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El arzobispo de Toledo pide a los niños “espabilarse” y ayudar con “ahorros y oraciones”

Braulio Rodríguez, arzobispo de Toledo

elDiarioclm.es

El arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez, ha lanzado un mensaje a los niños de la Diócesis para que se “espabilen” y que empiecen a “ser sensibles a las injusticias que sufren los niños en todo el mundo, a ayudarles con sus pequeños ahorros y con oraciones” y que se “esfuercen para que el mundo sea mejor”. En su escrito semanal se dirige a los chicos desde los 6 o 7 años hasta los 16 0 17, explicando que la Jornada de Infancia Misionera que se celebra este fin de semana en Toledo, además de buscar dinero para financiar proyectos con las aportaciones de los niños en los territorios de Misión, “quiere que los jóvenes se impliquen en la Misión de la Iglesia activamente, espabilándose y haciendo algo”.

“¿Cómo qué? Pues que en colegios -clase de Religión- y en catequesis aprendáis a seguir a Jesús, a acoger a todos los niños que os rodean, a ser sensibles a las injusticias que sufren los niños en todo el mundo, a ayudarles con vuestros pequeños ahorros, oraciones y esfuerzos para que el mundo sea mejor”, les ha aconsejado.

De igual modo, y tras recomendarles que participen en las actividades de la Diócesis de Toledo que hace la Delegación de Misiones, ha aludido a unas palabras del Papa Francisco el verano pasado en Cracovia en la JMJ 2016, donde dijo a los jóvenes que, en el mundo, existe una parálisis muy grave que nace cuando se confunde “felicidad” con un “sofá”.

“Un sofá que nos ayude a estar cómodos, tranquilos, bien seguros. Un sofá -como los que hay ahora, modernos, con masajes adormecedores incluidos-  que nos garantizan horas de tranquilidad para trasladarnos al mundo de los videojuegos y pasar horas frente al ordenador o al móvil. Un sofá que nos hace quedarnos cerrados en casa, sin fatigarnos ni preocuparnos. El sofá-felicidad es probablemente la parálisis más silenciosa que más nos puede perjudicar”, les ha advertido.

“No podéis ser unos chavales cristianos aburridos y egoístas, que todo lo tienen resuelto y que se aburren porque no tienen el último vídeo-juego, sin hacer ningún esfuerzo en catequesis para ver cómo viven otros niños que no conocen a Jesús o que no tienen qué llevarse a la boca”, les ha pedido.

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