La gestión directa del Aeropuerto de Castellón será 1,2 millones de euros al año más barata que con la privatización que impulsó el PP
Desde el 1 de noviembre la gestión del Aeropuerto de Castellón, el aeródromo de la Generalitat que estuvo años construido y sin servicio, es directa. Tras cinco años en manos de una concesionaria para su puesta en marcha y sin cumplir las expectativas, la empresa pública Aerocas ya trabaja en la búsqueda de vuelos y turoperadores que elijan esta base para dejar los visitantes que quieran disfrutar del sol y playa de Oropesa, Peñíscola o Torreblanca o del interior de Vilafranca y Morella.
Como en tantos argumentarios preparados para privatizaciones impulsadas por el PP, la asunción por parte de una concesionaria de la gestión de un servicio público como el aeropuerto no iba a costar dinero al contribuyente e iba a disparar los vuelos de manera exponencial. Tras poco más de cinco años, primero Lavalin y posteriormente Edeis -del mismo grupo-, han desistido se seguir con el proyecto tras embolsarse 21 millones de euros firmados por contrato.
Para poder recuperar el servicio y no volver a recurrir a una concesionaria la gestión, la empresa pública encargó dos informes externos, uno a la consultora aérea Airia y otro a la auditora Auditalis, según revela la Sindicatura de Comptes en su informe de fiscalización de las cuentas del aeropuerto en 2018. “En el expediente consta un informe emitido el 16 de mayo de 2018 por los asesores jurídicos privados que justifican el interés público en el ahorro económico de la gestión directa, que cuantifican en 1.190.000 euros, aunque no detallan el método de cálculo”, revela la institución fiscalizadora.
Además, añade el informe de la Sindicatura de Comptes, “existe un informe de viabilidad que data del 5 de octubre de 2018, en el que se concluye que resulta menos onerosa la opción de la gestión directa en cuantificarse un flujo diferencial de caja positivo de 1.189.058 euros para el periodo 2018-2024”.
En este sentido, la Sindicatura sí que hace una crítica a la recuperación de la gestión pública por parte de Aerocas porque considera que en la memoria de 2018 “no consta ningún documento donde los órganos de administración y gestión de Aerocas hayan aprobado y asumido las conclusiones de estos informes”. Y también dudan por la importante disparidad en el ahorro estimado por los dos estudios, a los que hay que añadir la incertidumbre que suscita sobre estos cálculos la realidad cambiante del transporte aéreo“.
Historia de una concesión
La empresa Lavalin, propiedad de la multinacional canadiense Edeis, se hizo en 2014 con la gestión del aeropuerto y ayudó a que aterrizaran aviones en la base castellonense. El contrato contemplaba que si no se llegaba a un mínimo de pasajeros la administración lo cubriría con 24 millones de euros. El acuerdo era para 20 años, pero la empresa percibía el montante indemnizatorio en los ocho primeros y se daba a la multinacional la posibilidad de salirse del compromiso unilateralmente.
Y así ha sido. Cuando no ha finalizado el sexto año y tras anunciarlo el pasado año, Lavalin se ha marchado con unos ingresos públicos de más de 21 millones de euros. Sin haber ganado dinero, pero sin prácticamente haber perdido. Y las cuentas de la empresa de 2018 son un ejemplo. La sociedad explotadora ingresó el pasado año 4,7 millones, de los que 3.885.180 euros fueron transferencias públicas por contrato y solo 758.800 euros por “servicios de vuelo” y otros 50.000 por servicios de alquiler.
En 2017, los números fueron similares, 4,4 millones de ingresos, de los que 3,5 pertenecieron a pagos públicos de compensación y 763.291 euros “servicios de vuelo”. Los alquileres ese año superaron los 100.000 euros. En 2016 los pagos de la administración fueron de 4,3 millones, en 2015 4,5 y en 2014, cuando se firmó el contrato 2,2 millones. El 2019 el pago será unos 2,2 millones.
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