Los vecinos de Villarrobledo vuelven a la calle para pedir el traslado de la alcoholera
Los vecinos de la localidad albaceteña de Villarrobledo están llamados a concentrarse este próximo domingo, 17 de diciembre, para pedir el traslado de la alcoholera que se ubica en el barrio de San Antón, dentro del núcleo urbano de la ciudad. Los vecinos de este barrio, al más grande de Villarrobledo, exigen el cambio de ubicación de dicha empresa lo antes posible para evitar seguir padeciendo, dicen, las consecuencias del funcionamiento de la alcoholera. Quieren poder abrir las ventanas y respirar aire limpio.
Denuncian una constante “lluvia de ceniza” en el municipio que afecta al entorno más cercano a la empresa: el barrio de San Antón donde se ubican, además, los tres institutos de la ciudad, además de colegios y guarderías y hasta un Centro de Salud. Ahora y después de que el pasado mes de febrero el Pleno municipal aprobara, por unanimidad, con los votos a favor de PSOE, PP, Se Puede Villarrobledo, IU y el concejal no adscrito, poner un plazo de 18 meses para que la empresa alcoholera ‘Viuda de Joaquín Ortega’ traslade sus instalaciones desde el barrio de San Antón a la carretera de Barrax, donde posee también parte de sus dependencias, vuelven a la calle ya que el proceso están en manos de la justicia y temen que vaya a demorarse.
“La gente entiende que los trámites judiciales son una excusa de la alcoholera para demorar los plazos”, explica Mario de la Ossa, concejal de Se Puede Villarrobledo que asegura que son los vecinos los que han decidido movilizarse y desde su partido político, Podemos Villarrobledo, se les apoya.
Hay que recordar que Se Puede Villarrobledo inició semanas antes, en el mes de enero, una campaña en redes sociales para denunciar los problemas derivados de la presencia de la factoría en plena ciudad. #LlueveCenizaEnVillarrobledo fue el mensaje utilizado por Podemos Villarrobledo para visibilizar la preocupación ciudadana ante un problema que se prolonga desde el año 2004. Ahora y con la situación en los juzgados, paralizada de facto, y sin previsión de que la empresa traslade su ubicación han decidido salir, otra vez, a la calle.
Los vecinos “vivimos con desesperación”
El día a día de los vecinos que comparten barrio con la alcoholera es “negro”. Negro porque todo se tiñe de este color por la ceniza que cae durante los procesos de combustión en esta fábrica para quemar el alcohol. Lo cuenta Eusebio Fernández, vecino del barrio, que asegura que les preocupa la proximidad de estra empresa con los centros educativos que hay, también, en la zona. “Cuando ves a los niños jugando en el recreo entre la nube que sale de la chimenea me pregunto: ¿dónde estamos mandando a nuestros hijos?”.
A esta preocupación se le suma que padece una insuficiencia respiratoria que, según cuenta, le hace más difícil convivir con la alcoholera. La de Eusebio es sólo una historia, pero hay más de 6.000 como la suya ( es la población que se estima que tiene el barrio). El resto habla de que, una vez que arrancan las chimeneas, “las calles, los coches, incluso las casas, se cubren de ceniza. No podemos tender ropa fuera. Esto es un sin vivir”, dice el presidente del colectivo vecinal, José Ángel Martínez.
13 años de espera
Hace 13 años, otro acuerdo del Pleno municipal ya instaba a la empresa a trasladarse fuera del casco urbano. Nunca se ha cumplido. La empresa ya fue sancionada en el año 2006 por la Junta de Castilla-La Mancha con una multa de más de 340.000 euros tras imputarle infracciones por “abandono, vertido o eliminación incontrolados de residuos peligrosos” y “falta de etiquetado incorrecto o parcial de los envases que contengan residuos peligrosos”, entre otros. Años después, entre 2009 y 2013, no ejecutó o bien rechazó hasta tres subvenciones para facilitar su traslado que estaban dotadas con casi cuatro millones de euros.