Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
La izquierda busca reconstruirse ante el nuevo ciclo político
El PP de Ayuso bloquea la investigación de los negocios de su pareja
Opinión - 'Un español cuenta algo muy sorprendente', por Isaac Rosa

“Al PSOE, cuando conquista las instituciones, le tiemblan las piernas para hacer cambios estructurales”

Enrique Santiago, secretario general del PCE

Carmen Bachiller

El secretario general del Partido Comunista de España, Enrique Santiago (Madrid, 1964) ha pasado por Toledo dentro de la campaña nacional 'Vuelve el PCE' que lleva a cabo la formación. Una manera, dice, de “participar y organizar el conflicto social” sin distorsionar un proceso de convergencia de las 'izquierdas' en plena carrera hacia las Elecciones Autonómicas, Municipales y Europeas de 2019.

En su paso por la capital castellano-manchega ha dejado mensajes para IU, Podemos y el PSOE y califica las recién celebradas primarias del PP como un síntoma de “debilidad” de una derecha “cada vez más fragmentada”. Algo que, cree, la izquierda debe “aprovechar”.

¿Qué quiere decir que el PCE vuelve?

El Partido Comunista de España nunca ha desaparecido pero con esta campaña queremos dejar constancia de que renunció a realizar determinadas intervenciones políticas y ante la sociedad para centrarse en construir alternativas políticas y electorales de confluencia o de unidad popular.

La reflexión que hemos hecho es que no era necesario renunciar a la intervención directa en la sociedad para llevar adelante esa tarea. Debemos mantener la presencia en la calle, sobre todo en el conflicto social, organizándolo, porque hay una relación directa entre esto y el fortalecimiento de los procesos de convergencia.

Gracias a la organización de las personas que padecen privación de derechos es cómo es posible ampliar la base social de los procesos de confluencia.

Lleva tres meses al frente de la Secretaría General del PCE. ¿Qué se ha encontrado en su recorrido por España?

Me he encontrado un Partido Comunista de España contento con los resultados del Congreso, a la expectativa por ver cómo se van a concretar. Quizá desde mi punto de vista muy acostumbrado a actuar en función de los criterios aprobados por los órganos de dirección.

Nosotros estamos cambiando esa cultura y empoderando a la militancia, haciéndoles asumir que son personas con madurez política que les obliga a tomar decisiones por sí mismos para incrementar la eficacia del trabajo del partido. No pueden estar esperando a que las correspondientes direcciones les digan lo que tienen que hacer. Creo que es un mal de muchas organizaciones humanas: la falta de iniciativa y de creatividad.

Da la sensación de que las izquierdas en España, en el más amplio sentido de la palabra, tienen ahora una necesidad de emerger, de ocupar determinados espacios y protagonismos…

El problema de la izquierda en nuestro país ha sido esa capacidad de dividirnos para diferenciarnos que es precisamente lo que ha permitido que la derecha en España, en la medida en que se ha mantenido cohesionada, haya sido capaz de hegemonizar el poder político.

Eso afortunadamente está cambiando en un doble sentido. Por un lado tenemos una derecha cada vez más fragmentada y dividida, tras el espectáculo del Congreso del PP o la situación del  PdCat que es otra derecha de este país, la consolidación de Ciudadanos como fuerza neoliberal, e incluso el despunte de organizaciones de extrema derecha que no tenían viabilidad en la medida en que el PP hegemonizaba esas posiciones políticas.

Correlativamente, hay una profundización de los procesos de unidad política de confluencia de la izquierda alternativa, con capacidad de establecer alianzas en torno a programas de actuación concretos con una izquierda sociológica más extensa, como lo que ha venido ocurriendo en el Congreso de los Diputados en los dos primeros años de legislatura. Unidos Podemos, PSOE y fuerzas nacionalistas han sido capaces de ponerse de acuerdo.

La izquierda avanza en anteponer los intereses de nuestro pueblo a otros más individuales y partidarios. Y por el contrario asistimos a un proceso de fragmentación de la derecha que debemos aprovechar para alcanzar el Gobierno de las instituciones.

“En la derecha, el problema de la corrupción no tiene solución” 

El PP ha vivido un proceso inédito de primarias ¿Cómo lo ha visto?

Las primarias en el PP ha sido una necesidad ante la imposibilidad de alcanzar acuerdos internos. Lo que demuestran es la debilidad del PP en la que Unidos Podemos y la militancia del PCE ha tenido mucho que ver.

Ha sido fundamental poner de manifiesto ante todo el país la degradación del PP a consecuencia de sus prácticas ya sistemáticas de corrupción política y económica que  nosotras y nosotros hemos combatido desde el primer momento.

Recuerdo que cuando presentamos la querella por la ‘Caja B’ del PP y denunciamos que existía una organización criminal que es lo que dice el Código Penal, el PP reaccionó querellándose por calumnias. Hoy los tribunales han dicho que existía una organización criminal.

Y sin embargo, Cospedal dijo durante el Congreso del PP estar “harta” de hablar de corrupción

Lo que la ciudadanía tiene que entender es que para la derecha es imposible apartarse de las prácticas de corrupción porque son parte de su filosofía política. Es un elemento estructural del neoliberalismo. Así de claro. No significa otra cosa que desregular el contrato social, hacer que desaparezca y que impere la ley del más fuerte.

Y en esa filosofía, apropiarse del patrimonio público no sólo se ve con normalidad sino que es algo que se ensalza porque es propio de triunfadores, según su mentalidad. El problema de la corrupción, en especial en la derecha confesa neoliberal, no tiene solución.

¿Qué le pareció el discurso de despedida de Mariano Rajoy?

Bueno, muy ‘marianista’ y sin entrar en ningún tipo de autocrítica. Quizá lo más sorprendente fue que no hiciera ni una mención a esa corrupción generalizada de su partido. También hubo falta de pronunciamiento sobre los grandes problemas del país.

Que Rajoy pretenda  hacer creer a este país que la actuación del PP ha sido brillante porque, según él, han descendido los índices de desempleo, no deja de ser preocupante, porque en ahora en España tener un puesto de trabajo no significa vivir en condiciones de dignidad.

La degradación absoluta de las relaciones laborales hace que haya millones de familias trabajadoras en este país que viven en la pobreza y no llegan a fin de mes, pero aparecen como empleados, como población activa. Ese es el problema.

El papel de los trabajadores en el proceso productivo lleva a unas situaciones en las que tener un puesto de trabajo prácticamente puede ser considerado como una situación estructural de privación de derechos. Asistimos a huelgas que así lo ponen de manifiesto, como las de Amazon o Ryan Air. La situación es incompatible con el modelo de sociedad del bienestar que figura en la Constitución Española.

Y cuando Cospedal dice que los socialistas intentan resucitar a Franco, ¿usted qué piensa?

Bueno, es una desfachatez absoluta y una falta de respeto por las víctimas, pero lo que más me indigna es cómo el PP establece distintas categorías de víctimas en este país. Defienden a un colectivo que lo son, pero muy minoritario desde mi punto de vista y no tienen ningún tipo de autoridad ética para arrogarse la defensa de las víctimas  cuando intentan ocultar que este  país ocupa, en el ranking internacional, puestos vergonzosos de impunidad. En el Consejo de Europa y otros foros se recuerda constantemente que España es el segundo país del mundo en desaparecidos y con escasa reparación.

El PP no ha aprendido que la única forma de reparar a las víctimas es acometer un proceso de reconocimiento de la verdad y de responsabilidades. Mientras tanto, el problema permanecerá latente y afectando de forma transversal en la sociedad española.

Que un partido que se considera defensor de la cultura cristina occidental no reconozca el mínimo derecho a enterar dignamente a los deudos conforme a las creencias religiosas que cada uno tiene, pone de manifiesto una falta de humanidad apabullante.

“Al PSOE, cuando conquista las instituciones, le tiemblan las piernas para hacer cambios ”

¿Qué le parece Pedro Sánchez como presidente en estas primeras semanas de Gobierno? ¿Y el papel que juegan Pablo Iglesias y Alberto Garzón?

Mire, Pedro Sánchez ya debería haber hecho algo más que traer dos barcos con refugiados (que está muy bien aunque no se llegue al cupo de los 20.000 que tiene España acordados) o centrarse en el Estatuto de RTVE. Hay un acuerdo de Gobierno implícito en torno a lo que se aprobó durante el tiempo que el PSOE estuvo en la oposición en esta legislatura. Todas las leyes  que se avanzaron y que no pudieron ser aprobadas por el filibusterismo político de la Mesa del Congreso controlada por Ciudadanos y el PP, son la esencia de lo que ahora el PCE le exige a Pedro Sánchez.

No es coherente que lo que defendía en la oposición, ahora vea problemas para llevarlo a la práctica. Tampoco aspiramos a ir más allá. Tenemos uno o dos años y día a día hay que tener la suficiente agilidad para llevar al BOE, si hace falta vía decreto, lo que se consensuó. En eso descansa la confianza que Unidos Podemos le ha dado al Gobierno de Pedro Sánchez.

La visión que tenemos IU y Podemos es distinta. En IU tenemos una trayectoria de relaciones históricas con el PSOE y sabemos de esa inercia imparable que tiene: en el momento en el que conquista las instituciones, le tiemblan las piernas ante la necesidad de hacer cambios estructurales y profundos. Ese vértigo que le da a enfrentarse a los poderes reales del sistema capitalista. Creemos que en eso Podemos tiene un cierto punto de inocencia. Ojalá sea eficaz  el método de relación que ha establecido con el PSOE porque nuestra experiencia histórica es que no es así.

El Gobierno PSOE-Podemos en Castilla-La Mancha y la financiación autonómica

Al nuevo Gobierno de Pedro Sánchez, Castilla-La Mancha le reclama armonización fiscal entre comunidades autónomas a la hora de hablar de financiación. ¿Cómo debería ser el nuevo sistema?

El problema no es que haya armonización fiscal sino sistemas fiscales que descansen en modelos de recaudación basados en las rentas del capital y no del trabajo, fundamentalmente en las especulativas.

Al final la realidad es que en todas las comunidades autónomas ha ido desapareciendo o bajando la presión fiscal sobre las rentas del capital e incrementándose los porcentajes de recaudación basándose en las rentas del trabajo. Si se armonizan los sistemas de recaudación fiscal sobre esta idea, el problema es el mismo.

Lo que tiene que haber es sistemas progresivos. Que aquellos que más ingresan, sean los que más contribuyan. No proporcional sino progresivamente. Nosotros defendemos la ortodoxia fiscal del Estado del Bienestar.

El sistema de financiación autonómica debe responder a factores lo más objetivos posibles: renta y la aportación de las personas al PIB o dispersión geográfica y la dificultad en las comunicaciones que encarecen los servicios públicos.

¿Cómo se valora, desde la distancia, el Gobierno PSOE-Podemos en Castilla-la Mancha?

Mientras que se Gobierno lleve adelante políticas de progreso, obviamente saludamos lo que signifique avances sociales y garantías de derechos. Desgraciadamente en demasiadas ocasiones los resultados no son tan satisfactorios o garantistas con los derechos fundamentales, con lo cual la posición de nuestro partido en Castilla-La Mancha no es tanto valorar la adecuación del Gobierno sino de las medidas que va tomando y pronunciarnos, una a una.

IU y Podemos, también otros partidos, están hablando para la confluencia de cara a las Elecciones Autonómicas y Municipales. ¿Cómo cree el PCE que debe ser esa confluencia en esta región?

En cada territorio deben hacerse muy ajustados a su realidad. Dentro  de Castilla-La Mancha tiene que haber un proceso para las instituciones de la Comunidad Autónoma pero puede haber una diversidad inmensa de procesos, por ejemplo para las instituciones locales.

Somos partidarios de unir al máximo las expresiones políticas y sociales que aspiran a un cambio profundo. ¿Qué significa? Que igual que tenemos una vocación inclaudicable de alcanzar acuerdos con Podemos también tenemos un claro compromiso de no dejar a nadie al margen de esos procesos. Es decir, no mantener posiciones excluyentes.

Vamos a trabajar para que no se pierda nada de lo que se creó en el anterior proceso de Elecciones Locales, en torno a iniciativas como por ejemplo Ganemos o similares. Para nosotros la confluencia no es un proceso de alianza formal de dos o tres fuerzas políticas sino de encuentro, también con movimientos sociales.

Tanto el PCE como IU tenemos una ventaja y es la estructura territorial mucho más extendida que Podemos. Creemos que podemos hacer un gran papel aprovechando ese factor de cemento, de unión y cohesión entre diversas iniciativas que no deben ser apartadas porque IU y Podemos tengan un acuerdo marco.

En el ámbito autonómico, en Castilla-La Mancha en cualquier caso habrá que resolver quien encabeza la candidatura a la Presidencia de la Junta al menos jugando con posibles nombres como José García Molina (Podemos) y Juan Ramón Crespo (IU)

Lo que vamos a defender son procesos de primarias, de participación de las bases. Lo que está haciendo por ejemplo Adelante Andalucía. Se ha acordado un determinado modelo de confluencia, con ánimo de superar los distintos sujetos políticos…

Pero un sistema muy distinto al de Castilla-La Mancha...

Sí, es distinto. Ahora se entra en fase de primarias. ¿Qué es posible llegar a un acuerdo? Perfecto. ¿Qué no? Para nosotros no será obstáculo para la convergencia ni en Castilla-La Mancha ni en ningún lugar del país, la discusión o pelea por quién será el candidato o candidata.

Lo fundamental es anteponer la necesidad de confluencia, construir alternativas en las que la ciudadanía se vea reflejada y si es obstáculo para eso quién sea el cabeza de lista, no les quepa duda que la posición del Partido Comunista de España será evitar cualquier conflicto en torno a eso y buscar la persona más idónea, que no es la que representa a una fuerza política sino la que de forma consensuada se entienda que puede recoger más confianza de los ciudadanos.

Pero en IU Castilla-La Mancha ha habido voces discrepando incluso de la confluencia y si el candidato no termina siendo del de IU ¿Cree que se podrían ahondar más las diferencias?

No, no creo. Le tengo aprecio especial a Juan Ramón, gran abogado, militante del Partido Comunista de España…Haría un papel excelente como candidato a la Junta o a formar parte de un Consejo de Ministros. Es una persona excepcional, con una grandísima preparación y  una calidad humana fuera de serie, pero francamente, la política de convergencia en el PCE por no hablar de IU ha sido refrendada en una noventa y tantos por ciento en nuestro recientísimo Congreso.

Afortunadamente somos una organización plural donde cada uno expresa sus puntos de vista, puede haber militantes que expresen más o menos sintonía, pero eso no va a ser un problema. Hay absoluta claridad sobre la estrategia a seguir.

O sea, lo que me dice es que no es tan importante que Juan Ramón Crespo sea o no el candidato de Unidas Podemos- IU- Equo…

Obviamente no es lo más importante. La convergencia no se construye sobre quién encabeza la expresión formal de ese proyecto que al final es lo que significa encabezarla.

“No nos da miedo que haya desavenencias en el seno de Podemos”

¿Y cree que puede ser un problema la división interna de Podemos en Castilla-La Mancha que representan José García Molina y David Llorente?

Esa realidad existe no solo en Castilla-La Mancha…

Se lo digo porque se ha anunciado incluso una candidatura alternativa por parte de Anticapitalistas, la corriente en la que se sitúa David Llorente

Formalmente los procesos de convergencia competen a IU y a Podemos, no al PCE. Nosotros  nos hemos trazado la meta de resolver, precisamente,  esos conflictos que haya entre Podemos e IU. Y creemos estar en condiciones por nuestro prestigio basado en la participación, a lo largo de nuestra historia, en innumerables procesos de construcción de unidad popular. Desde 1920 hasta la actualidad. Queremos ejercer de ‘primus inter pares’ y ser capaces de resolver desencuentros y establecer marcos de consenso en torno a programas o propuestas.

No nos da miedo que haya desavenencias en el seno de Podemos o distintos criterios en los equipos de trabajo de IU y Podemos. En todas las comunidades autónomas el PCE está teniendo una relación normalizada y privilegiada con todos los sectores que componen Podemos, con todos. Eso da consistencia a los procesos de unidad.

¿Confía en que los ciudadanos entiendan el proceso de confluencias y sepan a quién y qué están votando?

El PCE no va a generar ninguna confusión en torno a las papeletas en las urnas. Los procesos de confluencia pretenden recoger la pluralidad de la izquierda política.

Pero es algo novedoso en una España acostumbrada a votar a partidos y siglas muy definidas…

Sí, pero todo lo que significó la explosión del 15-M, significó también una pluralidad de expresiones. Las jóvenes generaciones de nuestro país están acostumbradas a que haya una gran diversidad de actores sociales, que trabajan sectorialmente, en distintos frentes y  ponderan y valoran que haya colectivos capaz de unir a esa diversidad en torno a propuestas.

Si alguien lo pretende plantear en esos términos, es un conflicto artificial. La cantidad deviene en calidad: regla de la dialéctica.

stats