presidente.

Sí, y con ganas de ver ya en un mes y medio la adjudicación de dos tramos del AVE.

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