Los guardianes de la posidonia controlan a 200 embarcaciones al día para evitar daños en la costa valenciana
La Comunitat Valenciana cuenta por primera vez con un equipo de vigilancia para evitar daños en los bosques de posidonia cuando las diferentes embarcaciones fondean en la costa. Se trata de ocho embarcaciones, seis itinerantes y dos con sede fija en València y Dénia, y de 18 personas, que integran esta red de proximidad que apoya, desde el mar, el cumplimiento y difusión del decreto de protección y recuperación de estos bosques marinos en todo el arco valenciano, un servicio que arrancó a principios de junio.
Según la Conselleria de Transición Ecológica que dirige Mireia Mollà, desde entonces hasta el pasado 23 de agosto, el Servicio de Vigilancia Marina ha controlado a un total de 17.479, prácticamente 200 al día. La mayoría de las actuaciones se han realizado en Calp (3.884), El Campello (3.041) y València (2.974). Le siguen Xàbia (2.339), Torrevieja (2.156), Dénia (2.145) y Alcossebre (940).
La respuesta es positiva en la práctica totalidad de los casos, no obstante un caso puntual en Torrevieja obligó a los guardianes de la posidonia a comunicar la situación a la Guardia Civil y al servicio de guardacostas, con quienes se coordinan las actuaciones del equipo: “Un velero estaba fondeado sobre una pradera y se le pidió que se cambiara de ubicación. El propietario se negó, incluso con insultos hacia el equipo, por lo que se solicitó la presencia de la Guardia Civil que se hizo cargo del caso y del expediente sancionador”.
Las embarcaciones motoras centran las actuaciones de control y vigilancia de los equipos muy por encima de otras tipologías como los veleros, las motos de agua o los kayaks. Los equipos reconocen que en materia de motos acuáticas la información se centra en la información de la velocidad máxima en espacios marinos protegidos (6 nudos).
El Servicio de Vigilancia Marina tiene entre sus cometidos informar a las embarcaciones sobre la normativa, derivada del decreto, de protección de la posidonia que prohíbe fondear sobre las praderas de fanerógamas y hacer una labor de concienciación en educación -ambiental.
Asimismo, en el entorno sobre todo de las comarcas de la Marina Alta y la Marina Baixa, el Servicio controla y documenta el comportamiento de las embarcaciones en relación con el avistamiento y seguimiento de rorcuales y delfines, sin que se hayan producido incidentes como sucedió a principios del verano, cuando varias embarcaciones persiguieron a un grupo de ballenas.
La experiencia destaca el impacto positivo de las boyas ecológicas instaladas en el espacio marino protegido, que reducen drásticamente el fondeo irregular sobre las praderas de posidonia.
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