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“Nos preocupa Cuenca”: la AEMET advierte del “efecto desigual” del deshielo por las lluvias, el viento y temperaturas más altas en Castilla-La Mancha

Embalse de La Toba, en Cuenca, helado tras el paso de la borrasca Filomena y la posterior ola de frío

Carmen Bachiller

18 de enero de 2021 18:41 h

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Tras las intensas nevadas convertidas ahora en hielo en buena parte de la geografía castellanomanchega, esta semana el panorama va a cambiar debido, sobre todo, al aumento de las temperaturas combinado con un episodio de lluvias y de fuertes vientos en algunas zonas.

Eso provocará un “efecto desigual” del deshielo según las zonas de la región, explica Paloma Castro, delegada territorial de la AEMET en Castilla-La Mancha. “Los peores efectos los esperamos primero en Cuenca y después en Toledo, Guadalajara, Albacete y finalmente en Molina de Aragón”, las zonas con mayor acumulación de nieve-hielo.

El episodio de lluvias, que pondrá fin a la ola de frío, se espera para el miércoles 20 de enero y aunque las precipitaciones más intensas se prevén en el norte y noroeste del país, “también nos van a llegar a Castilla-La Mancha”. Llegarán al mediodía a Toledo y a Ciudad Real con acumulaciones en torno a los 10 o 15 litros por metro cuadrado. A eso se sumará ese día un aviso amarillo por rachas de viento del suroeste que será fuerte en las Sierras de Alcaraz y Segura, en Albacete, a partir de las 18 horas y hasta que concluya el día.

“Estos vientos nos van a traer humedad y como se sitúan sobre un suelo que todavía tiene nieve, se producirá el deshielo” debido a que se ha mantenido la presencia de nieve y hielo, hasta diez días después de la gran nevada provocada por la borrasca Filomena. De hecho, para este martes se mantienen los avisos amarillos por bajas temperaturas en las Parameras de Molinas de Aragón (Guadalajara) y en el Valle del Tajo, en Toledo con ocho grados bajo cero o más. Esos avisos se extienden a La Mancha toledana con seis bajo cero y las sierras de Guadalajara y Cuenca o la Alcarria de Cuenca con valores similares.

“Las heladas fuertes van a continuar antes de que lleguen las lluvias y en ese ambiente tan gélido su aparición no traerá el deshielo. Eso se producirá cuando suban las temperaturas”.

“Preocupa Cuenca, el lugar que antes se va a calentar”

La subida de las temperaturas ha comenzado ya a percibirse en provincias como Cuenca, con mínimas de cero grados. “Es importante porque ese deshielo procedente de la Serranía conquense puede afectar, por ejemplo, a la línea de AVE. Preocupa Cuenca porque es de los sitios que antes se va a calentar. De hecho este mismo martes pueden alcanzarse los 13 grados o más de máxima, a lo que se suma el sol”.

En Albacete, explica, esa situación “no preocupa tanto porque va a mantener temperaturas de dos bajo cero el miércoles. Será el jueves cuando suban las temperaturas y es entonces cuando habrá que preocuparse por el deshielo, en particular en las sierras de Alcaraz y el Segura”.

En la provincia de Toledo, la subida de temperaturas se notará el miércoles, cuando la mínima -que ha estado en los últimos días entre 10 y 12 bajo cero- se sitúe en los cero grados.

En cuanto a Guadalajara, la delegada de la AEMET en Castilla-La Mancha habla de “dos filosofías”. Por un lado, en la comarca de Molina de Aragón, al este de la provincia, las temperaturas bajo cero se mantendrán al menos hasta el sábado o el domingo. Por otro, en la capital las temperaturas sobre cero llegarán el jueves 21 de enero. “Pueden llegar a tres grados”.

La cara y la cruz del deshielo

Paloma Castro destaca ciertos efectos positivos del deshielo, en particular en la provincia de Ciudad Real “con menos capa de nieve” y en concreto en la acumulación de agua en los Ojos del Guadiana “de manera notable, si le llega el deshielo de las montañas al norte de Anchuras. Es buena noticia”.

También se refiere al hecho de que el agua del deshielo “puede servir para llenar los embalses de Entrepeñas y Buendía”, entre Cuenca y Guadalajara. De hecho la propia Confederación Hidrográfica del Tajo valoraba ya hace una semana de forma positiva la “histórica” acumulación de nieve en la cuenca que se sumará a los caudales del río, especialmente en su cabecera.

Y sin embargo, las autoridades y los expertos coinciden en alertar de las cuestiones que pueden resultar negativas y terminar produciendo inundaciones o el desbordamiento de cauces.

Esta mañana el Gobierno de Castilla-La Mancha, a través del Servicio de Atención y Coordinación de Urgencias y Emergencias 112, ha realizado esta mañana un envío masivo de mensajes a los ayuntamientos, entidades y organismos oficiales de la Comunidad Autónoma ante las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología, que prevén en los próximos días lluvias abundantes, subida de las temperaturas y fuertes vientos, “lo que podría acelerar el deshielo de la nieve acumulada en aquellas zonas afectadas por la borrasca Filomena”.

Paloma Castro advierte: “Hay que procurar hacer lo que nos dice Protección Civil y prestar atención a las salidas de agua en tejados, y tener despejado el suelo, como las alcantarillas porque en el momento en el que venga el agua, si hay tapones de hielo, se pueden producir inundaciones en las calles y en las casas”.

“La situación es insólita”

¿Es normal encadenar así los episodios meteorológicos?, preguntamos. “Normalmente tenemos nevadas importantes en enero pero lo que suele ocurrir primero es la ola de frío y luego la nieve. Y nos viene del norte, pero esta vez ha sido del sur”. Eso, explica Castro, la cambiado las cosas y por eso ha afectado más, y antes, a provincias como Toledo o Albacete.

“Al venir la ola de frío después se ha impedido la fusión rápida y hemos tenido muchos tipos de nieve: primero virgen, luego granulada y luego cencellada en los árboles, tenemos nieve sobre placa de hielo...O sea la situación es insólita. No, no es lo normal”.

En su opinión, el evento meteorológico que ha sido calificado de “histórico” hubiera sido “más benévolo de llegar antes la ola de frío que la nieve” y si además en vez de llegar desde el sur lo hubiera hecho desde el este como ocurrió en el año 2017.

“Tuvimos un año seco pero hubo un enero movidito con una semana de frío ártico con entrada del este. Como en aquella ocasión, esta vez lo habíamos avisado pero se ha producido todo al revés y además que en enero venga una subida de temperaturas...Así que, todo es raro”.

Este invierno, concluye, y a pesar de su 'corta edad' está siendo “atípico”, con un mes de enero más húmedo y frío de lo habitual.

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